miércoles, 22 de febrero de 2012

La medalla de los veteranos

En recuerdo de una
gesta que se libró
hace 62 años

Si es difícil hablar de uno mismo en una nota periodística –so pena de infringir el sagrado deber de publicar solo lo que es de servicio o interés público– más difícil es ignorar la benevolencia de un grupo de amigos, quizá los pocos que quedan, de aquella Promoción 1951 del Colegio Nacional de la Independencia Americana de Arequipa.


Medalla conmemorativa de las Bodas de Diamante de la promoción de 1951 del Colegio Independencia

Por eso, permítanme hacer una excepción y relatarles que ayer, mi condiscípulo Mariano Granda, vino a mi hogar para hacerme entrega de la medalla de honor, en realidad un gran honor, que la Municipalidad Provincial de Arequipa, había entregado, junto con la nominación de ciudadanos eméritos, a un grupo de exalumnos de la I, que participaron en la huelga de 1950. Quien escribe estas líneas no pudo estar presente en aquella ceremonia por razones de salud.

Los veteranos de aquella gesta que fueron declarados ciudadanos eméritos de Arequipa y recibieron una medalla de honor de la Municipalidad presidida por el alcalde Alfredo Zegarra Tejada, son Rafael Vizcardo Begazo, Mariano Granda Montoya, Leonidas Gutiérrez Díaz, Mario Valer Ramos, José Zuzunaga del Carpio y un servidor, Luis Eduardo Podestá Núñez, en ausencia.

Aparte de la leyenda habitual, la medalla contiene en el anverso una leyenda que recuerda "La huelga que gestó la Promoción 1951 en 1950 generó la Revolución de Arequipa por el ataque violento en contra del alumnado, ordenado por el prefecto coronel EP Meza Cuadra".

Como es conocido por mi generación y algunas anteriores –en menor medida por las más jóvenes– los estudiantes del cuarto año de secundaria del colegio Independencia, realizaron una huelga el 12 de junio de 1950, en reclamo de reivindicaciones estudiantiles y rendición de cuentas de dineros aportados por los padres de familia.

Mariano Granda entrega la medalla conmemorativa

Lejos de mantener el problema y buscar la solución dentro de los muros del plantel como lo hizo en situaciones similares el antiguo director Horacio Morales, el “Zambote”, el nuevo titular se quejó al prefecto del departamento y convirtió la huelga estudiantil en un asunto nacional.

Eran los tiempos de la dictadura de Odría y desempeñaba la prefectura el coronel Daniel Meza Cuadra, quien en lugar de aportar una solución conciliatoria, amenazó a los estudiantes con hacerlos sacar por los soldados que ya rodeaban el local.

Por supuesto, los muchachos rebeldes que entonces éramos, rechazamos las amenazas y el prefecto envió a tropas policiales de asalto que entraron disparando, para desalojar a un alumnado que los superaba en número pero solo tenía como proyectiles ladrillos provenientes de una construcción que entonces se realizaba dentro del colegio.

La refriega duró unos 45 minutos. Los policías se retiraron, el plantel quedó en manos de los estudiantes. Pero el ataque causó la indignación de los padres de familia que fueron testigos del incidente y de pobladores que comenzaron a protestar en las calles de Arequipa.

La policía volvió a actuar y ante la gravedad de los acontecimientos, las autoridades ordenaron que el ejército se hiciera cargo de la represión y se produjo lo que la historia ha llamado la “rebelión de 1950”.

Veteranos de la Promoción 1951 desfilan en Arequipa

Solo 50 años después, la rebelión y sus protagonistas fueron recordados oficialmente, en ceremonias públicas en la Municipalidad y en la Universidad de San Agustín que organizó el año 2000 un foro con la participación de los exestudiantes de la Independencia.

El año pasado, durante una ceremonia de evocación de las bodas de diamante de la promoción 1951, el alcalde Alfredo Zegarra Tejada declaró ciudadanos eméritos de Arequipa a los sobrevivientes de aquella huelga, entre ellos, al autor de esta nota, quien ayer recibió, vía Mariano Granda, la medalla que se exhibe.


Luis Eduardo Podestá


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