sábado, 19 de enero de 2019

La mafia contraataca con todo

Al sentimiento de quienes luchan
contra la corrupción se suma la
indignación de César Hildebrandt

"Allí está el juez que acepta que un prófugo, varias veces lavador de dinero y mafioso hasta la médula, le diga que el magistrado Concepción Carhuancho debe irse”, señala la justificada indignación del periodista César Hildebrandt en la nota editorial del semanario que dirige, Hildebrandt en sus trece (H13), edición de ayer viernes 18 de enero de 2019.

La verdad con todas sus letras
Prosigue: “Y sale el juez a decir que una indignada opinión de Concepción Carhuancho lo invalida para seguir viendo el caso de la matriarca Keiko Fujimori, la hija del ladrón y asesino que nos mató como país y que se limpió las partes más horrendas de su cuerpo con los generales y almirantes del acta de sujeción (¿verdad, Tubino?)”.

El comentario de Hildebrandt comienza con una dolida reflexión sobre el Perú, nuestra patria: “El Perú es como una novela eterna, sin desenlace. La escribe un idiota, la corrige un basuriento, la edita un pirata, la tenemos que leer todos a la fuerza”.

Añade: “Y allí están sus capítulos: una capa sedimentaria de cientos de años de la misma vaina. Los mismos perdularios, los mismos cafichos, los mismos hipócritas, los mismos cuchés y hasta los mismos rabos suplicantes. Y las mismas monedas para los mismos fines”.

“País tocado por la maldición, el mío. Mi Perú. Mi pesadilla. Mi legaña. Mi cólico miserere”, recalca.

Ya se cantaba victoria

Nos recuerda que “cuando la limpieza cantaba victoria, cuando todo parecía encaminarse al lavado gástrico, aparece el tal César Sahuanay, con cara de portuario aventajado, y nos dice que Concepción Carhuancho se tiene que ir porque así se lo ha pedido Jaime Yoshiyama Tanaka, el del ojo crónico”.

Un juez que quiere el triunfo de la corrupción
Prosigue que “lo que no dice es que ya tiene pensado quiénes van a suceder a Concepción Carhuancho: una que sacó la cara por Fuerza Popular en el caso de la ONG Liberty Institute y otro que torpedeó el Caso Cócteles exigiendo plazos de investigación que no se podían cumplir. El oleaginoso Sahuanay sabe lo que hace. Su objetivo es la pusvalía, el triunfo final de la corrupción. Si González Prada le apretara la cara, qué géiseres veríamos”. 

Se refiere al congresista exalmirante de la Armada Peruana y continúa: “Es el mundo del que hablaba el diferentemente hábil Carlos Tubino cuando dijo: ‘con Keiko hasta el infierno’. Si para Sartre el infierno eran los otros, para Tubino el reino de Abadón son ellos mismos. Habrá que agradecerle la sinceridad”.

“Y es cierto: el fujimorismo ha demostrado ser el lugar sin ley donde arden las formalidades de la democracia y se consumen en las insolencias del fuego la separación de poderes, el respeto por el prójimo, la sencilla decencia de quien no acepta el robo y la mentira como normas”, agrega.

Confesó que seguirá a Keiko "hasta el infierno"
El comentario no suelta al exmarino metido a político con el cuestionado partido que heredó las mañas del dictador japonés: “Tubino es el autor de la más sintomática frase dicha por un fujimorista. Tubino no es un congresista: es un diagnóstico. Tubino es la lápida del partido que quiso refundar la señora que traicionó a su mami y se le torció a su apá y apuñaló a su hermanito”.

La mafia está viva

Hildebrandt prosigue la descripción: “La mafia está viva. Y los ingenuos supusimos que estaba en retroceso. ¡De ninguna manera! Porque la mafia, unida, jamás será vencida. Y allí están Rosita Bartra y Mauricio Mulder, emparejados castamente, haciendo de las suyas”.

Se refiere también a otros personajes que la historia reciente recuerda a plenitud: “Y allí está el canal de Ernesto Schütz, el ladrón y prófugo con pasaporte suizo, reciclando la denuncia aprista sobre unas operaciones hechas en el 2006 por la empresa familiar de los Vizcarra. El canal del ladrón Schütz y el del rufián González, o sea el 9, se yerguen ahora en jueces retroactivos respecto de una operación que nada tiene que ver con el escándalo Odebrecht”.

Emite seguidamente una conclusión: “Es la consigna del caquismo aprista: que todos hayan robado para que nadie haya robado. Es limpiarse con mierda”.

"Mierda de la cutra alanista"
Finalmente, Hildebrandt suelta el núcleo de su indignación: “Y mierda es la que, en metáfora viva, ha circulado por San Juan de Lurigancho, el distrito más grande de esta ciudad espantosa. Mierda simbólica, mierda navegante y democrática. Mierda de la improvisación, de la cutra alanista, de las obras mal hechas de Odebrecht y Graña y Montero. Mierda del caos que nos alienta, de la informalidad que nos enamora, de la mugre que nos conquista, de las instituciones que corrompemos. Mierda como mare Nostrum”.

Recusación contra la sala Salhuanay

El semanario emitió este comentario en que el fiscal coordinador del equipo especial anticorrupción, Rafael Vela, antepuso un recurso de nulidad y el de recusación contra la sala que apartó al juez Richard Concepción Carhuancho, documento que fue admitido.

En dicho documento, el fiscal Vela denuncia que la sala presidida por Salhuanay recusó al juez Carhuanco “sin pruebas” aportadas por el abogado del prófugo Jaime Yoshiyama, y que, por el contrario “generó una acusación de oficio”… “que está prohibido por la norma procesal”.

Atendió aceleradamente al prófugo Yoshiyama
Vela añade que “la Sala emitió dos resoluciones al resolver la recusación del juez Richard Concepción Carhuancho. En la primera se solicitó información a la presidencia de la Corte, y en la segunda se resolvió la recusación. En el trámite de ambas resoluciones hay corto tiempo, denotando una celeridad inusual, pero lo más grave es que no se permitió al representante del Ministerio Público tener acceso al mencionado incidente”.

Con ello, remarcó, “evitó que pueda argumentar y presentar alguna postura” lo cual “demuestra un trato desigual para el Ministerio Público, quebrantando con dicho accionar el derecho fundamental a la igualdad ante la ley”.

(Imágenes de Hildebrandt en sus trece, La República, eldiariodeJhonney.com, y El Comercio)


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