martes, 27 de febrero de 2018

Una vez más: Diga cerca de…, NO cerca a…

Recomendación dirigida a mis
colegas a quienes quiero tanto y a
los políticos que lo repiten a rabiar

En un rato de ocio de los muchos que tengo actualmente, abrí las páginas del diario El Mundo online de España y me encontré con un titular que me llamó poderosamente la atención.

Decía: “La oposición cerca a Rajoy por las pensiones”

Correcta manera de informar sobre un cerco
Como a cada rato leo en la prensa del Perú la fracesita cerca a, para señalar cercanía de algo o alguien, seguí la lectura y efectivamente, el parlamento había sido cercado por los manifestantes.

No era que la oposición había tenido un acercamiento con Rajoy a causa de las pensiones y los pensionistas.

Recordé que hace tiempo vengo arando en el mar para convencer a mis colegas periodistas -fuente de la historia y del buen decir, según un dogma que debía cumplirse- recurrí al mataburro de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) para que me convenciera de que no había leído mal.

Dicho y hecho. El diario El Mundo había expresado con claridad y rigurosidad gramatical lo que quería comunicar a sus lectores. La oposición había cercado a Rajoy. No estaba cerca de él.

Dice la RAE en sus cuatro acepciones y con varios ejemplos:

“Cerca de…

“1. loc. prepos. En un punto próximo a. Ponte cerca de mí. Vive cerca de la escuela.

“2. loc. prepos. U. para designar la residencia de un ministro en determinada corte extranjera. Embajador cerca de la Santa Sede. Cerca de su majestad católica.

“3. loc. prepos. p. us. acerca de.

“4. loc. adv. Con un complemento de cantidad, casi. Murieron cerca de dos mil hombres.

Cuando consulté sobre “cerca a”, la RAE me respondió tajante: “Aviso: La palabra cerca a no está en el Diccionario”.

Lo habían cercado no estaban cerca de él
 Un fragmento del texto que debe servir de ejemplo para los periodistas que aún dudad entre usar cerca de y usan cerca a es el siguiente:

“Las multitudinarias manifestaciones de pensionistas de la semana pasada en Madrid, donde llegaron a cercar el Congreso, y en el resto de ciudades de España, han provocado una reacción en cadena de las fuerzas políticas”, etc.

En el titular usado por el diario español las grandes letras le quitan la duda a cualquiera, como se ve en las imágenes que acompañan esta nota. Gracias por su atención.

(Imágenes captadas del diario El Mundo de España)

domingo, 25 de febrero de 2018

Cómo la cocaína se convirtió en bicarbonato


Episodio de una novela de Luis
Podestá a propósito de la cocaína
disfrazada de harina en Argentina

El descubrimiento de una red de narcotraficantes que guardaba 389 kilos de cocaína nada menos que en la embajada rusa de Argentina, y que durante las investigaciones fue remplazada con harina para engañar a los responsables, me ha traído a la memoria un episodio real, ocurrido en Arequipa hace muchos años y que reproduzco, con licencias de ficción, en mi novela El señor de los temblores.

Convertida en bicarbonato por arte de magia
Allí se cuenta cómo un kilo de clorhidrato de cocaína se convirtió en un inocente kilo de bicarbonato de sodio.

Advierto que los nombres de los personajes han sido alterados porque aún deben existir sus descendientes en la ciudad de Arequipa. Pero el hecho fue absolutamente real, repito. La versión que sigue ha sido editada por razones de la extensión del texto original.

 “En medio de esos agitados tiempos, por casualidad, un policía que se aprestaba a dar una carga con otros diecisiete compañeros contra un amorfo cordón de revoltosos, descubrió a un transeúnte sospechoso, tus papeles, mierda, le dijo amablemente y una milésima de segundo antes de que el hombre metiera la mano en el bolsillo para sacar sus documentos, le cayó un varazo de precaución que lo tiró al suelo de piedras pulidas del Portal de Flores y allí saltó el paquete.

Uno en la multitud
“Era de un kilo, calculaba el guardia Rafael Pomareda, que lo levantó y lo pesaba meciéndolo en la mano izquierda, mientras en la derecha blandía el garrote de medio metro de la ley que era el símbolo de su autoridad.

“Pero en ese momento, dos hombres de civil, se acercaron y le mostraron sus insignias y uno de ellos gracias, colega, dijo, le quitaron el paquete, lo estábamos siguiendo, dijo el otro inclinándose para acariciar la cabeza del caído y comprobar que vivía, nos ahorró el trabajo, gracias, colega, pesó también en su mano el paquete envuelto en hojas de papel periódico, por lo menos un kilo, comentó, y se llevaron al detenido hasta la calle Mercaderes donde esperaba un coche policial.

“En la central de la policía de detectives de la avenida Goyeneche, el hombre no esperó que le cayera la segunda cachetada. Confesó todo. Un desconocido le había dado el paquete cuando esperaba el momento de abordar el autobús que lo trajo de Puno, le invitó un almuerzo como no había comido en muchos años, también le invitó un par de cervezas y le pidió que le hiciera el favor de llevar este paquetito, que no era tan pequeño sino de regular tamaño, a don fulano de tal, propietario de un establecimiento comercial en pleno centro de la ciudad, en la calle Mercaderes.

(…)

“Los detectives encargados del interrogatorio no quisieron tocar más al hombre, descansa, muchacho, le dijeron, se fueron a la oficina del jefe y le preguntaron de sopetón como quien informa del descubrimiento de la cara oculta de la luna, jefe, ¿sabe quién es el dueño del paquetito?, el jefe los miró con ojos interrogantes sin decir una palabra para no arriesgarse a una equivocación y ellos dijeron a coro don Abdel Murrafash.

