jueves, 28 de enero de 2016

Cuando el genio tiró la esponja

Raúl Villarán no soportó que
Arequipa no le diera un éxito

Nota del editor – Una versión de este artículo fue publicada hoy en un suplemento especial del diario Correo de Arequipa, en homenaje al 53° aniversario de su fundación. Con mis felicitaciones al personal actual de ese diario, esta evocación de aquellos días, en que estuvo en la Ciudad Blanca, el "rey de los tabloides", Raúl Villarán Pasquel, quien creó varios diarios peruanos y cuya obra cumbre parece ser la cadena de diarios de Epensa.

Raúl Villarán era –es– considerado un genio del periodismo por haber creado periódicos exitosos como Última Hora, Expreso, la cadena de Correo y, más adelante Ojo que salía prácticamente gratis gracias a los originales de Correo, debidamente “volteados” y adecuados al carácter festivo del periódico.

Raúl Villaán, el "rey de los tabloides"

Pues bien, Villarán estuvo en Arequipa para dar a luz al nuevo hijo de la Empresa Periodística Nacional S.A. (Epensa), el diario Correo y como ya era habitual, el nacimiento estuvo precedido de una intensa publicidad.

No se libraron de ella –rectángulos con el logo en rojo de Correo–,  además de los paneles publicitarios, los postes del alumbrado público, los bordes de las veredas, los ómnibus, numerosos vehículos menores, los cines, la naciente televisión y las radios. Correo se anunciaba con toda pompa.

También hubo gran despliegue de personal, y llegó a Arequipa el estado mayor de la cadena encabezado naturalmente por el director de la cadena, Raúl Villarán, e integrado por el destacado periodista de La Prensa, José González Málaga, nombrado director, el editorialista Mario Castro Arenas, Guillermo Thorndike y otros para reforzar el área informativa, y varios especialistas para talleres, circulación, administración y publicidad.

Con Luis Banchero, primer dueño de la cadena
El año anterior fue nombrado jefe de redacción el extinto Jorge Hani Legunda y jefe de informaciones el autor de esta nota, ambos provenientes del diario El Pueblo.

¡Y llegó el día! El 28 de enero de 1963 se tiraron 25 mil ejemplares que varias camionetas distribuyeron gratuitamente al público en los lugares de mayor concentración de gente.

Segundo día. Villarán dispuso que se tiraran diez mil ejemplares a la venta. Hubo una gran devolución. En el tercer día los talleres lanzaron 5000 ejemplares y fueron devueltos más de 3000.

No creía lo que pasaba 

Cuarto día. Después de una siesta en la propia dirección del periódico, ubicado entonces en la quinta cuadra de La Merced, Villarán nos llamó a Hani y a mí.

-¡Ahí les dejo su periódico! Hagan lo que quieran con él. Yo regreso a Lima.

Por la noche abordó el mismo automóvil que lo había traído de Lima porque tenía pánico a los aviones y retornó a la sede central de la empresa. Esta desilusionado.

Por qué ocurrió en Arequipa lo que no pasó en Tacna, Huancayo ni Piura, donde las ediciones tuvieron éxito económico por su alta circulación, es un misterio que pocos se animaron a develar.

Más tarde, Villarán fundaría Ojo, un apéndice de Correo de Lima que salía casi sin costo, porque tenía redactores de mesa, editores y diagramadores que utilizaban el material de Correo, “volteaban” sus informaciones, les daban carácter ligero y las titulaban con términos parecidos a los de Última Hora, también creación de Villarán.

El genio de Villarán en Arequipa no brilló y el autor de tantos exitosos diarios, se fue con una frustración, quizá la única de su carrera genial. De las cien batallas que ganó, el general perdió una en el sur. (Luis Eduardo Podestá).

(De El periodismo que viví)

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