miércoles, 1 de febrero de 2012

Los turistas que llegan del frío

Arequipa trata de hacer
permanente un turismo
que vengan por mar

Con la llegada de cuatro cruceros, tres provenientes del norte, donde la gente le huye al invierno y uno del sur, se produjo el estallido de un sorpresivo y bienvenido boom turístico, que debiera hacerse permanente, porque venían 3,500 viajeros en un solo paquete, ansiosos de conocer estas tierras.

Pocas veces Matarani recibe cruceros turísticos

Luego de varias escalas en la costa norperuana, arribaron al puerto de Matarani, Arequipa, desde donde los visitantes tomaron rutas diferentes hacia puntos atractivos de esta región

Hace un par de semanas, en una de mis habituales sesiones de lectura actualizadora, me enteré de que en Arequipa, donde se anuncia un agresivo plan para incrementar el turismo, sobre todo de extranjeros, el año pasado había sido casi una bendición en cifras positivas.

Toman fotos de todo lo que ven en la ciudad

Un funcionario del gobierno regional declaró que este año se espera un crecimiento del 12 por ciento en cuanto a recepción de turistas y que el 2011 no estuvo mal con un crecimiento del 13 por ciento con respecto del año anterior, lo que había significado la llegada de más de un millón de visitantes, de los cuales -¡albricias!- 188 mil fueron extranjeros.

Por supuesto, me embargó un sentimiento de alegría, porque del turismo vive mucha gente y se espera que construya el desarrollo y el bienestar de miles de compatriotas que viven en lugares que tienen mucho que ofrecer.

Pero mi entusiasmo sufrió un severo golpe cuando, en la misma sesión de lectura recorrí la prensa española y me encontré con cifras verdaderamente apabullantes. En 2011 habían visitado a la vieja madre patria ¡56.7 millones de turistas extranjeros! Lo que significó una elevación del 7.6 por ciento con relación al año anterior.

Como España nos lleva cientos de años de edad y una rica experiencia en estos menesteres no habría razón para la envidia, sino más bien dedicación para aprovechar sus enseñanzas.

La Plaza de Armas centro de las visitas

Pero este panorama nos tiene que hacer pensar en que sí hay que preocuparse por saber qué clase de turismo estamos practicando.

Algunas cifras señalan que por el aeropuerto Jorge Chávez ingresaron en 2011 casi 1.3 millones de visitantes extranjeros y se supone que por tierra lo hará otro tanto. Pero aún son cifras escasas.

El arribo de esos cuatro cruceros turísticos estimuló el optimismo. De un solo paquete por decirlo así, 3,500 viajeros desembarcaron en ese puerto y se distribuyeron por diversas áreas.

Garza grande, riqueza de las Lagunas de Mejía

Según la prensa del sur, los visitantes prefirieron lugares como Mollendo, puerto que mantiene parte de la imagen de cuando fue fundado en 1830 (aunque la fecha de sus primeros asentamientos en Islay se desconoce), sus extensas playas de finísima arena, entre las cuales se alza la colina que sostiene el singular Castillo Forga, levantado en la época de oro de los ferrocarriles del sur.

Cerca de Mollendo, hacia el sur, algunos fueron en busca del santuario nacional Lagunas de Mejía, adonde vienen a pasar el verano, precediendo a los turistas, unas 60 especies de aves del hemisferio norte y donde existen por lo menos 84 especies residentes.

Otros viajaron a Arequipa para encontrarse con los conventos medievales de Santa Catalina y Santa Teresa abiertos al público, y una ciudad llena de casonas de sillar blanco, esa piedra volcánica que pocas ciudades en el mundo pueden exhibir.

Los bromistas dicen que llegar a Arequipa desde un puerto como Matarani o Mollendo, le permite al visitante conocer no solo la costa sino la sierra en que está asentada a medias la Ciudad Blanca y la selva… en alusión al parque de Selva Alegre que tiene hasta su laguna navegable… por botecitos bipersonales.

Cóndor en majestuoso vuelo en el Colca

Y si el tiempo y las ganas lo permitían, muchos se dirigieron al Cañón del Colca, cuyos 3,400 metros lo convierten en el segundo más profundo del mundo y donde se puede admirar en directo, el vuelo majestuoso de los cóndores andinos, que han encontrado, felizmente, un hábitat que les permite vivir y reproducirse en un ambiente de paz y de respeto.

Un total de 3,500 turistas en una semana no puede dejarse así como así. Los operadores del turismo en Arequipa, que hicieron posible la llegada de esos cuatro cruceros, se empeñan en mantener esa afluencia de visitantes por mar e incrementarla. Que así sea.

Luis Eduardo Podestá

Nota – Una versión de este artículo fue publicado en el diario El Peruano el 1 de febrero de 2012

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