Lo llevaron a la dependencia policial
“El jefe no quiso aparentar una sorpresa, pero la mención del nombre fue más poderosa y abrió los ojos, no me jodan, dijo como para sí mismo, así es, jefe, prosiguió un detective, don Abdel Murrafash, (…) mientras el jefe se rascaba la cabeza y daba la impresión de no saber qué hacer porque el próspero comerciante don Abdel Murrafash, benefactor de medio mundo, era también protector de la policía, institución tutelar de la patria a la que había hecho frecuentes favores en general y a cuyos jefes en especial hacía regalos inolvidables durante los aniversarios dignos de recordación, como cumpleaños, navidad y año nuevo, carnaval y fiestas patrias, por lo que el empresario estaba (…) en la primera fila de invitados junto a los altos jefes (…) , porque aparte de esa tarea, era presidente de una organización de apoyo a través de la cual, la autoridad policial recibía donaciones de vehículos y equipos (…).

“–No digan nada a nadie de este asunto. Lo clasificaremos como confidencial –dijo el jefe.

“A pesar de todo el secreto con que se había realizado la operación, don Abdel Murrafash ya estaba enterado de la suerte del paquete por haber recibido con toda oportunidad un aviso o porque tenía un convenio con el diablo y cuando un grupo de detectives, (…) se descolgó por los techos de su elegante casa luego de escalar los elevados muros mediante garfios y cuerdas, el próspero comerciante ya se encontraba escoltado por su abogado, el eminente doctor Francisco Salazar del Corral (…).

“El distinguido abogado, muy conocido en los altos círculos de la ciudad por su influencia y sus acertadas asesorías legales, salió al frente de los detectives que formaron un círculo amenazante con las armas en ristre, no era para tanto este despliegue bélico, señores, les dijo, ya que ambos, don Abdel Murrafash y él mismo, eran honrados hombres de paz, y yo me encuentro de visita en esta residencia, (…) y me extraña esta medida que linda con las características de un vulgar allanamiento de domicilio (…) y, si existía algún asunto que arreglar, estaban dispuestos a colaborar con ellos en todos los esclarecimientos que creyeran necesarios para despejar cualquier duda en cualquier penoso asunto, del cual nadie, ninguno de ellos, ni la atribulada familia del honesto, laborioso y caritativo don Abdel Murrafash, tenía noticia hasta este momento, por nuestra santa madre que está en los cielos (…)., cuando se le congeló hasta el alma al escuchar a quien parecía dirigir el grupo, señor, tendrá que acompañarme, el jefe quiere conversar con usted.

Confesó todo
“–Por supuesto, por supuesto, queridos amigos –respondió muy cordial y sin una muestra de temor el prestigioso abogado Francisco Salazar del Corral, quien se mostró no solo dispuesto sino requirió acompañar a su amigo, el exitoso hombre de negocios.
(…)

“–Señor don Abdel Murrafash, este paquete estaba destinado a usted. ¿Es cierto eso o no? –dijo duramente el jefe policial.

“–Sí, señor –respondió el generoso comerciante.

“–Bien, este paquete contiene un kilo de clorhidrato de cocaína, cocaína pura, señores. Ser destinatario de una encomienda de esta naturaleza lo compromete profundamente, don Abdel. Los dispositivos sobre tráfico ilícito de estupefacientes son muy severos y mucho me temo que tendré que disponer su detención hasta la conclusión de las investigaciones que hemos iniciado.

(…)

“–No puede ser, señor coronel –repitió el abogado en cuyos brazos se apoyaba su cliente– no puede ser.

“–Doctor –replicó pronta y severamente el jefe de policía– le ruego guardar silencio o de lo contrario tendré que realizar el interrogatorio en privado.

Bicarbonato en sensacional cambiazo
“–¡Bicarbonato, señores! ¡Bicarbonato! –exclamó don Abdel levantando rostro y los brazos al cielo, como si esperara que un rayo confirmara su afirmación tan dramática y en tan alta voz que los presentes se paralizaron por la emoción-, ¡qué cocaína ni cocaína, por mi santa madre! ¡Es bicarbonato de sodio, señor coronel! ¡Yo esperaba un kilo de bicarbonato y aquí está! ¡Qué cocaína ni clorhidrato de cocaína!

“La protesta tuvo su efecto. El abogado se atrevió a hablar a pesar de la advertencia del coronel jefe.

“–¡Increíble, señor coronel! Mi cliente no puede ser detenido por ser destinatario de un kilo de bicarbonato de sodio. Y en todo caso queremos que cualquier diligencia a partir de este momento se haga con la presencia de un fiscal.

“La firmeza del descargo hecha por el comerciante benefactor de la policía y otras instituciones de la ciudad y la aseveración del eminente abogado, sembraron dudas en el cerebro del jefe policial, quien (…) dijo mandaremos a buscar al jefe del laboratorio para que confirme lo que usted dice con un análisis químico, pero cuando indagó por la presencia del profesional le dijeron que hacía dos horas se había retirado y no se le encontraba en su domicilio ni en ninguno de los lugares que solía frecuentar, por lo cual, el jefe policial tomó asiento ante su gran escritorio y dijo, señores, mañana a las nueve de la mañana los espero para que se firme un acta y si lo que usted dice, don Abdel, es cierto, le pediré disculpas por este mal rato, se levantó y alargó la mano hacia los presentes, esperaremos hasta mañana a las nueve, señores, buenas noches.

