miércoles, 23 de febrero de 2011

OK busca entrar al diccionario





La palabrita inventada
en elecciones de EEUU
tiene 171 años de edad



Este artículo de Luis Eduardo Podestá
fue publicado en el diario oficial
El Peruano el 23 de febrero de 2011


Es posible que más pronto que tarde llegue el día en que la palabra ok, tan utilizada en todos los idiomas y –casi con seguridad– originada en el inglés como abreviatura de okey, aunque se le atribuya otro origen, sea incluida con todos los honores por la Real Academia de la Lengua Española, tan permisiva en los últimos tiempos, en su Diccionario, el insobornable DRAE. Sobre todo, porque ya deambula por el mundo desde hace 171 años, según una versión diferente.

Gráfica demostración



Por lo pronto, indagué si ok u okey se encuentran aceptados, así como lo han sido numerosos términos nuevos que han dado origen a una nueva ortografía del idioma. Al ser consultado, el órgano oficial de la Real Academia respondió con toda seriedad: "La palabra ok no está registrada en el Diccionario".

Ante una variante de la consulta, respondió simplemente: "La palabra okey no está en el Diccionario".

Pero el OK u ok se ha convertido en una avalancha y lo vemos y escuchamos a cada instante, en todas partes. Grandes y chicos, sabios y legos lo pronuncian como si fuera suyo.

Ya sea OK con mayúsculas u ok con
minúsculas, millones de personas lo usan en mensajes o en el hablar común, en las redes sociales de internet, en las aulas y en textos publicitarios. Porque en casi cualquier idioma, si algo está bien, está OK.

Hay otra versión sobre el origen del invasor y aceptado OK u ok. Según la siempre bien enterada BBC, provendría de una anécdota presidencial de los Estados Unidos. Según esa leyenda, el OK habría comenzado a usarse durante las elecciones de 1840 en los Estados Unidos, "como un chiste o un error de deletreo" y ha llegado a ser como cualquiera lo puede comprobar "la palabra más popular del mundo".

"Uno de los candidatos era conocido como 'Old Kinderhook' (El viejo Kinderhook)", cuyo nombre no podía ser pronunciado muy fácilmente, por lo que se optó por abreviarlo a OK, como lo que sucede hoy día en nuestra propia campaña electoral, cuando un candidato ha adoptado las siglas de sus nombres y primer apellido como insignia de campaña.

Como era fácil de escribir y
memorizar, "la gente comenzó a usar OK en documentos y en el telégrafo como una señal de que todo iba bien", dice la BBC.

Y sea derivada del inglesísimo okey o del viejo Kinderhook, como no nos podremos librar del OK, habría que darle carta de ciudadanía.


Luis Eduardo Podestá

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