domingo, 23 de diciembre de 2012

Ministra se alinea con congresistas

Prefirió sueldo de parlamentaria al
de ministra porque sabe lo que hace

Cierto que las comparaciones son odiosas, más aún cuando ponen en evidencia cómo se han profundizado las diferencias entre unos privilegiados, como los 130 congresistas, y otros, por ejemplo, los miles de jubilados peruanos, los más desamparados de la sociedad.

Ministra con sueldo y bono de congresista

El ingreso de un congresista es de 30,834 soles (unos 12 mil dólares) y el de un jubilado que pagó cuotas mensuales durante toda una vida de trabajo para tener al final de ella, una pensión decente, entre 415 y 450 soles (entre 162 y 175 dólares).

La diferencia es más que notable, según verá usted porque con 12 mil dólares se pueden hacen muchas cosas y dejar algo para la alcancía, pero con 162 o 175 no llegará ni a fin de mes, aunque se restrinja la alimentación a una comida diaria y los demás gastos a los mínimos de la decencia humana.

Ahora bien, tan jugoso resulta el ingreso de un legislador que la congresista-ministra, Ana Jara, titular del ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, ha preferido el sueldo parlamentario en lugar del de ministra, bonos de representación incluidos (aunque esté dedicada al ministerio), porque … ya no hay tontos en el mundo y menos en el Congreso.

Ahondan la diferencia entre ellos y los otros

Además, ha tenido en cuenta que en el Perú, los trabajadores y funcionarios de cualquier nivel solo pueden percibir un sueldo del Estado, excepto si lo hacen por ejercer la docencia.

Lo inexplicable, hay que decirlo de paso, es que la ministra Jara, se distinguió entre sus colegas parlamentarios por haber sido una de las primeras en criticar el bono que duplicó los dineros de los congresistas y colmó la paciencia de la ciudadanía.

Pero igual, acató disciplinadamente el incremento y, si algo extraño no pasa –por ejemplo una reconsideración que lo anule, como han reclamado dos legisladores de entre la mancha de 130– disfrutará de él a partir del nuevo año.

Aquellos dos lunares del Congreso, Yehude Simon de la bancada oficialista y Javier Diez Canseco, quien se halla suspendido por una supuesta falta ética, han esbozado la posibilidad de plantear una reconsideración a aquel bono que exagera los ingresos de un grupito privilegiado en un país donde el salario mínimo vital que lo llaman llega a 700 soles (273 dólares) mensuales.

Aprobaron sus mejoras salariales

Así, pues, el Congreso acaba de ahondar la diferencia entre sus miembros y la generalidad de la ciudadanía desprotegida donde se hallan pendientes reclamos de mejoras salariales, que motivaron largas huelgas de maestros, personal administrativo del Poder Judicial, médicos y reclamos de efectivos policiales y jueces.

El gobierno se ha comprometido en algunos casos a solucionar los reclamos de nivelación de haberes a partir de enero y en otros como el de los policías, progresivamente, en el curso de dos años, hasta alcanzar el nivel que reclaman.

En aras de la estabilidad democrática y de la justicia e igualdad que muchos políticos y congresistas proclaman, es menester si no urgente, reconsiderar ese incremento, por la salud del propio Congreso hoy tan desprestigiado y sujeto a burlas e insultos que no se condicen con la majestad de un poder del Estado.

Luis Eduardo Podestá

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