sábado, 2 de enero de 2016

Les dije que no lo dijeran

Insisten en escribir “al interior”
y cometen pecado gramatical

Poco antes de finalizar el año 2015, me permití hacer una recomendación muy amistosa y sin fines de lucro (¡ja ja ja!) a algunos colegas periodistas, sobre todo de la televisión y con relativa frecuencia de los diarios, acerca del mal uso de la frase “al interior” para remplazar el gramaticalmente correcto “en el interior”.

En el "lead" está bien y no en el titular (¿?)
Pues bien, he descubierto otro gran titular en un periódico que quiero mucho por lo cual me guardo el nombre –aunque parezca una maniobra inútil–, donde se lee con todas sus letras la incorrección de “al interior” en lugar de “en el interior". Lo peor es que en el "lead" se lee correctamente la construcción que debió extenderse a corregir el titular. ¿O no?

Cuando me permití con su venia, señalar esta masiva incorrección, tenía en mi auxilio al lexicógrafo y académico argentino Ricardo Soca, quien difunde cotidianamente enseñanzas y correcciones sobre el idioma que usamos, en sus páginas denominadas La palabra del día y La página del idioma español a través de las cuales absuelve consultas de decenas de personas interesadas en hablar y escribir correctamente.

Para afianzar mi llamado, decía entonces que “no solo los periodistas, que tienen la obligación de guardar la debida corrección en el lenguaje porque difunden esa incorrección a diestra y siniestra y –a veces lamentablemente– sirven de modelo al hablar de las personas, sino numerosos políticos de alcurnia, que utilizan esos términos incorrectamente”.

Recurrimos a un académico de alta talla: Ricardo Soca
Dice don Ricardo: “Existe corrupción al interior del ministerio tal…” o “La policía lo encontró al interior de su domicilio”, cuando la forma correcta debe ser en estas oraciones “Existe corrupción en el interior del ministerio tal”…o “La policía lo encontró en el interior de su domicilio”.

Ricardo Soca respondía a una persona que le preguntó: ¿Cuál es la forma correcta: "asaltaban al interior del bus", o "asaltaban en el interior del bus?”.

La respuesta no se hizo esperar. Don Ricardo respondió: “​Asaltaban en el interior del bus. No es aconsejable la construcción ‘al interior de’ cuando no está presente el verbo de movimiento. Por ejemplo: ‘vamos todos al interior de la casa’, pero ‘estamos todos en el interior de la casa’”.

Aplicar “al interior” con cualquier motivo se ha convertido en una plaga idiomática, sobre todo en los informativos de la televisión, de la radio y en los discursos políticos, para citar solo los más frecuentes.

Espero, una vez más, que esta brevísima y cordial llamada de atención sirva de algo a los colegas que la lean y a los que pronuncian discursos, más aún cuando nos hallamos ante la expectativa de millones de palabras de políticos, candidatos o no, con motivo de la campaña electoral que se nos viene encima.


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