viernes, 21 de agosto de 2015

De cómo uno se convierte en delincuente

Bloquear carreteras es un delito,
pero muchos lo perpetran y solo
a algunos les cae el peso de la ley

Muchos honrados ciudadanos se convierten en delincuentes de la noche a la mañana, por un delito que se ha vuelto muy común y del cual algunos perpetradores se libran por una socorrida “falta de pruebas” porque no fueron identificados entre la multitud que habitualmente protagoniza esos actos.

Pista bloqueada en varios tramos
Quienes tienen la intención de protestar han recurrido hace ya bastantes años, al bloqueo de carreteras para presionar a las autoridades –por lo general al gobierno central con el fin de obtener algo por la fuerza.

Bloquear carreteras es sencillo, pero sus consecuencias han sido funestas para decenas o miles de pasajeros. Algunos perdieron la vida. Recuerden un bloqueo en una carretera hacia Arequipa desatado por mineros ilegales, que provocó la muerte de una persona a la que no le permitieron recibir auxilio médico ni hubo el gesto humanitario de trasladarla a un puesto asistencial.

Que se sepa, uno de los primeros bloqueos de carretera castigados con el peso de la ley, fue aquel en que participaron agricultores de Huacho.

Se aplicó el Código Penal

Esa era la primera vez que se aplicaba el entonces Nuevo Código Procesal Penal (NCPP) que comenzó a regir en abril de 2006 en el distrito judicial de Huaura-Huacho, al norte de Lima, y sus efectos recayeron sobre 21 agricultores que, en el curso de una huelga agraria, salieron a la calle y tuvieron la mala idea de bloquear la carretera Panamericana Norte en varios tramos de aquella circunscripción.

No entienden razones y persisten en el delito
La policía detuvo a los 21 campesinos y la Fiscalía los acusó por los delitos de extorsión y participación en los disturbios ocurridos durante el desarrollo de la huelga, y solicitó ante el Poder Judicial la convalidación de la detención preliminar, es decir, pidió extender la detención de 24 horas a siete días.

Pero el juez Julio Castañeda Díaz del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaura, redujo la detención a cuatro días al término de los cuales, el fiscal Juan Rodríguez Sota pidió al magistrado aprobar la Terminación Anticipada que prevé el NCPP, según el cual las partes, es decir, agricultores y Ministerio Publico pudieron llegar a un acuerdo.

Tres años de prisión suspendida

Los campesinos aceptaron haber participado en las marchas que durante la huelga degeneraron en disturbios y bloqueo de varios tramos de la Panamericana Norte y tanto ellos como el Ministerio Público aceptaron la decisión del juez, que sentenció a los imputados a tres años de prisión suspendida.

Viajeros a pie en Andahuaylas
Los campesinos se comprometieron a cumplir estrictas reglas de conducta y al pago de una reparación civil de 2,100 soles, pagaderos en forma colectiva a razón de 100 soles cada uno en dos partes.

Que se sepa, ninguno de los sentenciados volvió a participar en desórdenes, algo que no se cumplió en el valle de Tambo, cuando algunos dirigentes de los bloqueos de carreteras, ya estaban sentenciados a prisión suspendida, por lo que su actividad en los disturbios era ya una causal para que la condena se hiciera efectiva.

Pero más allá de la acción de la justicia, una toma de carreteras es un atentado contra personas que no tienen nada que ver con la solución del problema que motiva la protesta.

¡Qué culpa tienen los viajeros!

Bloquear una carretera es un atentado contra la libertad individual, contra la salud y la vida de seres humanos que ven su viaje interrumpido. Ellos no van a solucionar el problema de mineros ilegales ni de los agricultores en huelga, sino que son utilizados como objetos de presión contra las autoridades.

Camiones detenidos en Celendín
Es decir, los exaltados bloqueadores extorsionan a las autoridades y retienen –otro delito que linda con el secuestro– a personas inocentes, sin detenerse a averiguar si están en buenas o malas condiciones de salud y si su viaje es de placer o por razones de índole diferente.

Por eso, aunque digan que el fin justifica los medios, me pronunciaré como siempre, contra los bloqueos de carreteras que provocan daños, menores o mayores y a veces han llegado a provocar muertes. 

Escena común en un bloqueo
Y sería bueno que los exaltados dispuestos a llegar a “las últimas consecuencias”, se detuvieran a pensar en el daño que un bloqueo de vías causa a personas inocentes. Y que las autoridades cumplan su obligación de sancionar ese delito para garantizar el libre desplazamiento de las personas por todas las carreteras y calles del país.

(Imágenes de medios de comunicación peruanos) 

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