lunes, 28 de agosto de 2017

Beber cerveza ‘al pie de la vaca’

Cervecería artesanal en Diessen
y fiesta de homenaje al lúpulo en
Spalter completaron la semana


La cervecería Kraft Bräu de Diessen se da lujo de comenzar su atención a las seis de la tarde y los pobladores de Spalter de hacer una cosecha dominical para ofrecer un homenaje al lúpulo, que crece abundantemente en la región y la califica como una de las principales fuentes de la cerveza tradicional de Münich, Alemania.

Cervecería artesanal en expansión
En ambos lugares fue donde tomamos cerveza como quien dice “al pie de la vaca”, para graficar que la bebimos en su propia fuente original, sin esperar su paso por los supermercados, almacenes ni cervecerías que uno encuentra casi sin exageración, en cada cuadra de la ciudad y a la vera de carreteras vecinales y autopistas.

Martin Hug, chef en cervecería –graduado en universidad, por si acaso–, dice que quiere ampliar sus instalaciones y cuando se le inquiere acerca de si eso no afectaría la calificación de artesanal de su cerveza, responde que no.

Declaró que se mantendrá la calidad y el sabor de la producción y atenderá a un mayor número de personas.

A su cervecería, se ingresa por un zaguán al aire libre, tres amplias mesas bajo un toldo que parecen sostenido por dos añosas parras, vía de paso obligado a un gran salón y al habitual mostrador con su dispensador de cerveza.

Fiesta del lúpulo en Spalter
Desde nuestra ubicación de comensales ocasionales vemos  llegar y  salir a varias personas, con paquetes de seis botellas, que prefieren quizá disfrutarlas en un parque o su  casa.

Spalter de la mano con el lúpulo

A unos 150 kilómetros al norte de Münich, el pueblo de Spalter revive la tradición que hizo famosa su cerveza desde mucho antes de 1538, cuando se fundó lo que hoy es su fábrica estatal de cerveza bajo la marca de Spalter Bier.

Museo moderno sustentado por vieja estructura
El fin de semana celebraba su fiesta del lúpulo, con la cosecha y proceso del arbusto –quizá no tan arbusto porque en su madurez pasa de los tres metros de estatura, pero sigue muy delgado– y grupos de expertos, hombres y mujeres, extraían el fruto para procesarlo en medio de un plantío.
Un  domingo de fiesta en Spalter
Spalter produce por lo menos 19 tipos de cervezas –según un folleto ilustrativo– para  todos los gustos, incluido uno sin alcohol, para que los conductores aficionados al sagrado líquido lo disfruten sin incurrir en infracciones ni accidentes de regreso a casa.

La reina concede una gracia
Tuvimos la suerte de tropezarnos, Eirk, Beatriz y yo, con la reina de la fiesta, una belleza rubia llamada Katharina, quien llegaba para presidir la celebración y se detuvo unos minutos para  hacernos la gracia de saludarnos, cuando se enteró de que en el grupo habías dos del Perú, llegados de tan lejos.

En el Museo de la Cerveza del pueblo vimos el proceso de elaboración de la cerveza, de principio a fin, muy largo para describirlo en todos sus detalles.

Habría que subrayar que junto a las viejas herramientas de elaboración de la cerveza, los calderos y aperos de labranza para cultivar el lúpulo, se exhiben videos a paredes enteras en una sala especial que a uno no solo lo sorprende, sino que lo instruye acerca de la forma en que la cerveza se hizo realidad para satisfacción de una población mundial cada vez más sedienta.

El museo es un moderno edificio levantado sobre y alrededor de las columnas de la fábrica original, que forman una impresionante armazón de madera, ensamblada con paredes e instalaciones de la nueva construcción.

Solo habría que destacar que el boleto de ingreso incluye una ración de cerveza de cortesía y el elegante vaso que la contiene. 

Gracias, Spalter, por ese souvenir.

(Imágenes de Beatriz Podestá y del autor)
www.podestaprensa.com

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