viernes, 27 de abril de 2012

No habrá gallina de huevos de oro

Convención minera 2013
no será en Arequipa

Parecía una crónica de una desgracia anunciada, y ocurrió lo que tenía que ocurrir, advertido por quienes no solo ven el pan de hoy en detrimento del de mañana sino que lo decían con todas sus letras. No hay que matar la gallina de los huevos de oro.

Y como ocurrió en la leyenda, el dueño de la gallina la mató porque no solo quería tener un huevo diario sino la huevera entera, imaginando una fortuna inmensa. Se quedó sin gallina y sin huevos.

Cita minera traía a 10 mil visitantes

La periodista María Eugenia Salas, del diario La República, edición regional del Sur, fue quien informó  sin mucho rodeo que “Arequipa perdió la sede minera”, en alusión a que la trigésima primera edición de la Convención Minera o Perumín, que ya se había hecho tradicional en la Blanca Ciudad, decidió trasladarse a Lima.

A continuación señaló que esta decisión fue confirmada por los voceros Rómulo Mucho y Carlos Santa Cruz, del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, organizador de la Convención Minera, lo que en buen cristiano significa que Arequipa dejará de recibir más de 50 millones de soles y que unas 10 mil personas, que habitualmente trabajaban durante esa temporada, se quedarán pateando latas.

No es para alegrarse, pero si de algo sirve para el futuro, hay que recordar que durante la Convención, se ponían las botas los dueños de hoteles y restaurantes, los taxistas y hasta los lustrabotas y artesanos.

Las personas que acompañan a los mineros no son necesariamente dueños de minas de oro, cobre o plata, sino mortales que tienen diversas ocupaciones, como asesores, periodistas, anfitrionas y asistentes, que debían sufrir las consecuencias de ese boom de los precios astronómicos, que convertía a Arequipa en una ciudad inconvenientemente cara, hasta para las billeteras más robustas.

Por supuesto, hay otros factores, que los organizadores se han cuidado de explicar, entre ellos, los conflictos sociales que surgen de repente, como hongos después de la lluvia.

En la exposición participaban 40 países

Salas dice en su informe que “Santa Cruz y Mucho explican en la misiva que hay un momento especial y complejo para el sector. Se entiende que se refieren al rechazo que genera la actividad extractiva en diversos puntos del país”.

Se refiere al caso de Conga en Cajamarca, que no es el único, porque “en el sur del país estallaron conflictos sociales que cuestionan la ampliación de Southern Perú en Toquepala, Tacna, las críticas a Quellaveco en Moquegua, el rechazo a Minsur en Puno y al mismo Tía María en Arequipa”.

Los mineros buscan “realizar un evento excepcional que presente a la minería como motor del crecimiento y del desarrollo, cuyos beneficios y oportunidades puedan ser compartidos por todos”, dice la información.

Por tales razones "hemos creído por eso que, en esta ocasión, Lima es la sede adecuada para lograr nuestros objetivos", precisa el documento.

Arequipa fue sede de la Convención Minera por primera vez en 1976, después en 1995 y desde ese año hasta 2011 “la Ciudad Blanca adquirió la condición de sede oficial”, dice María Eugenia Salas.

Según el dictamen de una consultoría, hubo cuatro ciudades capacitadas para albergar la cita minera de 2013, Trujillo, Cajamarca, Lima y Arequipa, explicó Othmar Rabisth, quien presidió la Extemin 2011, y “se evaluaron todas las posibilidades de acuerdo a las necesidades de la Convención”.

La periodista Salas recuerda que en Extemín 2011, que exhibe maquinaria pesada para minería, hubo 50 mil visitantes y 40 países participaron en la XXX Convención Minera del 2011.

Por otra parte, mientras los organizadores del último Perumin dijeron que la actividad había propiciado un movimiento económico cercano a los 50 millones de soles, el presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Afines de Arequipa (Ahora), Rafael Cornejo, afirmó que monto generado superó los 70 millones de soles.

Esta mala noticia debiera servir como fuente de reflexión, para que los agentes económicos mantengan en lo posible los precios y los agentes políticos, que alguna vez hicieron una convención paralela antiminera en Arequipa, se cuiden de perjudicar a la sociedad en pleno, porque no solo hacen daño a los demás, sino que ellos mismos saldrán chamuscados con el asesinato de esa gallina de los huevos de oro, que lo pensará dos veces antes de ponerse a tiro.

Luis Eduardo Podestá

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