La Real Academia reconoció que
no le hicieron caso en ortografía
La tilde cuyo uso o supresión aconsejaba o disponía la última edición de
la Ortografía de la Real Academia Española (RAE) ha sido el misil que ha causado una derrota de la muy respetable Academia de la Lengua Española, derrota reconocida por uno de sus miembros, Salvador
Gutiérrez, después de dos años de experiencias frustrantes.
Salvador Gutiérrez, encargado de dar el parte de la derrota |
El portal El Castellano publicó hace unas dos semanas, que muy pocas personas han
acatado uno de los “consejos” de la RAE en cuanto al uso de la tilde que aún se
pone encima de palabras como “solo” y “este” o “esa”. Y usted, ¿cómo escribe
esas palabras?
En varios textos de documentos,
en artículos publicados en diarios y revistas he visto que aún se pone tilde en
aquellas palabras, a pesar del tiempo corrido desde que la RAE dispuso su
eliminación.
Por eso quizá la agencia española Efe señala, comprensiblemente, que “en
la última edición de la Ortografía se emitieron una serie de ‘propuestas
normativas’, que de no aplicarlas constituían una falta de ortografía, y otras,
que eran ’consejos’, no reglas”.
Reglas convertidas en "consejos" |
En lo que sí ha sido acatada la llamada “propuesta normativa” ha sido
en acentuar las mayúsculas, lo que ya se encuentra programado en las
computadoras en español.
Gutiérrez ofreció al respecto una conferencia en León, España, y luego dijo
a la agencia que en lo que toca a “consejos como los de suprimir la tilde
diacrítica en el adverbio ‘solo’ o en los pronombres demostrativos, ‘hay
autores que lo siguen y otros no’, y es más, hay quienes ‘exigen’ continuar con
la costumbre de poner el acento”.
El disertante dijo además, en un afán de minimizar lo que ha resultado
en una frustración para la RAE, que “los que desoyen estas recomendaciones no
están faltando a la regla, ya que se trataba de ‘aconsejar’ y explicar con
criterios científicos por qué no se debían acentuar”.
La Ortografía aludida es una edición de 800 páginas en cuya elaboración
colaboraron 22 Academias de la Lengua Española, y salió a la venta en diciembre
de 2010.
Le hicieron poco caso |
Gutiérrez es miembro del Consejo Asesor de la Fundación del Español
Urgente y catedrático de Lingüística General de la Universidad de León, dirige
el Departamento de Español al Día de la RAE, así como su servicio de consultas,
desde donde se emiten alrededor de un centenar de consejos diarios por escrito,
informó Efe.
El fenómeno no es raro si tomamos en cuenta lo que ocurre aquí cerca de
nosotros, donde la palabra “reemplazar” ha sido remplazada por remplazar, valga
la forzada frase. Remplazar y sus derivados fueron admitidos por la 22ª edición
del Diccionario de la RAE publicado en 2001, pero pocos periodistas y
escritores de América se han atrevido a usar esa licencia. ¡Cosas veredes!
He dedicado estos párrafos para hacerle saber que así como en otras
situaciones de esta vida, la repuesta popular –la llamaremos así– ha sido capaz
de provocar una disimulada marcha atrás de un organismo tan respetable y rígido
como la Real Academia de la Lengua Española que rige el destino de nuestra
comunicación. Luis Eduardo Podestá.
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