(…)

“Al día siguiente, el próspero comerciante y su abogado estaban puntualmente a las nueve en el despacho del jefe policial, en cuyo escritorio, en la misma esquina de la noche anterior, se encontraba el paquete envuelto en papel de periódicos (…) el jefe se levantó de su asiento, abandonó su posición de autoridad y se acercó a recibir a los visitantes, les extendió la mano cordialmente y con la actitud del hombre que se siente avergonzado por una equivocación imperdonable, dijo, en efecto, señores, el químico comprobó que se trata de bicarbonato de sodio, tomó ceremonioso el paquete entre sus manos y aquí tiene su encomienda, don Abdel, con mis más profundas disculpas, escriba usted (…) que se hace entrega de este paquete en las propias manos de su propietario, don Abdel Murrafash, a quien acompaña su abogado, el doctor Francisco Salazar del Corral, a entera satisfacción y que firmen el acta (…).

Firman recepción de un kilo de bicarbonato
“Firmaron el acta y se despidieron muy amablemente de los funcionarios policiales, mientras don Abdel Murrafash sudaba por todos los poros del cuerpo y del rostro, a pesar de que no hacía calor y las oficinas policiales no se distinguen por calurosas ni por su comodidad. (…).

“Y cuentan las malas lenguas que el impaciente Abdel Murrafash pidió a su abogado dar la vuelta por la primera calle discreta que encontrara a fin de ir a un lugar un tanto apartado o solitario donde sostener una conversación confidencial. (…) No se había detenido aún el coche, cuando el próspero comerciante, con la ansiedad dibujada en el rostro, abrió el paquete manipulando con manos temblorosas la cinta adhesiva que lo sellaba y con la uña del dedo meñique, bastante crecida por cierto, que le servía para ciertos hábitos de higiene, cuando le picaban las orejas o la nariz, según los testigos que lo conocieron, abrió un pequeño boquete en una esquina de la bolsa de plástico transparente que cubría el polvo blanco, se llevó a la lengua la sustancia que extrajo del interior y ¡por la gramputa madre que los parió!, gritó sin consideraciones (…).

“Pero la rabieta del comerciante no tenía fin y repetía ¡por la gramputa que los parió! ¡esto es bicarbonato!, a ver prueba tú que también conoces del asunto, obligó al abogado a poner la lengua sobre la uña del dedo meñique untada en el blanco polvo, prueba, exigía, prueba y dime si no es bicarbonato y en efecto, el doctor Francisco Salazar confirmó que la sustancia rescatada era el inocente bicarbonato que el comerciante reclamaba y por el cual había pasado un mal rato y una noche entera entre  temblores de pánico al verse en sueños entre los reos de una cárcel (…) y ¡prueba, prueba!, exigía y el abogado tuvo que decir con la mejor calma de que era capaz, efectivamente, Abdel, esto es bicarbonato, pero ¿no era bicarbonato lo que le reclamabas a la policía?, sí, pero, pero... el comerciante no alcanzaba a articular palabra, pero, pero... y el abogado aprovechando la confusión de su acompañante, tienes que tener en cuenta, amigo Abdel, que unas son de cal y otras de arena y para evitar que el honrado comerciante prosiguiera escandalizando el tranquilo vecindario, decidió poner en marcha el motor del auto y llevarse lejos al enfurecido propietario de un kilo de bicarbonato de sodio.

Así me lo contó el abogado protagonista del hecho, cuyo nombre real, por supuesto, se ha omitido en el relato.

(Imágenes referenciales de archivo)
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viernes, 23 de febrero de 2018

389 kilos de cocaína en valija diplomática

Iban a salir de embajada rusa
en Argentina y una silenciosa
investigación los descubrió

Detienen a dos personas
en Argentina y tres en Rusia

Una denuncia del embajador ruso en Buenos Aires, Víktor Koronelli, dio origen a una investigación silenciosa de 14 meses al final de la cual se descubrieron 389 kilos de cocaína en 12 valijas diplomáticas, cuyo destino era Moscú, en tiempos previos al Mundial de Fútbol.

Con las manos en la coca
"Hemos desmantelado una organización internacional de tráfico de cocaína entre la Argentina, Rusia y Alemania", informó la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, al dar cuenta del final de la operación.

La agencia alemana Deutsche Welle (DW) señaló que “la droga fue valuada en unos 50 millones de euros (61 millones de dólares)”.

Añadió que Bullrich declaró que se trataba de "una organización internacional de tráfico de cocaína entre la Argentina, Rusia y Alemania”.

Ministra informa sobre la pesquisa
Precisó que la operación “fueposible gracias al trabajo conjunto con el Ministerio del Interior ruso, la embajada de Rusia en Argentina y el Servicio Federal de Seguridad ruso", además de la Justicia y fuerzas de seguridad argentinas”.

DW dijo que el operativo de 14 meses “dejó cinco detenidos y un prófugo”, según informe del Ministerio de Seguridad argentino”.

La agencia indicó luego que “en tanto, el presunto líder de la organización narco se encontraría prófugo en Alemania, donde es buscado por Interpol tras recibir una orden de captura internacional”, dijo la ministra Bullrich.

Gran revuelo en la embajada
 La funcionaria argentina dijo que “entre los detenidos se encuentran Iván Blizniouk, un policía de Buenos Aires de origen ruso y con nacionalidad argentina, y Ali Abyanov, un exfuncionario de la embajada que fue detenido en el país euroasiático tras regresar por haberse jubilado del cargo diplomático”.

“El operativo constó de escuchas telefónicas, seguimientos, tareas de inteligencia y un acuerdo de confidencialidad que permitió mantener en secreto el proceso”, describió. 

