domingo, 17 de julio de 2011

La carta que demoró ¡53 años!

También en EU existen
fabulosos retrasos
de correspondencia



Quienes aún en el Perú usan el correo normal, esto es enviar cartas por el llamado Serpost –al parecer sigla de servicios postales, salvo error o desconocimiento– y disculpan su impuntualidad con un “te escribí una carta” (que no llegó) pueden respirar aliviados. En Estados Unidos, el país de la eficiencia, una carta demoró ¡53 años! en llegar a su destino.

Pero no a su destinatario, un joven universitario de los años 50s, que hoy debe tener más de 70 años.

No merecía tanta demora

La agencia Reuters hizo el descubrimiento, reproducido puntualmente por Yahoo noticias, y señala que se trata de una carta de amor dirigida a un “joven estadounidense que vivía en el estado de Pensilvania”.

Pero no se crea que la carta ya ha sido entregada. Según la agencia de noticias “la tierna carta escrita a mano en 1958 aún espera en la sala de correo de la Universidad California de Pensilvania mientras los responsables buscan a su destinatario, Clark Moore, que ahora tiene unos 70 años y vive en otro estado, según la portavoz universitaria Christine Kindl”.

En aquel tiempo la universidad se llamaba California State Teachers College, lo que podría ser una causa del retraso en la entrega.

Ya se sabe su contenido

La vocera universitaria, quien al parecer ha tenido acceso al texto de la misiva, declaró que "es el tipo de carta que los estudiantes hoy podrían escribir a un novio que está estudiando lejos en la universidad. Ella termina diciendo: 'Te echo de menos tanto como siempre y te amo mil veces más. Por favor, escríbeme pronto".

Kindl dijo también que nadie sabe por qué la carta se retrasó más de medio siglo y que la remitente, Vonnie, juraba en ella a Clark Moore “amor eterno”, lo que será posible comprobar si se encuentra a la autora y se descubre su estado civil.

La misiva está fechada el 20 de febrero de 1958, pocos días después del día de los enamorados y fue enviada desde Pittsburgh.

El sobre recién llegó la semana pasada, es decir, que estuvo guardado en la oficina de correos 53 años, esperando un sello o quién sabe qué trámite burocrático.



Ahora, en el mundo real que vivimos y en el Perú, donde ya no existe un servicio estatal de correos como en el pasado, ya no se escriben cartas como las de Vonnie. Se envían mensajes a través de un correo electrónico gratuito o se consigue un servicio llamado “courier” o “mensajero”, para remitir sobres o encomiendas.

El romanticismo de la carta de amor, perfumada o con la roja impresión de unos labios femeninos, y de los sobres que guardan postales de viaje, ha terminado. Pero de vez en cuando, como en el caso de Vonnie y Clark, nos tropezamos con episodios verdaderamente emblemáticos que merecen mención porque quizá no se repetirán jamás.


Luis Eduardo Podestá

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