La luz de su explosión
tardó 4.000 millones de
años en llegar a la Tierra
La Agencia Espacial estadounidense (NASA) captó en abril pasado lo que los científicos
llamaron una explosión monstruosa de rayos gamma jamás observada y el análisis
de las imágenes permitió a los astrónomos establecer una nueva teoría sobre la
ocurrencia de este tipo de fenómenos, informó el organismo.
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Ocurrió hace 4.000 millones de años |
Las imágenes
fueron captadas el 27 de abril y el suceso astronómico se difundió hoy a través
de la revista científica Science y diversos medios del mundo. Jamás se vio una
explosión de este tipo de unas dimensiones "monstruosas", aseguró el
director de la Dirección de Astrofísica de la NASA, Paul Hertz, en conferencia de
prensa.
Las
explosiones de rayos gamma, que ocurren cuando una estrella muere, dan origen a
un agujero negro, disparan un chorro de partículas que viajan a la velocidad de
la luz, y se convierten en uno de los fenómenos más luminosos que se dan en el
universo, pero no se pueden predecir. Hertz dijo que estos fenómenos "
sólo ocurren una vez cada siglo".
La explosión
de abril ha sido denominada GRB 130427A y fue detectada por tres satélites de
la NASA y por varios telescopios en la Tierra. Cuatro científicos publicaron
artículos sobre el fenómeno como resultado de sus observaciones en la revista
Science y en The Astrophysical Journal Letters.
Aunque los
astrónomos piensan que la explosión se produjo hace casi 4.000 millones de años
y que pudo prolongarse durante unos minutos, la observación duró 20 horas,
mucho más que otras observadas anteriormente.
Instantes
después de verse la explosión de rayos gamma, el telescopio Fermi localizó un
pico de rayos gamma de 95 gigaelectronvoltios (GeV), lo que la convierte en la
luz procedente de una explosión más energética.
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Una explosión jamás vista
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También los
telescopios de Los Álamos (Nuevo México) captaron un destello que alcanzó la
magnitud 7 en la escala astronómica de brillo, el segundo más brillante del que
se tienen registros, dijeron los astrónomos.
Esta
relación entre la luz visible y la energía de los rayos gamma que la provocaron
planteaba un problema para los astrónomos.
"Pensábamos
que la luz visible de estos destellos provenía de choques internos, pero esta
explosión muestra que debe venir de choques externos que producen los rayos
gamma más energéticos", explicó Sylvia Zhu, de la Universidad de Maryland,
integrante del equipo del Fermi.
Desde la
Tierra, rara vez se pueden ver muertes de estrellas, porque la atmósfera las
oscurece, aunque la del 27 de abril fue tan grande que se pudo observar con
unos prismáticos, informaron.
Los
científicos de la NASA aseguraron que la Tierra sufrió los efectos de
explosiones de rayos gamma similares millones de años atrás.
En todo
caso, el astrónomo del Laboratorio de Investigación Naval Charles Dermer,
coautor de los estudios, señaló que es "muy improbable" que una
explosión de rayos gamma de estas dimensiones alcance hoy la Tierra.
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El estallido disparó un chorro de rayos gamma |
Rebecca Morelle, de la BBC Ciencia escribió al respecto que “los
investigadores, que publicaron sus hallazgos en la revista especializada
Science, la lejana estrella tenía entre 20 y 30 veces la masa del Sol”.
"Estos eventos pueden ocurrir en cualquier galaxia y en
cualquier momento, no hay forma de predecirlos", dijo Paul O'Brien,
astrónomo de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, y aunque puede que la
explosión haya durado menos de un minuto, la radiación que lanzó atravesó el
cosmos, añadió la BBC.
"La estrella estaba viviendo alegremente, fusionando
material en su núcleo. Hasta que se quedó sin combustible", explicó
O'Brien.
El estallido fue más cercano a la Tierra que la mayoría de
las explosiones de rayos gamma que han sido detectadas hasta ahora, pero su
radiación no representó ningún peligro, porque una vez que alcanzó nuestro
planeta la atmósfera absorbió su energía, dicen los expertos.
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El ozono la protege de letales rayos gamma |
Sin embargo, si una explosión similar ocurriera más cerca, a
una distancia de menos de 1.000 años luz, podría dañar la capa de ozono, con
consecuencias devastadoras para la vida terrestre.
"La predicción es que una explosión de rayos gamma
podría ocurrir lo suficientemente cerca como para hacer daño a la Tierra una
vez cada 500 millones de años", declaró O'Brien y precisó que "en
algún punto de la historia de la Tierra probablemente recibimos la radiación de
un brote de rayos gamma, y ocurrirá en algún momento en el futuro".
"Pero las posibilidades de que pase en nuestra vida son
muy bajas".
Buen consuelo para esta y para las generaciones que nos
sucedan en los próximos siglos.