El diario Clarín de Buenos Aires informó que la investigación “estuvo a cargo del juez federal Julián Ercolini” y “comenzó en diciembre de 2016, con el secuestro de valijas diplomáticas en la Embajada de Rusia en Argentina”.

Coca por 50 millones de euros
Refirió que “la Gendarmería había llegado hasta ese cargamento luego de que el embajador de Rusia en Argentina alertara al Ministerio de Seguridad sobre la presencia de bultos sospechosos en el Colegio Adjunto a la Embajada, ubicado dentro de ese edificio de la calle Posadas 1663, en el barrio porteño de Recoleta”.

Remplazada con harina

“Para dar con la ‘pata rusa’ de la banda, la droga fue remplazada por harina y se realizó una entrega controlada con destino a Rusia gracias a la colocación de un GPS, en un vuelo oficial de mudanza diplomática. Esto permitió detener en aquel país a tres personas”, señaló Clarín.

Cayó en el aeropuerto cuando volvía de Roma
El diario agregó que “entre los detenidos en Rusia, estaba el excontador de la sede diplomática en Argentina hasta julio de 2016”.

Informó, asimismo, que “fuentes del caso aseguraron que la droga ingresó al edificio de la embajada antes de esa fecha. Permaneció allí hasta el 9 de diciembre de 2017, cuando ya intervenida por los investigadores viajó a Moscú.

Refiere luego que “ayer (jueves) fue detenido Iván Blizniouk (35), subinspector de la Policía de la Ciudad. Lo atraparon en el aeropuerto de Ezeiza, cuando regresaba de Roma junto a su pareja”.

(Imágenes captura de video de Deutsche Welle y diario Clarín)

martes, 20 de febrero de 2018

No dejéis que los niños vengan a nos


Cura que cumplía “altas
funciones” en el Vaticano
fue arrestado por pedófilo

Cuando caminaba por una calle de Roma, el cura Pietro Amenta, hasta hace pocos días juez del Tribunal de la Rota Romana, fue arrestado por la policía debido a la denuncia de un joven que fue su víctima y se confesó pedófilo, informó la prensa europea.

Cruz y rosario para atropellar a los niños 
La agencia alemana Deutsche Welle (DW) dijo que el sacerdote, que “cumplía altas funciones en el Vaticano negoció un acuerdo de culpabilidad por acoso sexual y posesión de pornografía infantil, informaron este lunes medios italianos”.

Añadió que “la portavoz del Vaticano, Paloma García Ovejero, confirmó a dpa (agencia estatal de noticias de Alemania) que monseñor Pietro Amenta renunció ‘hace pocos días’ como juez del Tribunal de la Rota Romana, la corte de apelación de la Santa Sede”.

“Amenta, de 55 años, aceptó una condena en suspenso de 14 meses dictada por un juez en Roma, informaron los diarios 'La Stampa' e 'Il Messagero' en los últimos días”, prosiguió DW.

La agencia dijo, asimismo, que “ambos diarios señalaron que Amenta fue detenido en la calle por la policía de Roma en abril pasado, después de que un joven denunciara haber sido acosado por el prelado”.

Pornografía infantil en el domicilio del cura
“Un día después, la policía encontró 80 imágenes pornográficas de niños en la computadora de Amenta”, refirió luego.

Recordó, finalmente, que “el sacerdote ya había sido denunciado por obscenidad en 1991 y por abuso sexual el 2004”.

No fue el único

Amenta no fue el único cura pederasta capturado por la policía italiana a pedido de las autoridades argentinas.

El sacerdote italiano Alessandro De Rossi, de 46 años, también fue detenido en Roma a pedido de la Justicia argentina, que lo acusa de haber cometido pedofilia cuando estaba al frente de una parroquia en la provincia de Salta, informaron ayer las autoridades italianas, informo el portal Perfil de Argentina.

Abusó de menores en Argentina
Perfil recalcó que “De Rossi, que desde diciembre de 2013 estaba a cargo de una parroquia en el elegante barrio romano de Pairoli, está acusado de haber abusado de varios menores en la Argentina”.

Antes, el religioso, “oriundo de Roma, se desempeñó en la Vicaría Islas Malvinas, más conocida como María Medianera de Todas las Gracias, en la capital de la provincia argentina de Salta, entre 2008 y 2013”, prosiguió.

Otro cura detenido en Italia por estar involucrado en una red de pedofilia fue el respetado don Diego Rota, de la diócesis de Bérgamo.

La diócesis, que colaboró con la policía, según un despacho de Noticias RCN de finales de diciembre de 2017, “anunció que el cura en cuestión, Diego Rota, de 45 años, párroco de un pueblo de la región, fue suspendido en sus funciones”.

"Las graves acusaciones contra Don Rota han generado asombro, consternación y profunda tristeza, tanto al obispo como a toda nuestra comunidad", comentó el padre Giulio Dellavite, secretario general de la diócesis.

Don Rota, “un entrenador de fútbol y un hombre afectado por sida figuran entre las 11 personas detenidas en el norte de Italia por estar involucradas en una red de pedófilos”.

La agencia dijo, asimismo, que “los detenidos, que se encuentran en detención domiciliaria en Lombardía y Emilia Romaña, norte del país, formaban parte de una red de prostitución que utilizaba las redes sociales para poner en contacto a menores, en su mayoría adolescentes, con potenciales clientes”.

Vida de rey en la prisión


Otro cura sentenciado por pedofilia, esta vez en Argentina, es Julio Grassi, el preferido de los ricos, una auténtica estrella mediática, el religioso más famoso del país”, publicó el diario El País de España en abril de 2017.

