sábado, 6 de enero de 2018

“Año de la reconciliación”, ¿con quién PPK?

Norma fue lanzada a
una semana del
cuestionado indulto

Nota del editor - El texto de esta página (Podesta te cuenta / www.podestaprensa.com) colgado ayer sábado ha coincidido singularmente con la caricatura aparecida hoy en el diario La República, en torno a la cacareada "reconciliación" convocada por el presidente Kuczynski y cuyo gobierno acaba de denominar el 2018 como el "año del diálogo y de la reconciliación". Con mucho agrado, y a fin de que el lector vea una arista más de la desleal conducta del mandatario, esta sección ha sido editada para dar especial lugar a la creación de Carlín, que será incluida también en el post del editor en Facebook acerca del mismo tema.

La verdadera "reconciliación" de PPK

Para que lo sepa el mundo entero, el Perú vivirá este 2108 su “año de diálogo y de la reconciliación” ordenado por el gobierno de don Pedro Pablo Kuczynski (PPK), según anuncio del diario oficial.

¿Con quiere reconciliarse PPK?
Pero, ¿con quién quiere PPK que el Perú se reconcilie?

Él ya no solo se reconcilió, “concilió” a espaldas de todos, el ilegal indulto a un asesino y ladrón a cambio de un puñado de votos que lo salvaron de la vacancia, vacancia que le hubiera dado un galardón de dignidad, de hombría, de consecuencia con tus actos presidenciales y de fidelidad a su palabra tantas veces empeñada en su campaña.

Ese plato de lentejas debe estar más indigesto que la renuncia de sus amigos a ser sus amigos y de sus ministros a ser sus ministros.

Hay que decirle algo. Si lo hubieran vacado, hoy lo llevábamos en hombros por todas las calles y plazas del Perú y no lo habrían quemado en todas ellas como un monigote de año nuevo junto al del exdictador japonés y otros de su calaña.

Crímenes sin perdón 
Dice Salomón Lerner Febres, expresidente de la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación, que “con frecuencia, el término (reconciliación) se convierte en santo y seña de los actores armados y de los poderosos para sellar pactos de impunidad con total prescindencia de los derechos de las víctimas”.

Lo que PPK acaba de hacer en su pacto con el exdictador japonés que no ha pedido perdón al Perú por sus crímenes ni a los deudos de sus víctimas directos, es dejarlo impune frente a la ley que lo juzgó.

Pero Lerner no se queda ahí. Prosigue que “peor aún, (reconciliación) es un término que, cuando es así utilizado, pone sobre las espaldas de las víctimas la obligación de sacrificar sus derechos y de aceptar el menoscabo de su dignidad en aras de ciertas acepciones cínicas de paz, estabilidad o concordia nacional”.


La resistencia civil
¿No parece esto la imagen exacta de lo que PPK ha hecho al indultar al exdictador contra la voluntad mayoritaria del Perú, que fueron los que lo eligieron y que hoy lo ven como el actor de una gran traición?

Y si PPK ha leído a Lerner el sábado en La República, le habrá escocido si no causado urticaria y se habrá enterado de que “todo parece indicar que en nuestro país las autoridades están actualizando ese uso insincero e inmoral del término como ardid para legitimar la transacción furtiva que celebra el fujimorismo”.

No es que lo parezca. Es un hecho real. Y ya todos lo sabemos.

Lerner es muy prudente cuando afirma que “todo parece indicar que el Gobierno ha otorgado libertad a Alberto Fujimori a cambio de que no se apruebe por el Congreso la declaración de vacancia de la Presidencia”.

Frustrados familiares de las víctimas
“Ello que ya es, en sí mismo, bastante censurable, resulta agravado si para ‘legitimar’ esa maniobra se recurra al mensaje moral de la reconciliación”, prosigue el filósofo y profesor universitario en su análisis.

Es decir, la reconciliación planteada desde el gobierno que encarna PPK, no solo es un cuento inmoral que aumenta “el agravio a víctimas a las que pareciera nunca se las ha tomado en cuenta”.

En realidad, PPK nunca las quiso tomar en cuenta, a pesar de las numerosas solicitudes que le formularon para conversar en su despacho.

Creo que es la hora de soledad de PPK, y que solo hay un compás de espera cuando el país espera la presencia del papa Francisco, para que los enemigos que tiene, que no saben de gratitudes, renueven sus ansias de poder, con maniobras a la mala.

Te quedaste solo...
Y sería interesante preguntarle si, al visitar el Perú, el Papa, que anticipó declaraciones sobre los derechos humanos, se sentirá cómodo al lado de alguien que acaba de maniobrar un indulto trucho para un asesino, que, por añadidura, tiene el título de séptimo presidente más corrupto del mundo.

¡Bienvenido, Francisco, si traes de las orejas al pedófilo Figari y restriegas las orejas de alguien capaz de traicionar su palabra y a sus millones de electores, a solo año y medio de haber sido elegido”. (Luis Eduardo Podestá).

(Imágenes de la prensa peruana, Internet y archivo)

No hay comentarios.: