domingo, 25 de marzo de 2012

Sépalo aunque no le sirva

A la hora del movimiento
a usted no le importará
cuántos grados tiene


No sé si le servirá de algo conocer qué daños se producen cuando un movimiento sísmico entra en funciones y qué grado de intensidad alcanza. Si usted ve un cuadro inclinarse u oscilar una lámpara, puede saber cuántos grados Richter tiene ese temblor pero no si elevará su intensidad ni si el peligro es inminente y debe buscar protección.
Una casa cayó muy mal parada

Sin embargo, igual que me ocurrió a mí y a otros colegas periodistas, a la hora de hacer una información –aún extraoficial– sobre un temblor acabadito de ocurrir, creo que puede ser necesario conocer los efectos de esos fenómenos a determinados grados Richter.

Lo que va a leer a continuación –estoy casi seguro– no le servirá de nada, pero como es parte del contenido de mi libro Algo que llamamos periodismo, Lima, Vedimpres 2003, le hago ese regalo por si en alguna conversación viene el tema de calificar un temblor y sí puede aventar una teoría, de acuerdo con lo que vio y sintió.

La escala de Richter lleva el nombre de su creador, el sismólogo norteamericano Charles Francis Richter y mide la energía liberada en el epicentro del sismo. Es una escala logarítmica que crece en forma exponencial de un grado al siguiente, de modo que si un sismo tiene grado 7 es diez veces mayor que uno de grado 6.

Pero esos son detalles que puede o no tener en cuenta a la hora de la verdad. Y ahí vamos.

Un temblor de entre 1 y 2.5 grados Richter es percibido por escasas personas que se encuentren especialmente situadas, por ejemplo, en edificios altos o en zonas apartadas, silenciosas.
Efectos del sismo del 15 de agosto en Ica y Pisco

Entre 2.5 a 3.1 grados, se siente en los pisos altos de los edificios y los objetos que se encuentran suspendidos del techo, como focos o arañas de luz, oscilan ligeramente mientras los vidrios de las ventanas vibran.

Un sismo de 3.1 a 3.7 grados R, es percibido por muchas personas, sobre todo las están en pisos altos. Las casas se mueven con un efecto similar al de las vibraciones producidas por el paso de un camión o un ómnibus por la calle vecina.

Cuando se produce un temblor de 3.7 a 4.3 grados, muchas personas lo sienten en el interior de viviendas y algunas en las calles, a pesar del movimiento de la ciudad, durante el día. Si el sismo se produce en la noche, despierta a los durmientes mientras puertas y ventanas se estremecen y hacen ruido. Los vehículos estacionados se mueven y sus ocupantes perciben el movimiento.

Casi todos sientes un temblor de 4.3 a 4.9 grados. Si el movimiento se produce en la noche, la gente se despierta de inmediato. Objetos frágiles colocados en muebles, en posiciones inestables se caen y rompen. Los árboles y los postes se sacuden visiblemente. Los relojes colocados en las paredes pueden caer al suelo.
Casas y postes derribados en Pisco

Un temblor de 4.9 a 5.5 es percibido por todas las personas. Incluso en las ciudades ruidosas durante el día, lo sienten claramente y muchas procuran una protección en la calle. Algunas paredes sufren daños menores. Los muebles se mueven de sus sitios.

Con un sismo de 5.5 a 6.1 se producen escenas de pánico. Las personas se lanzan a las calles. Se producen daños en las estructuras débiles, pero las que se están bien diseñadas soportan el movimiento. Estructuras pobres de escasa resistencia sufren perjuicios considerables. En determinadas condiciones, conductores de vehículos, lo perciben en plena marcha.

En un sismo de 6.1 a 6.7 grados, las construcciones de estructuras fuertes sufren daños, y edificios de construcción precaria se vienen abajo o resultan con serios perjuicios. Las estatuas caen, los postes se inclinan y se observa remoción en tierras y arenas. Los conductores de vehículos en marcha sienten perturbaciones.

Cuando se produce un temblor de 6.7 a 7.3 grados, sufren serios daños hasta las estructuras bien diseñadas. Muchos edificios se agrietan, y algunos cimientos se desplazan de sus sitios. Se producen grietas en el suelo y las instalaciones de tuberías subterráneas de agua y desagüe se rompen. Es casi imposible mantener la marcha de un vehículo.

En un terremoto de 7.3 a 7.9 grados R, las construcciones de madera bien diseñadas son destruidas y muchas paredes de ladrillos y concreto se rompen o se desplazan de sus cimientos. Las líneas de los ferrocarriles se doblan y aparecen grietas en el suelo. Las personas no pueden mantenerse en pie.

Un sismo de 7.9 a 8.4 grados, escasas paredes quedan en pie. Se destruyen los puentes –que son las estructuras más resistentes– y se retuercen las vías de los ferrocarriles. El suelo presenta grietas de grandes dimensiones. Se producen deslizamientos considerables en los cerros de tierras blandas o deleznables.
Ärea del terremoto del 15 de agosto

Finalmente con un terremoto de 8.4 a 9 grados, la destrucción es total. Quedan visibles ondas en la tierra. Muchos objetos colocados sobre muebles o colgados en las paredes son disparados al aire. Las paredes mejor construidas sufren el desplazamiento de sus materiales. Se abren grietas en la tierra.

Hasta donde alcanzan mis modestos conocimientos, la escala de Richter llega solo al grado 9, pero de acuerdo con informes históricos el terremoto de Valdivia, Chile, del 22 de mayo de 1960 llegó a 9.5 grados Richter, el terremoto de Alaska del 28 de marzo de 1964 tuvo 9.2 grados R y el de Indonesia del 26 de marzo de 2004 llegó a 9.1 grados.

Terremotos así, que nos cojan confesados.

Luis Eduardo Podestá

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante información, gracias por compartirla.