Lleva una buena vida en prisión
Grassi “recaudaba enormes cantidades de dinero para su fundación, Felices los Niños, que llegó a acoger a 6.300 menores de la calle. Eran tiempos duros de ajuste en los que era frecuente ver a chavales sin hogar en Buenos Aires", publicó el diartio.

“En 2002 llegó el escándalo. El país se paralizó para ver un programa de investigación en televisión, Telenoche, en el que tres de esos niños desvalidos, de entre 14 y 16 años, que dependían de Grassi para todo, contaban los abusos sexuales a los que les sometía. Argentina enmudeció”.

El sacerdote fue juzgado y encarcelado pero según datos recientes, tiene una vida de rey en la prisión.

Dice El País: “El padre Julio Grassi mostró su poder y sus contactos incluso después de ser encarcelado. En 2014, otra investigación televisiva generó un nuevo escándalo”.

Refiere luego: “El programa de Jorge Lanata, Periodismo para todos, mostró imágenes de la privilegiada vida del religioso en la cárcel, siempre vestido de cura. Los contactos —y el dinero— de Grassi le habían permitido tener su propia oficina con ordenador con Internet, una cama y baño privado. Estaba cerca de las cocinas de la prisión de Campana, a unos 80 kilómetros de Buenos Aires”.

“Tenía tres teléfonos móviles, algo totalmente prohibido, con los que seguía dirigiendo la Fundación Felices los Niños, que de los 6.400 menores de las épocas de esplendor pasó a acoger a unos 50 en situación especialmente delicada, huérfanos o protegidos por casos de violencia familiar”, añadió el diario.


(imágenes de El país, Vanguardia y medios italianos)
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lunes, 19 de febrero de 2018

Se acumula energía para gran sismo


Sismólogo preocupado por
disminución de temblores de
6-10 diarios a 4-6 en Arequipa

La disminución del ritmo de sismos en Arequipa de entre 6-10 diarios que se producían hasta hace cinco años, a solo 3-4 de la actualidad, preocupa a los especialistas que ven en ello el peligro de un “fuerte movimiento” en cualquier momento debido a la acumulación de energía que produce este “silencio sísmico”.

El riesgo del "silencio sísmico"
Víctor Aguilar, del Instituto Sismológico de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), precisó que ahora “solo se registran tres a cuatro sismos diarios cuando hace cinco años, eran entre seis a diez sismos”.
   
El científico formuló estas declaraciones al diario Correo de Arequipa y señaló que “la acumulación de energía sísmica continúa en Arequipa”.

“Esto sin duda preocupa porque esto demuestra que se está acumulando energía sísmica, y en cualquier momento habrá un fuerte movimiento telúrico o terremoto”, dijo al diario.

El “silencio” es mundial

El informe añadió que “según estadísticas, desde el 2000 se ha observado que se producen 18 terremotos anuales en el mundo, pero el año pasado solo hubo siete, lo que permite deducir que la acumulación de energía también se da en otras partes”.

Sismólogo de la UNSA anuncia gran sismo 
Precisó que “el sur tiene silencio símico entre Ilo (Moquegua) hasta Antofagasta (Chile) así como en la zona de Atico-Caravelí y refirió que también se espera otro terremoto frente a Lima”.

En la zona de Atico, en la acosta norte de la Región Arequipa se han producido recientes y desastrosos sismos que han provocado en los últimos meses destrucción e interrupción de carreteras por el deslizamiento de materiales.

Aguilar dijo que “la disminución de los sismos diarios en Arequipa se registra desde el año pasado, lo cual está anunciando de que hay acumulación de energía”.

Recordó además que los terremotos más fuertes que sintió la población arequipeña fueron en el 2001, 2007 de Pisco, 2014 en Iquique(Chile) y en enero del 2018 (Acarí), dijo el diario.

Recomendó a la población asumir con responsabilidad las previsiones recomendada para el caso de un gran temblor. 

Temblor madrugador de 4.8 grados

Las declaraciones del sismólogo fueron hechas luego de que la región fuera sacudida en la madrugada de hoy lunes (19-2-2018) por un sismo de 4.8 grados, según informó el Instituto Geofísico del Perú (IGP).

El sacudón madrugador  de hoy
El epicentro del temblor fue ubicado a 44 kilómetros al suroeste de Chala en la costa norte del departamento de Arequipa y tuvo una profundidad de 45 kilómetros en el océano Pacífico.

El fenómeno no provocó alarma de tsunami en el litoral peruano”, anunció la Dirección de Hidrografía y Navegación (DHN).

Hasta el momento las autoridades no han informado sobre daños materiales ni víctimas personales producto del movimiento telúrico.

(Imágenes de Correo, La República, mapa Google  y archivo)
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Instalan Comisión de Libertad de Expresión


Decano del Colegio de Periodistas
del Perú saludo comienzo
de actividades del organismo

En un sencillo acto la Comisión de Libertad de Expresión del Colegio de Periodistas del Perú, se instaló este mediodía y sus miembros juraron el fiel cumplimiento de su misión en el presente tramo de la vida del organismo representativo del periodismo peruano.

Defenderá la libertad de expresión
La Comisión quedó integrada por Bernardino Rodríguez Carpio, presidente, Luis Eduardo Podestá Núñez, Vicepresidente, y Germán Llanos Castillo, Secretario.

Los tres miembros de la Comisión tienen una amplia experiencia gremial, pues desempeñaron en diversas épocas la presidencia de la Federación de Periodistas del Perú.

