miércoles, 18 de abril de 2018

La bandera blanca del japonés

Se veía venir y Kenji lo confirmó
con su “desconozco mayormente”
ante el fiscal que lo interrogó

¡Todo era un gran teatro! El telón cayó cuando Kenji, el hijito mimado, llevó su mecedora ante el fiscal José Domingo Pérez y lo hizo perder el tiempo, pues había sufrido un violento y sorpresivo ataque de amnesia. No recordaba nada, no sabía nada.

Entregan la sartén a quien no sabe cocinar
Días antes, en un acto simbólico, el exdictador acompañado por su hijito preferido, aparecía en una playita del río Rímac, apoyado en un muro, y lucía una bandera blanca como mandil de paz dirigido a… ¿los peruanos defraudados cien veces por él y su camada?

No, ese mensaje subliminal iba dirigido a la hijita, la mandarina Keiko, quien sin haber visitado nunca la cocina de su casa, tenía -otra vez- la sartén por el mango.

Una versión periodística dice que el corruptor de su mascota Puñete, dijo “Yo pongo las manos al fuego por mi hermana. Yo confió ciegamente en ella…”.

Y según la misma fuente: “Señor fiscal, mi hermana me ha asegurado que no recibió dinero de Odebrecht”, habría dicho Kenji en su interrogatorio”.

O sea, vuelve la paz a la familia. ¡Y juntos son dinamita... y de la peor, oiga usted!

En el podio de los más grandes
Si no, vea un poco la historia del Perú de los años 90, denominada por algunos la “década oscura”, que le dio al gobernante de entonces, el patriarca Arberto Kenja, el honroso título del séptimo presidente más corrupto del mundo.

No era cualquier cosa. Figuraba en el ranking mundial haciéndoles la pelea a Suharto de Indonesia, a Marcos de Filipinas, A Sese Seko de Zaire, a Sani Abache de Nigeria, a Milosevic de Serbia/Yugoslavia, a Duvalier de Haití, a Lazarenko de Ucrania, a Alemán de Nicaragua y Estrada, otro de Filipina.

Transparencia Internacional, autora de esta lista, le atribuía la malversación de 600 millones de dólares, algo que muchos analistas consideran compasivo e incompleto.

Opinan los que saben

El analista político Carlos Monge, le dijo sobre el tema al Diario UNO: “Uno se pregunta qué pasó. La primera respuesta es que puede haber sido un bluff” para asustar a la bancada de Fuerza Popular “que estaba iniciando el proceso de desafuero”. 


Solo sé que nada sé
“La segunda hipótesis de Monge”, dice el Diario UNO, “es que ‘pueda ser efectivamente un acuerdo, que no tendría que ser explícito o formal, es decir, es posible que Kenji sepa algo de Keiko y a su vez que Keiko sepa algo respecto de Kenji, quien ahora está investigado en una investigación por lavado de activos”.

Recordó que “se sabía antes de los cargamentos de droga hallados por las autoridades en los almacenes de Limasa, de la cual fue copropietario y de la que ahora se sabe que tiene una serie de transferencias que han estado llegando desde Japón y (…) que se sospecha que vendría a ser dinero de la corrupción de Alberto Fujimori en los noventa que terminó depositada en Japón, y que Kenji podría haber realizado de esa manera para financiar su campaña y otras cosas’”.

Sinesio López también dijo algo a Diario UNO: “es posible que estén llegando a un acuerdo directo entre Keiko y Kenji o mediado por su padre, en todo caso lo que le interesaba a Kenji era tener una buena relación con el Ejecutivo, para garantizar el indulto al padre y defenderlo”.

Disimulando la guerra civil
“Y en esta `guerra civil` entre hermanos, Keiko no quería el indulto y él sí, eso los llevó a un fratricidio que acompañó la guerra entre PPK y Keiko”, añadió.

Pronosticó que “es posible que se reagrupen con el objetivo del año 2021, porque el fratricidio era perjudicial para los dos, en un momento Kenji la ganaba y con los Mamanivideos ambos han perdido, es decir provocaron la renuncia de PPK, salió malherido Kenji pero también Keiko porque esas grabaciones es obvio que han sido procesadas por la mototaxi de Keiko, entonces estalló para todos”.

“Sin embargo no creo que el conflicto haya terminado o la lucha por el patrimonio del fujimorismo”, subrayó López.

Buscan la paz del archivo

Por su parte, el periodista César Romero, del diario la República escribió: “Kenji Fujimori, Moisés Mamani y el fujimorismo juegan con el Ministerio Público, con el objetivo final de que las investigaciones, a unos y otros, se archiven”. Esta es la sensación hoy al interior de la Fiscalía por la actuación en los últimos días de los parlamentarios fujimoristas".

Me regalaron un relojito grabador
“En un primer acto”, añade Romero, “el presidente del Congreso, Luis Galarreta, denunció un supuesto negociado, con fondos públicos, para salvar al expresidente Pedro Pablo Kuczynski de la vacancia y, días después, en compañía del legislador Moisés Mamani anunció al Ministerio Público entregarle los "Keikovideos" sin editar, para que pudiera investigar”.

“Un segundo acto se dio el 27 de marzo. Ese día Kenji Fujimori se presentó voluntariamente al despacho del fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, para ofrecerle cooperar en todas las investigaciones del Ministerio Público a su hermana Keiko Fujimori, sobre los aportes de campaña de parte de Odebrecht”.

“Pero, desde entonces los fiscales consideran que los han puesto en espera, sentados en una endeble mecedora, sin saber qué deben esperar exactamente”, remarca el periodista.

“En ese marco se desarrolla el tercer acto de esta serie. El congresista Mamani entregó copias de las filmaciones, anunció que se había borrado uno de los videos con el expresidente Kuczynski y dilataba definir cuándo iba a prestar su declaración”, prosiguió.

Pero…

“Además, el material entregado tenía inconsistencia y sin definir el formato de grabación original, para permitir un peritaje de las imágenes audiográficas, que descarte una manipulación".

Sin palabras
“De esta manera es difícil avanzar una investigación seria que se sustente en un video. Los jueces no aceptarán una denuncia basada en la copia de un video de dudoso origen. Los fiscales solo tendrían la denuncia y ninguna prueba”, concluye Romero.

Como usted verá, la mecedora en toda su estremecedora función, activada por una dinastía que pretende reinar eternamente en el Perú, cubriéndose -blindándose- en el fin común, perseguido con táperes y prebendas varias, para conseguir el fin supremo: el poder sin medida ni clemencia.

(Imágenes de La República, Diario Uno, Panorama, archivo e internet)
www.podestaprensa.com

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