miércoles, 23 de enero de 2013

Agoniza buque insignia argentino

El Sanísima Trinidad fue
el ariete de ataque en la
Guerra de las Malvinas

El buque insignia de la Armda Argentina durante la guerra de las Malvinas, el destructor Santísima Trinidad agoniza en Puerto Belgrano apenas sostenido por dos pequeños pesqueros que tratan de mantenerlo a flote, luego de que sufriera la rotura de una válvula de seis pulgadas, avería que hubiera podido repararse en unas horas en condiciones normales.

Hoy estaba en estas condiciones

Pero la demora causó un boquete en la banda de estribor que buzos de la Armada tratan de tapar. El diario El Mundo de España en su edición digital dijo acerca del destino del navío que el “escorado sobre una banda y sostenido, como un anciano decrépito, por dos barcos pequeros” y que "lo que no pudieron los torpedos de la Real Marina Británica y las tormentas en alta mar, lo está logrando el desinterés de un gobierno que se llama patriótico".

Elmundo.es, reproducía las palabra de un antiguo tripulante del barco que abrió la marcha sobre las Islas Malvinas en abril de 1982 y desde cuya cubierta, saltaron los los comandos argentinos que tomaron la casa del gobernador británico al comienzo de la operación con que comenzó la guerra.

Dos barcos pesqueros lo apoyaban ayer

Un oficial que combatió en ese conflicto dijo también al periódico español que “parece mentira que el buque insignia se esté hundiendo junto al muelle, por falta de presupuesto para mantenerlo a flote".

En sus tiempos de gloria el Santísima Trinidad estaba equipado con una batería de misiles superficie-tierra, un helipuerto para dos aeronaves y una tripulación de 310 combatientes.

El Santísima Trinidad fue armado en Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial y adquirido en los años 60 por Argentina junto con el Hércules, un destructor gemelo.
 
Se hizo eco de la crítica ciudadana

Los dos destructores eran de la misma clase que los barcos británicos Sheffield y Coventry, que fueron hundidos por la aviación argentina en dos acciones separadas de la Guerra de Malvinas.

A fines de 1989, el Santísima Trinidad fue acoderado en la base naval de Puerto Belgrano y, según los medios de comunicación argentinos, “la única utilidad que ha tenido ha sido la de ‘donar órganos’ (piezas de recambio) al Hércules, cuyo diagnóstico también es de carácter reservado”.

El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, dijo en una entrevista que publica el diario Clarín de Buenos Aires, que se le cae "la cara de vergüenza" cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le pregunta por el hundimiento del Santísima Trinidad.

Parece que su suerte está echada

"Como ministro de Defensa, cuando la Presidenta me pregunta, se me cae la cara de vergüenza al decir que se me hundió un buque amarrado en el puerto", dijo el ministro esta mañana.

Puricelli esbozó la posibilidad de “un posible "sabotaje", luego admitió que no es "un experto en buques ni mucho menos", pero luego dijo a Clarín que “es raro que, estando amarrado a puerto, se pueda hundir en cuestión de horas sin ninguna razón aparente".

Luis Eduardo Podestá

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