Tras el acto protocolar, el decano del CPP, Max Obregón Rossi saludó a los miembros de la comisión y propició un conversatorio inicial sobre la defensa del periodismo y los periodistas en cuestiones de libertad de expresión en el Perú.

Al término de la reunión, los tres miembros de la comisión suscribieron el acta de instalación que contiene el siguiente texto:

Acta de Instalación de la Comisión de Libertad de Expresión
           del Colegio de Periodistas del Perú

A los diecinueve días del mes de febrero del año dos mil dieciocho, en la sede principal del Colegio de Periodistas del Perú, sito en avenida Canevaro 1474, distrito de Lince, en la ciudad de Lima; siendo las once horas y contándose con la presencia de los periodistas Luis Eduardo Podestá Núñez, Germán Llanos Castillo y Bernardino Rodríguez Carpio, se abrió la sesión de instalación de la Comisión de Libertad Expresión de la señalada institución profesional.

Se tomó conocimiento oficial que los tres señores colegiados antes señalado, fueron designados por el Consejo Nacional de la Orden, como integrantes de la Comisión en referencia, para la gestión directriz 2018 – 2020, responsabilidad que aceptan cumplir. Acto seguido eligieron como director de debates para efectos del desarrollo de la sesión al señor Germán Llanos Castillo.

La dirección de debate propuso que la Comisión tenga tres cargos durante el período a cumplirse: Presidente, Vicepresidente y Secretario. La propuesta fue aprobada. Efectuada la elección para cubrir los cargos, se aprobó por unanimidad la siguiente conformación:

Presidente: Bernardino Rodríguez Carpio
Vicepresidente: Luis Eduardo Podestá Núñez
Secretario: Germán Llanos Castillo

Luego de prestar juramento los elegidos de un fiel cumplimiento de la responsabilidad asumida, el presidente elegido asumió la conducción de la sesión, acordándose tener sesiones ordinarias cada mes y extraordinarias cuando las circunstancias lo requieran.

¡Comenzó la tarea!
También se analizó la situación de la libertad de expresión en el Perú, tema que será estudiado más a profundidad.

Estando agotada la agenda, se levantó la sesión siendo las doce horas y quince minutos del mismo día.

La instalación tuvo lugar en la Biblioteca del CPP

(Imágenes del CPP)
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domingo, 18 de febrero de 2018

A Maduro dale duro… aquí en el Perú


Meche, no te opongas a que
venga el sátrapa venezolano…
aquí tendrá gran recibimiento

Nota del editor – Con la agudeza que le es habitual, la periodista Maritza Espinoza del diario La República comenta en el suplemento Domingo, la próxima Cumbre de las Américas con sede en Lima y las humorísticas situaciones que se han producido en los prolegómenos de tal cita, destinada aparentemente, para defender la democracia en el continente, pero dedicada hoy a pintar con todos los colores del debate previo, al sátrapa que gobierna la llamada República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro. Lo que sigue son significativos fragmentos de lo que opinan Maritza y otros columnistas del diario La República en cuanto a ese proceso diplomático que se desarrolla a partir de la “invitación-desinvitación-persona non grata-me voy por aire, mar o tierra pero llego”, con que la política internacional reciente se ha con vertido en una payasada digna del Gran Circo Peregil.

Maritza Expinoza titula su artículo como “El invitado indeseable” y, por supuesto, se refiere “a ese guajiro con cuerpo de bodoque que heredó no solo las actitudes matonas de su predecesor, Hugo Chávez, sino esa capacidad inagotable de hablar pavadas”.

Aunque venga por un túnel... que venga
Entre ellas, recuerda, la “que provocó que un buen día -en otra cumbre presidencial-, el hoy jubilado rey de España, don Juan Carlos “Elephant killer” de Borbón lo mandara a callar como a un chupe cualquiera”.

“Esta comedia de equivocaciones en la que se ha convertido la hoy polémica presencia de Maduro en la Cumbre de las América comenzó cuando Pedro Pablo Kuczynski, en su calidad de presidente del país anfitrión, decidió invitar formalmente a Nicolás Maduro -en su calidad de presidente de un país americano, obvio-, para luego darse cuenta de que la presencia de ese sujeto era una papa caliente que enervaría los ya caldeados ánimos de un sector de la población que ve en el bigotón llanero a la reencarnación de Satanás (sí, esos mismos para quienes los dictadores de derecha son unas inmaculadas vírgenes, no importa cuántas muertes y abusos carguen en su currículum)”, dice Espinoza.

Añade que “entonces, en un giro descomunal, don Pipikey decidió lo que jamás se ha visto en asuntos de relaciones internacionales: desinvitar al invitado con un pretexto salido del generoso repertorio del cuerpo diplomático -ups, se acordaron, providencialmente, que Maduro acababa de cambiar las reglas electorales en su país, como si no hubiera hecho eso incontables veces, antes de la invitación- y mandarle una carta por demás despectiva, lo que desató las iras del sátrapa”.

Incontinencia verbal
Prosigue: “Como Maduro -repito, igual que Chávez- tiene una especie de incontinencia verbal, no tardó en responder, iracundo, asegurando que él vendrá sí o sí, por aire, por tierra, por mar o subsuelo, a la Cumbre de las Américas…”.

De paso, continuó Maritza, “insultando de paso a su anfitrión (el inefable Pipikey, cuyo ‘bobierno’ ya anda por el sótano de las encuestas de popularidad), sino a todo el Grupo de Lima, al que calificó, cariñosamente, de ‘bodrio’”.

