martes, 9 de mayo de 2017

Una vez más, David ganó a Goliat

Pero de nada le valió
porque Goliat era el
Poder Judicial del Perú

Que un individuo común y silvestre le gane a un poder del Estado en el Perú, es repetir la hazaña bíblica de David y Goliat. Y, hay que decirlo, para ello, David contó con un buen apoyo legal y el criterio de justicia real de los jueces que no se amedrentaron frente al Poder de que forman parte.

Dama de la Justicia, ¿es legal pero justa?
También hay que señalar la decisión del individuo que no se arredró ante la magnificencia e imponencia de un Poder del Estado, y se lanzó a demandarlo en defensa de sus legítimos derechos e intereses laborales que entrañaban el reclamo de una determinada suma de dinero.

Varios amigos del individuo le dijeron ¡estás loco!, ¡con quién te vas a meter!, ¡nadie le gana al Poder Judicial (PJ)!

Quedaba, al parecer, el recuerdo de cuando, en plena dictadura fujimorista, el exdictador recluido hoy por sus crímenes, dispuso que cualquier demanda contra algún poder o entidad del Estado debía declararse infundada, improcedente o “no ha lugar”. Nadie debía ganarle al Estado en dictadura.

Pero he ahí -¡oh, maravilla!- que en esta democracia un juez laboral falló “declarando fundada la demanda interpuesta por el individuo contra el Poder Judicial sobre reconocimiento de relación laboral, reintegro de remuneraciones y pago de beneficios económicos”.

Ganar a este Poder era una hazaña
David vio ganada su primera batalla, y se llenó de justificado entusiasmo, fe y confianza en la justicia de su patria. Pero el Poder Judicial apeló y el asunto pasaba a la segunda instancia, a una sala integrada ahora por tres magistradas.

Estas tres juezas confirmaron la resolución del juez laboral “sobre reconocimiento de relación laboral, reintegro de remuneraciones y pago de beneficios económicos”.

La Sala agregó que, “en consecuencia, se ordena que la demandada (Poder Judicial)”, reconozca los derechos del demandante y cumpla con pagar a favor de este una suma equivalente a “reintegro de remuneraciones (…), compensación por tiempo de servicios (…), vacaciones (…) y gratificaciones (…) más los intereses legales y financieros que se liquidarán en ejecución de sentencia”.

Por supuesto, la alegría del individuo no tuvo límites, pero como Goliat debe ir hasta las últimas consecuencias, planteó un recurso de casación ante la Corte Suprema que también resolvió a favor del demandante.

La ilusión de creer en una justicia rápida
Aparentemente todo había terminado y lo que restaba era cobrar una bonita suma que iba a servir para cumplir varios proyectos y anhelos postergados del individuo, entre ellos, editar algunos libros y otros etcéteras que son de exclusivo uso personal.

El proceso había durado cinco años y medio -de enero de 2011 a mayo de 2016- y entonces debía iniciarse el pago, que no se produjo como David lo había previsto, sino en comodísimas cuotas judiciales.

David debe vivir hasta el año 2034

Lo mejor y lo gloriosamente edificante de todo, es que, según el cronograma de pago establecido por Goliat sin la intervención de David, el individuo debe vivir hasta el año 2034 -ahora solo tiene 85 años-, lo cual es un magnífico y elogiable deseo de supervivencia.

Pero no debe preocuparse, porque las cuotas son abonadas religiosamente a fin de mes y lo serán durante 224 meses, es decir, nada menos ni nada más que durante los próximos 18 años a partir de mayo del año de gracia de 2016.

Por favor, amigo lector, quítese de la cara esa sonrisa diabólica.

Plazo más largo que la escalinata
Y esta medida no es antojadiza. Un alto funcionario del Poder Judicial le dijo al individuo a mediados de 2016, que no había dinero para pagar las deudas laborales. Y solo hay un escaso millón y algo más de soles que se distribuiría entre todos los acreedores del PJ.

Ha triunfado David, qué duda cabe, pero Goliat sigue con la sartén por el mango. Como en las mejores dictaduras cuando el más poderoso hacía lo que le venía en gana.

¡Señor ministro de Economía: por favor, disponga que Goliat reciba la plata necesaria para que, específicamente, honre las deudas que tiene con 3 545  extrabajadores!.. Se la han ganado en buena ley.

Pero hágalo antes de que sea demasiado tarde porque la mayoría de ellos está por su avanzada edad, como si dijéramos, con un pie en la tumba y el otro en una cáscara de plátano. (Luis Eduardo Podestá).

(Imágenes del autorl)

No hay comentarios.: