domingo, 25 de mayo de 2014

El Papa reza en muro palestino

Logra que presidentes
de Israel y Palestina se
reúnan en el Vaticano

El papa Francisco, de visita en el Medio Oriente, logró este domingo que dos irreconciliables enemigos, Palestina e Israel dieran un primer paso hacia la paz, mediante una reunión de los presidentes palestino Mahmud Abbas e  israelí, Simón Peres, en el Vaticano en las próximas semanas.

Reza ante el muro que divide dos países
El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, fue muy claro al señalar que la reunión de ambos mandatarios tiene por finalidad “hablar de paz en un sentido religioso”.

El diario El País, de España, informó que “la decisión espontánea de Francisco de bajar del vehículo descubierto que lo conducía a la basílica de la Natividad de Belén, acercarse al muro de separación de Cisjordania construido por Israel, rezar por unos minutos en silencio y apoyar después su cabeza donde otros han garabateado sus ansias de libertad, se convirtió en la imagen de la jornada”.

Hubo asimismo, otra demostración de promover la paz entre ambos estados, cuando Francisco se refirió al “Estado de Palestina”. “Animo a los pueblos palestino e israelí así como a sus respectivas autoridades”, dijo ante el presidente Abbas al aterrizar en Belén procedente de Jordania, “a emprender un feliz éxodo hacia la paz con la valentía y la firmeza que son necesarias para todo éxodo”.

Arremete contra los comerciantes de armas
El diario comentó también que “Francisco construyó el domingo una perfecta operación mediática a favor de la paz en Oriente Próximo. A los discursos directos como puños —‘¡Ya es hora de poner fin a esta situación!’— y a las imágenes destinadas a fijar la visita en el recuerdo —su cabeza apoyada sobre el triste muro del fracaso—, sumó dos iniciativas arriesgadas como prenda de su compromiso”.

La primera fue reunirse a almorzar, todavía en Belén, con un grupo de víctimas palestinas del conflicto para demostrarle al mundo cuán duros y duraderos son los dolores de la guerra. Aquí el riesgo estribaba en que los israelíes más radicales, que han contemplado con aprensión la sintonía de Francisco con Abdalá II y Mahmud Abbas, pudiesen considerarlo una clara toma de posición en su contra, dijo El País.

"Y a pesar de ello Francisco decidió que, por coherencia, debía sentar a su mesa a George Sbeit, a su esposa Shadia y a sus hijos adolescentes Nicole y César, naturales de Ikrit, un pueblo cristiano evacuado en su totalidad por el Ejército israelí en 1948 y al que ninguno de sus habitantes ha podido regresar. Y a Elias Abu Mohor, a su esposa y a sus dos mellizas de tres años. Viven en Cremisan, sobre un terreno que perderán si, como desea Israel, se amplía el muro de separación con Cisjordania. También a familias partidas que no se pueden reunir y a hijos de padres a los que el conflicto mantiene en la cárcel o el exilio. Jirones de un dolor muy hondo y muy antiguo, tanto que parece con derecho a quedarse", precisó el diario.

Asumió una difícil misión de paz
La principal parte del proyecto del Papa se cumplió cuando, a despecho del “escepticismo curtido por tantos fracasos”, pudo “arrancar un compromiso público e inmediato —aunque la salsa se viniera ligando desde hace tiempo gracias al trabajo de discretos mediadores— de las dos principales partes en conflicto. Los presidentes Abbas y Peres viajarán a Roma en las próximas semanas para, al menos, dar una señal de que es posible volver a intentar la paz.

Se da la circunstancia, además, de que el presidente Peres está a punto de culminar su mandato y de que quien, llegado el caso, tendría que dar contenido al gesto por la parte israelí es el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Tal vez la única diferencia con las ocasiones anteriores radique en que ahora el garante es Francisco, quien en apenas algo más de un año se ha convertido en un líder espiritual —y político, a la vista está— respetado en todo el mundo.

(Imágenes capturadas de un video de El País)




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