miércoles, 4 de marzo de 2015

Arequipa: ¿Monorriel o metro? Esa es la cuestión

Ventajas y desventajas
del moderno transporte que
muchas ciudades tienen

Con el anuncio de que el monorriel de Arequipa es inminente, han surgido cuestionamientos, entre ellos, el hecho de que podría colisionar con la intangibilidad del Centro Histórico que es Patrimonio Cultural de la Humanidad y tendencias a favor de un tren subterráneo, por el mismo precio.

Unos quieren monorriel, otros metro subterráneo
Las autoridades municipales han señalado que el monorriel costaría alrededor de 1 200 millones de dólares, una cantidad igual, señalan, a la que demandaría la construcción de un tren subterráneo, que no afectaría en nada la imagen de la ciudad.

El Colegio de Arquitectos de Arequipa alzó su autorizada voz para declarar que el monorriel es "inviable y a la vez inaceptable" y el decano Alberto Llerena, dijo que “generarían una barrera visual en los monumentos, lo que afectaría la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad de Unesco”.

Otro factor es que provocaría más gastos para los usuarios, que tendrían que emplear otro transporte (los alimentadores) para llegar a sus destinos.

Por su lado, Walter Aguirre, exgerente de Transportes y exvicepresidente de la Región, señaló que el monorriel no es la solución para el excesivo tráfico y abundante contaminación que actualmente impera en Arequipa.

Pocos paraderos para 14 kilómetros
El monorriel, dicen otras voces, es para ciudades pequeñas, y Arequipa ya no lo es. Con el ánimo de colaborar en el debate, veamos algunas de las ventajas y desventajas que han sido recogidas de diversas fuentes.

El trazado del monorriel utiliza menos terreno que las demás opciones y por consiguiente menor costo. Bajo sus líneas pueden desarrollarse otras actividades de la ciudad sin riesgos.

Se descarta el peligro de contaminación pues son vehículos eléctricos, silenciosos y su ruido no se eleva más allá de los 75 decibeles. Los límites señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen como dañinos los ruidos que sobrepasan los cien decibeles.

Aportan ahorro de energía ya que  consumen menos electricidad que los subterráneos. Las estaciones tienen iluminación natural durante el día y no requieren ventilación o aire acondicionado que sí son necesarios en un transporte subterráneo.

Mejoran la calidad de vida de las personas porque corren sobre la superficie y por tanto, ofrece perspectivas visuales y mejor calidad del aire para el personal y los pasajeros. La fuente señala que “nadie haría un paseo turístico en un tren subterráneo”.

Finalmente, el monorriel se adapta por lo general a todos los escenarios y planes urbanos.

Para un turismo silencioso
Pero he aquí las desventajas: En caso de cortes de electricidad o desperfectos en algún vehículo la evacuación de los pasajeros es más difícil que en otro medio de transporte.

Las estaciones, en general, deben estar elevadas y no deben admitirse vías de ascenso con pendientes mayores a 6 por ciento.

Además, hay que señalar los cuestionamientos del Colegio de Arquitectos, entre ellos, la desfiguración del paisaje urbano y el hecho de que hecho de que los 14 paraderos proyectados, uno por kilómetro recorrido, son escasos y se dejaría de atender a numerosos sectores de usuarios..

También debe tomarse en cuenta, señala la fuente consultada que “por ser menor la inversión requerida con respecto a otras soluciones, puede no resultar atractiva si se persigue el cobro de comisiones (legales o ilegales)”.

Porque en una lucha de lobbies por una u otra solución se producen presiones desde varios ángulos en que se destacan los problemas en desmedro de las ventajas.

Por todo eso, habrá que hilar muy fino en la propuesta monorriel o metro subterráneo y decidir un sistema de transporte que no destruya a naturaleza ni la salud de los pobladores y resuelva los actuales problemas del transporte por muchos años más.


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