miércoles, 14 de enero de 2015

¡Juró contra la fiesta y la pachanga!

Hay juramentos para todos los
gustos: por el líder, por los
descamisados y por la plata

A los ya numerosos juramentos que se salen del común y antiguamente ceremonial “sí, juro” se ha sumado uno más, cuando el regidor en minoría del distrito de AltoSelva Alegre, de Arequipa, Luis Enrique Salas Carreño, juró “poner fin a la fiesta y la pachanga de la corrupción”, ante el reelecto alcalde Omar Candia, a quien solo le quedó disimular su enojo.

Juró por la corrupción pero se arrepintió
Los medios periodísticos de la Ciudad Blanca informaron del singular juramento y señalaron que al alcalde “con evidente molestia, felicitó a Salas y le colocó la medalla” en cumplimiento del protocolo.

Antes, en Tacna, el también regidor del distrito de Ciudad Nueva, Nicolás Benito Mamani Mamani juró "por la corrupción" durante la ceremonia en que iniciaba su función.

"Sí, juro por la corrupción”, dijo con una mano en alto mientras sostenía el micrófono con la otra, cuando el alcalde Edgar Condori Coaquira recitó la fórmula de juramentación.

Ante esas palabras los pobladores que presenciaban el acto le lanzaron pifias y pidieron que sea expulsado, pero el asunto quedó allí.

Insólito, por lo menos, fue el juramento por el desaparecido congresista Gerardo Cruz Saavedra Mesones, quien dijo en alta voz en la solemne ceremonia en que participaba el 28 de julio de 2010, "¡Por Dios y por la plata!", y provocó risas entre sus colegas e indignación entre una población que deseaba –y desea congresistas que la defiendan con buenas leyes y no solo se eleven el sueldo cuando ellos lo juzgan conveniente.

El ejemplo de Saavedra Mesones por otros políticos entre ellos, Juan Abel Llanos Paz, teniente alcalde de Pocollay, Tacna, quien el 29 de diciembre del 2010, también juramentó su cargo edil proclamando “por Dios y por la plata”.

Que ganen sus haberes es justo, pero que remplacen la tradicional fórmula “por Dios y por la Patria” por la simple y crematística “por Dios y por la Plata” trasluce una fea intención de lo que se hará en un cargo público.

Concejal de Tacna juró "por la plata"
La moda de alterar el sobrio “por Dios y por la Patria, sí juro”, por otras fórmulas se conoce desde cuando representantes del Apra comenzaron a frecuentar los espacios de la función pública.

Los “compañeros” expresaban su devoción por “el Jefe”, al modificar la fórmula e introducirle “por Haya de la Torre y por mi pueblo de Coropochochay, sí juro”.

Juró por los "descamisados"
La fórmula modificada fue contagiosa y llegó hasta los comienzos del actual régimen, cuando el segundo vicepresidente del Perú Omar Chehade, quien pasó a condición de expresidente al tratar de llevar agua para su molino y confundió su cargo con un lobby cualquiera, juró “por los descamisados”, términos que la difunta Evita Perón usó en Argentina allá por los años 40 del siglo pasado para referirse a los trabajadores de su país.

Puede ser un ánimo de elevar la cabeza por sobre las de los otros, o de figurar, o de recordar con cariño a su mamá, a su papá o a su líder, pero el asunto se distorsiona tanto cada vez, que urge ponerle remedio y volver a la forma democrática, sobria y seria. Y cuando el jurante –valga la palabra– se resista y quiera sacar la lengua del plato, pues obligarlo a guardar la forma establecida, pues por algo será que se denomina "juramento de ley", ¿no? (Luis Eduardo Podestá).


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