martes, 8 de noviembre de 2016

Sat-1 y probable negociado estratosférico

Las dudas que tormentosas
crecen sobre la compra de
satélite de gobierno a gobierno

La compra del satélite Perú-Sat-1 se hizo “de gobierno a gobierno” para evitar una licitación pública internacional y propició un mar de dudas, que hoy fueron expuestas por el diario Perú21 en un extenso informe, cuyo resumen se consigna en esta nota.

Una herramienta de alta tecnología
“Con la modalidad de ‘gobierno a gobierno’, el Ministerio de Defensa y la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aerespacial (Conida), la Agencia espacial del Perú, evitaron una licitación pública internacional, la cual es un recurso más riguroso”, dice el diario al iniciar su informe.

Recuerda que el lanzamiento del Perú SAT-1, aparato que “cuesta una fortuna en soles”, fue aplaudido por el país, cuando fue lanzado el 15 de setiembre pasado, al nivel estratosférico de  694 kilómetros de altura, pero esa misma noche el Congreso de la República “decidió investigar los detalles de su consecución”.

Refiere que la historia comienza con “la visita de Pedro Cateriano (entonces ministro de Defensa) a París, el 10 de noviembre de 2012, quien “anunció el interés del gobierno de adquirir helicópteros y un satélite”.

Luego hubo una carta de intenciones que “también firmó el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian” y “los hechos subsiguientes parecen las líneas de un libreto previsto hasta en sus mínimos detalles”.

Portada denunciante
“El 15 de noviembre del 2012, Ollanta Humala ratificó los términos de esa cooperación con su homólogo François Hollande, y el 17 de diciembre de ese mismo año, tras una invitación oficial, un grupo de militares del Perú recorrió la fábrica de Astrium Defence and Space en la ciudad de Toulouse, a 600 kilómetros al suroeste de París. ¿Fue una mera coincidencia? En esa planta fue donde se terminó construyendo el Perú SAT-1”, añade Perú21.

“A la luz de los indicios, la pregunta que todavía no responden las autoridades es: ¿Ollanta Humala tenía decidido comprarle el satélite a Astrium Defence and Space desde antes de que se abriera la convocatoria para que otras compañías, de países diferentes a Francia, se postularan? Si fue así, ¿por qué lo hizo?, ¿a cambio de qué? Un hecho previo solo acrecienta las dudas”, recalca.

Informa seguidamente que “el viceministro de Recursos para la Defensa, Jakke Valakivi, le preguntó al Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE), si era posible llevar a cabo una compra bajo la modalidad de gobierno a gobierno”.

Figura no contemplada en la ley

OSCE le respondió el 19 de julio de 2012, “que esa figura no estaba contemplada en la ley” y destacó que “de hacerse, la contratación de gobierno a gobierno se regiría por el derecho público internacional, es decir, sin injerencia de las normas de contratación peruanas”.

Maniobra trazada con bisturí
“Si el presidente Ollanta Humala buscaba un resquicio por donde burlar los controles, por ejemplo la obligación de convocar una licitación pública, lo halló en esa respuesta”, reflexiona el diario.

Todo siguió adelante y el 4 de noviembre de 2013, Cateriano entregó una declaración: “Hace meses, cuando viajé a Francia, le manifesté al ministro de Defensa de ese país el interés por adquirir un satélite mediante el mecanismo de gobierno a gobierno”.

“Repetida hoy, aquella declaración resulta reveladora debido a que, para entonces, los otros proveedores interesados en venderle al Perú un sistema satelital todavía no habían entregado su propuesta técnica y económica. De nuevo, los hechos subsiguientes parecen las líneas de un libreto previsto hasta en sus mínimos detalles”, dice Perú21.

Convenio muy conveniente
El diario prosigue que “justo antes de iniciar la convocatoria internacional, que supuestamente le abría las puertas en igualdad de condiciones a cualquier empresa fabricante de satélites, el gobierno incluyó una advertencia en la trigésima disposición complementaria del presupuesto de 2013, promulgada el 3 de diciembre de 2012, menos de un mes después de que el Ollanta Humala regresó de París”.

La advertencia fue: “El procedimiento de la contratación y la ejecución del contrato de Estado a Estado se regula bajo los alcances del comercio internacional y por las normas y principios del derecho internacional. Con aquella salvedad, el presidente se declaró libre de negociar con cualquiera y, eventualmente, en condiciones no previstas por la Ley de Contratación Pública del Perú”.

“Cuando se hizo público que “la empresa escogida era la francesa Astrium Defence and Space, Cateriano tuvo que defender el modelo de negociación porque originaba suspicacias y más preguntas que respuestas. Sus declaraciones, intentando conjurar las dudas, se repitieron una y otra vez.

