miércoles, 5 de octubre de 2016

El octubre negro de Huamachuco

Pobladores se visten de negro
para procesión de San Francisco

Pedro Ortiz
Nota del editor – La siguiente es una información del periodista Pedro Ortiz Barnuevo, sobre la procesión de San Francisco y su singular origen. Hay que disfrutarla porque, como él mismo lo anota “es única en el Perú y el mundo”. Gracias, Pedro, por permitirnos difundir los valores de esta fiesta.

La procesión de los negros felices

Por Pedro Ortiz Barnuevo

Como cada 4 de octubre, los devotos huamachuquinos de San Francisco de Asís – Tayta Pancho – se pintaron ayer de negro, vistieron el hábito y danzaron incansablemente, primero en la procesión que recorrió la enorme plaza y luego por toda la ciudad, en un largo peregrinaje por los altares instalados en muchas casas.

Este año fueron unos 6 mil negros, pero en años anteriores la cifra fue mayor.

Hombres, mujeres y niños unidos por la devoción en una fiesta que va más allá de lo puramente religioso.

La Fiesta del Tayta Pancho – declarada oficialmente Patrimonio Cultural de la Nación – es un culto a la solidaridad con los pobres y los presos, al amor al prójimo y a la bondad.

Octubre es el mes de San Francisco
Paz y bien es el lema de la Hermandad de San Francisco Asís de Huamachuco.

La peste que mató al negro

La danza de los negros – este año al compás de nueve bandas de músicos – reedita el baile del africano que llegó a Huamachuco en la época de la colonia, en plena peste y murió contagiado por ayudar a los enfermos, al lado de su “dueño”, un médico ejemplar.

El cuerpo del negro fue dejado a la intemperie en el panteón para ser enterrado al día siguiente, tan pronto una tempestad nunca antes vista lo permitiera, hasta que ocurrió el milagro.

La más grande demostración de fe en Huamachuco
Dicen que a la medianoche alguien tocó la puerta de la casa del médico y que este – cuando abrió – se dio con la sorpresa de su vida: era el negro que había resucitado y que contó que un señor le ordenó levantarse para seguir ayudando a los enfermos.

Lo llevaron a la iglesia y ahí – sin que nadie le pregunte – señaló la imagen de San Francisco y dijo :
- Fue ese señor el que me dio la orden…

Con la bemba colorada

Esa misma tarde hubo la primera procesión que desde entonces se repite año tras año, cada vez con mayor fervor.

Es también la procesión de los dscalzos
Los devotos imitan la vigorosa danza del africano y su color pintándose la cara y el cuerpo con humo de pez, a la vez que se colocan un clavel rojo en los labios para simular su bemba colorada.

El vestido es el hábito marrón de San Francisco, adornado con una boina y un pañuelo blanco colocado sobre los hombros.

Todos van descalzos.

Es una fiesta hermosa, única en el Perú y en el mundo.

(Fotos publicadas en el muro del autor en Facebook)

1 comentario:

jordi dijo...

excelente libro ...realmente visionario