Remarca luego que “lo loco de esto es que Kuczynski no es dueño de la cumbre, sino tan solo presidente del país anfitrión, y decidir desinvitar a uno de los presidentes sin consultar con los demás es no solo una soberana malacrianza, sino un desaire a Venezuela, una nación que no tiene la culpa de tener al impresentable que tiene de mandatario”.


Invitación y desinvitación

Comenta seguidamente que “la actitud del gobierno peruano es tan torpe, que uno se pregunta si de verdad tenemos gente en la cancillería capaz de afrontar estos asuntos, porque desinvitar a un invitado a una cumbre presidencial, de la cual solo eres anfitrión, equivale a que uno preste su casa para celebrar el cumple de un amigo y, luego, se ponga a elegir a los invitados, de acuerdo a sus simpatías y conveniencias, sin siquiera preguntarle al cumpleañero si está de acuerdo o no”.


“Lo peor es que, ahora, no saben qué hacerse con el muerto. Es decir, el vivísimo Maduro, quien ha dicho que viene sí o sí, llueva, truene o relampaguee”, señala luego. 

Con una 'mirada de desprecio'

Maritza analiza: “Con eso, queda claro que se sentará en la segunda carta e impondrá su presencia a los badulaques que metieron las cuatro y que ahora no saben qué alternativa elegir: si tragarse su carta de desinvitación y recibirlo como a un jefe de Estado cualquiera; si detenerlo en migraciones, con lo cual se convertiría en el único venezolano al que no le abrimos las puertas en par en par; si dejarlo llegar, pero no darle honores de jefe de Estado, con lo cual estaríamos insultando a Venezuela; o dejarlo asistir a la cumbre pero castigarlo con ‘mirada de desprecio’ al mejor estilo del Padre Maritín”.

Recordando al asesino de elefantes
Y remata poco antes del final con una valedera recomendación, con la cual estamos plenamente de acuerdo: “Desde aquí, un consejo que podría resolver el problema de un sopapo: invitar con carácter de urgencia al ya mencionado don Juan Carlos de Borbón y sentarlo al lado del venezolano para que lo controle apenas comience a hablar las barbaridades a las que nos tiene acostumbrados”.

“¿Se imaginan? El pobre Maduro no podría ni abrir la boca, porque, en menos de lo que dispara a un elefante, don Juanca le gritaría con su perfecto dejo madrileño: ¡Coño! ¿¡Por qué no te callas!? (Y santo remedio)”.

Así se hace verdadera política internacional, Maritza.

¿Cuándo se jodió PPK?

Pero hay algo más, con la venia de la mesa.

¿Cuándo se jodió PPK?
El columnista Augusto Álvarez Rodrich se refiere también tangencialmente al tema Maduro en el Perú y hace números: “El 93% de los peruanos rechaza a Nicolás Maduro, pero por la manera tan lamentable como el gobierno manejó la ‘desinvitación’, el caso se vuelve un bumerán”.

Por lo cual, y sin conservar el orden de los factores, se pregunta, reminiscencia de una “conversación” literaria: “Aún si el presidente Pedro Pablo Kuczynski superara la vacancia en marcha, su gobierno tendrá serios problemas para tener éxito, pudiéndose plantear en su caso la pregunta clásica de la política peruana: ¿Cuándo se jodió PPK?”.

Déjenlo venir

En la misma edición dominical, Patricia Montero quiere que Maduro venga. Yo también.

Patricia fundamenta su deseo:

“Yo sí quiero que Maduro venga al Perú y sea enfrentado en esta tierra por los miles de venezolanos a los que obligó a salir de su país escapando del hambre y la miseria”.

Que Maduro venga y que le den duro...
“Que le griten ‘dictador’ y ‘corrupto’ con libertad y sin miedo. Porque aquí, no recibirán un balazo, tampoco amenazas ni los meterán presos por decirle a este sinvergüenza que los ha alejado de sus familias, que ha frustrado sus vidas y el futuro de sus hijos. Ellos se merecen ese momento”, añadió.

Me sumo al pedido. Que Maduro sienta en pellejo propio lo que se les grita a los dictadores en un país libre, lejos de sus paramilitares y de los funcionarios que manejan las instituciones como su gobierno quiere.

(Imágenes de La República y archivo)

miércoles, 14 de febrero de 2018

El reposo de un periodista de pelea

Manuel Rodríguez Velásquez
tiene la felicidad de tener a su
familia todos los días a su lado

Manuel Rodríguez Velásquez, Marove es su seudónimo artístico, es un periodista de pelea, que luchó para defender sus derechos y al cual solo ha podido echar a la lona la enfermedad que padece.

Con un aguilucho al hombro en maca, Caylloma
Durante mi última estada en Arequipa hice una llamada a su casa como solía hacerlo cuando llegaba a esa ciudad y me encontré con una sorpresa que me dolió hasta las lágrimas, a mí, que soy duro ante los peores trances y sabe disimular la pena.

Estaba, me dijo su esposa Lupe, mi comadre, en una casa de reposo y dudaba de si me pudiera reconocer.

El alzheimer había hecho pasto de su cerebro privilegiado y mantenía en receso las manifestaciones artísticas a que dedicó su vida de periodista.

Porque Marove no solo era redactor, sino que fue un inspirado caricaturista y un fotógrafo artístico, a quien la ceguera que comenzó a padecer hace veinte años, no pudo dominar.

Una misión en el campo
Me extrañó alguna vez en Arequipa saber que presentaba una muestra de sus fotografías, tomadas -¿se puede hacer eso?- guiado solo por las sensaciones del clima que lo rozaba.