Oficiales peruanos en la fábrica de satélites
“La ventaja de un acuerdo como este es que el gobierno peruano le paga directamente al gobierno francés, lo que garantiza su transparencia”, dijo el 4 de noviembre de 2013”.

No hubo pago de gobierno a gobierno

“En un país con uno de los índices de corrupción más altos del mundo, esas palabras se oyeron como una promesa de pulcritud. Pero escondían una espina de pescado”.

“En primer lugar porque la compra de gobierno a gobierno no está prevista en nuestra Ley de Contratación, y en segundo lugar porque el ministro, conocedor al detalle de los términos del acuerdo entre Perú y Francia, debía saber que el pago se haría a una cuenta privada, no estatal”, anota Perú21.

Y remata que el pago “de casi 600 millones de soles” no se hizo al gobierno francés sino a la Astrium Defence and Space.

Llamado a declarar sobre el tema por el Congreso, el 26 de octubre, el general FAP Carlos Rodríguez, jefe de Conida dijo que todo era tan claro que hasta “Francia devolvió 500,000 euros” de un supuesto cobro en exceso.

Proyecto que avanzó bien
Rodríguez afirmó que “la Contraloría auditó dos veces el proceso de compra y que no encontró nada ilegal”, pero Mariano González, actual ministro de Defensa, “ha solicitado una revisión adicional para establecer la ejecución contractual”.

Perú21 señala, asimismo, que “en la página de la Conida se puede comprobar que, en efecto, los pagos se hicieron a nombre de Astrium Defence and Space, no del gobierno francés” y muestra un facsímil del documento.

Al respecto, el general Rodríguez quiso hacerse el chistoso cuando respondió: “Obvio que la factura no puede estar a nombre del gobierno francés: el gobierno francés no fabrica satélites”.

El diario indica, que “el contrato de compra del sistema satelital se firmó el 24 de abril de 2014, en la sede del Cuartel General del Ejército. “Si la empresa no cumple de acuerdo a lo comprometido, el Estado peruano podrá accionar ante el Estado francés, porque ellos han garantizado el proyecto”, dijo el entonces ministro de Defensa, y de nuevo sus palabras sonaron como una promesa de pulcritud”.

Con tecnología de verdadera altura
Refiere que “el 10 de noviembre de 2014, ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, Pedro Cateriano fue más lejos: “Es la primera vez que Francia celebra con el Estado peruano un convenio de gobierno a gobierno, en el cual garantiza que el proyecto se cumpla. No existen en el pasado operaciones, ni de compra de cualquier clase de material, en donde el Estado francés haya garantizado la operación”. Nada de eso resultó cierto”, contradice Perú 21.

Porque “el acuerdo firmado entre Ollanta y Hollande es taxativo: “En caso de ejecución incorrecta de las obligaciones previstas en el protocolo de aplicaciones y de su anexo, únicamente se podrá atribuir la responsabilidad al proveedor industrial (Astrium Defence and Space). El proveedor industrial no gozará de ninguna solidaridad o garantía, implícita o expresa, de la parte francesa”.

“Contrario a lo que anunció el gobierno, el primer satélite de nuestra historia no está revestido de un blindaje gubernamental francés. No hay un gramo de eso en sus 400 kilogramos de peso”, comenta Perú21.

Lo cierto es que, insiste el periódico, “el contrato es equivalente a 597 millones de soles, y los depósitos se han hecho a una cuenta pública y no a un banco privado en Francia”.

Una herramienta cuya compra debe esclarecerse
El diario incluye un comentario de Mónica Yaya, exjefa del Tribunal de Osce: “La Ley de Contrataciones del Estado establece que las compras secretas necesitan la opinión previa aprobatoria de la Contraloría. Dicha posibilidad de control parece haber sido incómoda al gobierno de Ollanta Humala, por eso idearon las compras de gobierno a gobierno, para eliminar este requisito”.

“Con ello, el Ministerio de Defensa compró sin licitación ni supervisión alguna. Y para ello se valieron del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), que emitió una opinión a medida con la cual se creó un nuevo supuesto de inaplicación llamado de gobierno a gobierno, nunca antes contemplado en la ley".

"Es decir, antes del proceso de compra se habría producido un acuerdo entre el Ministerio de Defensa y el OSCE para burlar el mandato del artículo 76 de la Constitución que ordena que, salvo excepción establecida por ley, no por una opinión, toda compra con recursos públicos debe someterse a licitación”.

O sea, compatriota, se habría producido una maniobra de línea estratosférica en la compra de nuestro primer satélite y debe esclarecerse con qué fines y objetivos. Gracias, Perú21 por tan minucioso informe.

(Imágenes de Perú21 y Conida y captura de videos de El Peruano)


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