martes, 8 de febrero de 2011

Apátrida: ciudadano del universo

Algún candidato presidencial se
sintió insultado al sugerirse su
presunta condición de apátrida



Nota – Este artículo fue publicado
hoy martes en la página de opinión
del diario El Pueblo de Arequipa.



Por Rómulo Gonzáles Paredes (*)



Soy un peruano en Arequipa y un arequipeño en el Perú, parafraseando a Sarmiento. Algunos medios de comunicación y candidatos, dicen que la palabra apátrida es despectiva, es un insulto. Lo cual es falso y si lo dicen los políticos demuestran su lamentable ignorancia.

El ser apátrida quiere decir que no tiene patria, que es un ciudadano del universo.

La palabra apátrida tiene una ilustre historia. Hace más de 2000 años los filósofos griegos, y sobre todo los de la escuela estoica, maestros en el arte de pensar; enseñaban que todos los hombres somos ciudadanos del universo; que las fronteras son rayas en el suelo que las han hecho por intereses de grupos o de los reyes, en fin.

Don Manuel González Prada, entre los anarquistas, decía: “Feroz y sanguinario mito es la patria”. Y como los filósofos estoicos griegos señalaba que el ser humano tiene una sola patria: el universo, del que comparte la inteligencia universal, el “nous” que gobierna las leyes de la naturaleza y de la sociedad.

Rómulo Gonzales Paredes y Luis Eduardo Podestá

El hombre participa de esta inteligencia universal, es el único ser que tiene razón natural. Esta doctrina la llevaron a Roma y los jurisconsultos crearon la doctrina del derecho natural, que permitió las grandes creaciones del Derecho Romano y que son el punto de partida de la actual ciencia del Derecho.

Todo abogado tiene que conocer el derecho humano y si conoce la filosofía griega mejor.

En resumen, si la inteligencia universal es una sola, de la que participan los hombres solo hay un derecho, el derecho natural estoico y por lo tanto ordenador del mundo, y una inteligencia universal, este aspecto lo tomaron los cristianos para explicar la idea de un solo Dios verdadero.

Por lo tanto, las fronteras son invento de los hombres porque dada nuestra inagotable inteligencia todos somos ciudadanos de una gran patria. Pero esto no quiere decir que las personas dejemos de querer el terruño donde hemos nacido y donde están enterrados nuestros antepasados, por lo que, si la humanidad no se autosuicida de acá a 500 años, no habrá fronteras en el mundo y desaparecerá como han desaparecido las fronteras de las tribus salvajes, esto según la doctrina de los estoicos griegos.

Hay ilustres apátridas como Carlos Marx, Albert Einstein, “Che” Guevara y otros no tenían patria. Eran ciudadanos del universo. De tal suerte que la palabra apátrida es un honor y no un insulto. El que escribe estas líneas admira esta construcción lógica de los griegos, pero quiere a Arequipa porque aquí nací y aquí están enterrados mis abuelos.



(*) El doctor Rómulo Gonzales Paredes, es profesor jubilado de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), abogado, experto en Derechos Humanos, y presidente del Comité de Historia de Arequipa. En su rica biografía de rebelde con causa se encuentra el episodio de la huelga del Colegio de la Independencia Americana de Arequipa, el 12 de junio de 1950, cuando su actuación tuvo una decisiva importancia en ese movimiento estudiantil. Traer a esta página su palabra serena y llena de la sabiduría que le da su experiencia profesional, siempre será un honor y una satisfacción.

Luis Eduardo Podestá

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