Vi, entonces, un amanecer enrojecido sobre las montañas orientales de Arequipa y me pregunté a qué hora, poco después del amanecer, había sido captado.

Marove se reía cuando le preguntaba sobre el tema y desviaba la conversación, porque me parecía que se había levantado muy temprano y al sentir los rayos del sol sobre su cuerpo, apretó el disparador.

En busca de modernización

Lo conocí en junio de 1957 cuando ingresé a trabajar en el diario El Pueblo como redactor. Me dio la mano, “bienvenido”, me dijo, “contigo aquí podremos hacer muchas cosas”.

Arriero en las alturas
Quizá se refería a que como mi experiencia laboral venía de La Prensa, diario capitalino que imponía formas de redacción y medidas de diagramación modernas a través de “carillas milimetradas”, volcaría esos conocimientos en beneficio de mi nuevo diario.

Así fue, aunque hubo tropiezos, pues las famosas carillas milimetradas no tuvieron la entusiasta recepción que imaginé. Jorge Hani, el jefe de locales, pasaba largas horas contando las letras y espacios de un renglón para establecer el tamaño de una información.

Un barco solitario
Le decía que eso ya estaba inventado con las carillas de La Prensa, pero él alegaba que los linotipos de El Pueblo tenían otras matrices incompatibles.

¡Cosas técnicas que no interesan hoy, pero que a Marove lo puso de mi lado en las discusiones que se propiciaban en la redacción!

Bien. Marove hacía las caricaturas para mi columna, escrita en tono jocoso a veces, pero casi siempre con alto contenido crítico sobre asuntos de la ciudad y de sus barrios.  

Tallador de sillar
También lo hizo cuando editamos una revista de mala suerte, como que su nombre fue “Trece” y que no duró, si los recuerdos no me engañan, no más de cuatro números.

Sus peleas de toros

Con Marove pasábamos largas horas nocturnas hablando de las peleas de toros, una justa leal, decía, que muy rara vez es sangrienta y se reduce a una medición de fuerzas entre dos animales entrenados y criados para eso.

Yo me fui hacia nuevos horizontes -primero Correo y más tarde Expreso- en Lima y nos perdimos ocasionalmente de vista, pero en mis viajes a Arequipa, siempre nos encontrábamos para charlar.

Me enteré de las vicisitudes de El Pueblo, después de la muerte de su director y propietario Morales Blondet, cuando surgieron luchas internas por el poder entre grupos de trabajadores e intereses foráneos, en las que él participó con entereza y con amor al diario en que había trabajado toda su vida.

Salió malparado, pero continuó su pelea desde afuera, hasta que su salud, deteriorada progresivamente, lo recluyó en el hogar familiar.

Mi comadre Lupe, su esposa, me cuenta de sus últimas crisis que obligaron a mantenerlo bajo estricto y permanente cuidado médico. Me advirtió que quizá no me reconocería y que comprendiera la situación. Así lo prometí.

Pero, ¡oh sorpresa! Me saludó como un amistoso “¿cómo estás?” y luego me preguntó: “¿Estás trabajando para algún periódico?”.

Sostuvimos una conversación a tropezones, pero amistosa, a veces risueña, en presencia de su esposa Lupe, su hija Emily y su nieta Sofía, que concurren religiosamente todos los días a pasar con él varias horas.

Creador de la fama de Menelik

Marove escribió un libro sobre “Las peleas de toros de Arequipa” y se hallaba en plena investigación sobre el destino de los restos del prócer y poeta Mariano Melgar cuando la crisis de su mal interrumpió su tarea.

Destacó la imagen de "Menelik"
En su libro, Marove rescata la loncca tradición de las peleas de toros y devela con minuciosidad la historia de Menelik, un toro que no nació para el arado sino para pelear y se convirtió en el campeón de campeones de la campiña durante muchos años.

Cuando Menelik murió, sus propietarios hicieron embalsamar su cabeza y la guardaban como una reliquia, pero algunas instituciones la pidieron prestada para ferias y exhibiciones y perdió un ojo y se maltrató de mala manera hasta que sus dueños decidieron rescatarla y guardarla en su casa para siempre.

Recuerdo que Marove asistía todos los domingos a las peleas de toros, allí donde se produjera, en cualquier condición del tiempo y que los lunes El Pueblo publicaba sus notas acompañadas por fotografías que él mismo tomaba, sus dibujos y sus caricaturas.

Me duele que se encuentre enfermo y que su condición no le permita la escritura ni la lectura y ni la práctica de su arte, la caricatura, el dibujo y la fotografía que fueron sus hábitos de toda la vida. 

Manuel Rodríguez Velásquez... en persona
Es, me digo sin resignación, el precio que los años nos imponen.

Pero el hecho de que su familia lo acompañe diariamente y se ocupe de sus mínimas necesidades, aunque no lo tengan presente en el hogar como en el pasado, es conmovedor porque -y sepámoslo todos quienes lo conocimos- no permiten que caiga sobre él la soledad que suele acompañar a quienes, como él, padecen los males que duran tanto como el tiempo mismo.

Por eso me permito enaltecer la tarea que se han impuesto su esposa Lupe, sus hijos Jorge, Karina, Erick y Emily y sus seis nietos, para estar con él todas las horas que la casa en que se encuentra lo permita.

Que estos breves párrafos, hermano Marove, sean, asimismo, el homenaje que rindo a la camaradería incondicional que nos unía en los intensos años que compartimos en la casa periodística en que nos conocimos hace más de 60 años.    

(Imágenes de Manuel Rodríguez Velásquez y del álbum familiar)