lunes, 5 de diciembre de 2016

Nueva oda al chupe de camarones

La BBC se pregunta cómo ese
plato se convirtió en ícono de una
ciudad a 120 kilómetros del mar

La habitualmente seria y solemne agencia de noticias del Reino Unido, BBC Mundo, no escatima citas en elogio del chupe de camarones, que cualquier ama de casa o picantería de Arequipa, puede ofrecer para agasajar, sobre todo, a visitantes a quienes se quiera sorprender.

Plato emblemático
Así, el redactor Alejandro Milla Valencia, de BBC Mundo, en una información difundida hoy, temprano, se pregunta: “¿Cómo el chupe de camarones se convirtió en el plato emblemático de Arequipa, una ciudad a 120 kilómetros del mar?”.

Bueno, será porque el camarón con que se prepara el famoso chupe no es de mar sino de río y se puede pescar, cuando las autoridades lo permiten, en los ríos que pasan por Tambo, Majes, Ocoña, Camaná y algo más lejos al norte, hasta Chala.

Y así lo reitera también un conocedor citado por Milla: "Es que los camarones con los que se hace aquí el chupe no son de mar. Son de río. Por esos son tan grandes y sabrosos", le dijo a BBC Mundo el poeta y experto en gastronomía peruana”. Alonso Ruiz Rosas.

Esto, por supuesto, no le quita mérito al informe de Milla quien escribe que “el chupe de camarones es buenísimo, pero si es arequipeño es mejor", según “una frase que se escucha con frecuencia cuando se pregunta por este plato”.

Sea cual fuera la receta, siempre es plato de lujo
Añade con buena onda: “Un privilegio si se considera que la Ciudad blanca ostenta el récord nacional de platos registrados: 194 en total, de los cuales 11 son chupes”.

Luego describe con qué se prepara el chupe: papa, queso fresco y ají, aparte de otras hierbas y “secretos” de las abuelas y picanteras que buscan que su plato sea una creación con características especiales y se distinga de los demás.

Recuerda a Mario Vargas Llosa, el premio Novel de Literatura de 2010 y escribe: “Además, adquirió fama literaria gracias a que es cuna de los recuerdos gastronómicos preferidos del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien nació en Arequipa en 1936”.

"Vivía solo, cuidado por la ama de llaves, la señora Inocencia, que puso bajo mis ojos, por primera vez, un chupe de camarones rojizo y candente, manjar supremo de la cocina arequipeña, que luego sería mi plato preferido", se puede leer en el artículo "La casa de Arequipa" que Vargas Llosa escribió para su columna Piedra de Toque en el diario El País, en 2011, precisa Milla.

Lloró ante un gran chupe de camarones

Milla también recoge el testimonio de otro conocedor: "El chupe de camarones es una de las mejores muestras del mestizaje cultural que se respira en Arequipa. Un mestizaje entre la población andina que habitaba la región y la occidental que trajeron consigo los españoles", le explicó a BBC Mundo el historiador peruano Juan Guillermo Carpio”.

Y como admirado picantero, describe los platos típicos de cada día de la semana: “Chaque de tripas para el lunes, Chayro para el martes, Chachacho (¿?) para el miércoles, Timpusca para el jueves y mazamorra de chuño (un tipo de papa) negro para los viernes”.

Le faltan dos días, sábado y domingo, durante los cuales se puede disfrutar de un caldo de lomos y el consabido chupe de camarones.

Pero cualquier día es bueno para el chupe y recomiendan algunas amas de casa, que son preferibles los camarones medianos y pequeños, porque son los que le dan mayor sabor al caldo. Esto parece una proscripción para los camarones grandes, pero hay quienes los prefieren porque camar´´on, grande pequeño o mediano, es camarón.

El redactor de la BBC Mundo concluye con un dato casi desconocido: El chupe de camaroneas, “según parece, hizo llorar a un Nobel. Vargas Llosa finaliza su oda al chupe con una confesión: ‘Me asustaron las retorcidas pinzas de esos crustáceos del río Majes y hasta parece que lloré’".

(Imágenes de BBC Mundo, Getty Images, Promperú, archivo)

1 comentario:

Lambayeque dijo...

Sin duda alguna el Chupe de camarones es un manjar de la gastronomía peruana que tienen que probar antes de irse de este mundo, pues es una experiencia única para el paladar.