lunes, 21 de abril de 2014

Gabo: Si no hay noticia la inventamos

El creador de Macondo montó
una manifestación de protesta
para construir su noticia

Se tiene que ser grande para inventar la noticia cuando la noticia no existe. Y, contra lo que proclaman los manuales periodísticos sobre aquello de que hay que escribir siempre la verdad y nada más que la verdad, Gabriel García Márquez, con perdón de su memoria, inventó la noticia cuando ella no existía.

Cuando no había noticia la creaba
Han pasado cinco días del deceso de García Márquez y junto al impacto que nos causó su muerte anunciada –porque ya se sabía que estaba enfermo y de la resignación de sus familiares más cercanos y el reconocimiento de que fue el “mejor periodista de todos los tiempos” ha cruzado por los cuatro puntos cardinales de América y el mundo.

No lo niego ni lo negaré jamás, pero en aras de la verdad histórica hay que decirlo, ahora que aún dura el vendaval de noticias sobre el Gabo novelista mágico y el Gabo periodista, quizá para que alguno de los jóvenes periodistas de hoy –y también los veteranos que perciban que serán los grandes del oficio, no se sientan tentados a la invención de la noticia y al falseamiento de la verdad, la única diosa respetable e inviolable de los hombres y mujeres de prensa de todos los tiempos y todos los rincones del mundo.

Jaime Abello Banfi, director general de la Fundación GabrielGarcía Márquez para un Nuevo Periodismo Iberoamericano más conocido por sus siglas FNPI, conversó con Néfer Muñoz, de la BBC Mundo, quien escribió: “En 1954, el diario colombiano El Espectador envía a uno de sus jóvenes periodistas, Gabriel García Márquez, a cubrir una protesta multitudinaria contra el gobierno en la remota ciudad de Quibdó, en el estado del Chocó”.

Quibdó, el pueblo donde Gabo inventó su noticia
“Tras una odisea de dos días de viaje por la selva, García Márquez y su fotógrafo llegan por fin a su destino y se llevan una sorpresa: la ciudad de Quibdó está en completa calma. El corresponsal local de El Espectador, Primo Guerrero, había falseado los hechos que había informado a la redacción en Bogotá.

“Es decir, García Márquez se percata de que la protesta por la que había sido enviado a reportear no existe. Ante este panorama, el joven periodista le dice a Guerrero que no quiere regresar a la capital con las manos vacías.

“Así que se ponen de acuerdo y, "con tambores y sirenas", ambos convocan y organizan una protesta para poder escribir la crónica y tomar las fotos.

“La nota sale publicada en El Espectador bajo el título "Historia íntima de una manifestación de 400 horas" y, en ella, García Márquez asegura que la protesta duró 13 días, "nueve de los cuales estuvo lloviendo implacablemente" y precisa que “bajo la lluvia los manifestantes lloraban, escribían memoriales y se lavaban en la vía pública".

Desarrolló el "diarismo mágico"
Años más tarde, al recordar este episodio, en una entrevista con el periodista Daniel Samper, García Márquez confesó: "Inventábamos cada noticia...".

Néfer Muñoz, periodista costarricense doctorado en literatura en la Universidad de Harvard, escribió una tesis titulada "Novelando en el periódico y reporteando en la novela de América Latina" y dice que el autor de Cien años de soledad, “desarrolla el concepto de ‘diarismo mágico’.

Aparte de la manifestación de Quibdó, Muñoz ha encontrado lo que llama “exageraciones e invenciones en diferentes etapas” del periodismo que García Márquez ejerce, tantas que “están presentes de una forma abundante y abierta y, en otras, de forma dosificada y velada”.

La manifestación de Quibdó no fue el único invento de Gabo periodista.

Jaime Abello, director de la Fundación García Márquez 
Abello Banfi cuenta que entre las invenciones de García Márquez se encuentra su reportaje "Caracas sin agua", texto de 1958 que refiere la historia de un ingeniero alemán llamado Samuel Burkart, quien está en la capital venezolana durante una crítica escasez de agua. García Márquez narra cómo Burkart, ante la falta de agua tiene que rasurarse con jugo de duraznos.

Abello Banfi le dijo a Néfer Muñoz que el ingeniero alemán nunca existió y que cuando García Márquez describió la vida de Burkart en Caracas, estaba contando sus propias experiencias.

Para mantener intacta la imagen del escritor, Muñoz, califica el fenómeno  como el “diarismo mágico de García Márquez”, pero reconoce que no es el primero que ha detectado “las invenciones en el periodismo garciamarquiano”.

Se refiere a nuestro premio Nobel de Literatura de 2010, Mario Vargas Llosa, quien en su "Historia de un deicidio", documenta la invención que García Márquez hizo de la protesta de Quibdó y dice que “es parte de su personalidad aventurera y su fascinación por los hechos y los personajes inusitados”.

En ese libro, Vargas Llosa señala que "lo que sedujo" a García Márquez del periodismo no fue la página editorial sino el trabajo de reportero, "que se moviliza tras la noticia y, si no la encuentra, la inventa".

Redacción: fábrica de la verdad
Muñoz recuerda también que en octubre de 1996 García Márquez pronunció un discurso que tituló "El mejor oficio del mundo" en cuyo texto califica al reportaje como género literario y denuncia los "atentados éticos" que se cometen “por prestar más atención a la tecnología que a las personas y a las palabras”.

"La ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón", y añadió que "en el oficio de reportero se puede decir lo que se quiera con dos condiciones: que se haga de forma creíble y que el periodista sepa en su conciencia que lo que escribe es verdad".

Creo que Gabriel García Márquez, sus licencias para inventar o construir una noticia donde no la había y sus palabras en la madurez acerca de la ética y el respeto a la verdad, abren un campo de debate a los periodistas del presente.

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