7 mil millones de años, y fue
el
más violento desde el Big
Bang
Entonces el universo
tenía
la mitad de
su edad actual
“Los científicos que
operan los detectores astronómicos LIGO y Virgo anunciaron este miércoles
(02.09.2020) haber detectado la fuente de ondas gravitacionales más grande
hasta la fecha y atribuyen su surgimiento a la fusión binaria de dos agujeros
negros”.
Colisión en el universo |
La agencia alemana Deutsche
Welle (DW) describe que “debido a que los detectores permiten a los científicos
captar las ondas gravitacionales como señales de audio, los científicos
realmente escucharon la colisión. A pesar de toda la violencia y el drama, la
señal duró solo una décima de segundo.
"Simplemente suena
como un ruido sordo, realmente no suena mucho en un altavoz", dijo el astrónomo
Alan Weinstein, del Instituto Tecnológico de California, miembro del equipo que
efectuó el descubrimiento.
Pero mostró su admiración
al añadir que “es la explosión más violenta desde el Big Bang que haya
observado la humanidad”.
La agencia alemana DW indicó:
“Agujeros negros se fusionan en un tamaño nunca antes visto”.
Y más adelante precisó
que “este accidente ocurrió hace unos 7 mil millones de años, cuando el
universo tenía aproximadamente la mitad de su edad actual, pero solo se está
detectando ahora porque está increíblemente lejos”.
Tardó mucho en hacerse escuchar |
"Esto no se parece
mucho a un chirrido, que es lo que normalmente detectamos", dijo este
miércoles el miembro de Virgo, Nelson Christensen, investigador del Centro
Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS), informó la DW.
Onda con la velocidad de la
luz
DW describió que “las
ondas gravitacionales detectadas (provocadas por la colisión) desarrollaron,
según los científicos, una energía similar a la de ocho masas solares”.
Recordó que “una onda
gravitacional es una onda invisible que se desplaza a la velocidad de la luz”.
“Albert Einstein
postuló su existencia en 1915, como parte de la teoría de la relatividad
general, pero el fenómeno solo se detectó experimentalmente en 2015 a través de
LIGO”, añadió la DW.
Dijo también que las
ondas gravitacionales “son difíciles de detectar y tanto LIGO como Virgo fueron
creados especialmente para ello”.
Lo buscaban desde hace años |
“El hallazgo comunicado
este miércoles puede haber sido el más importante hasta la fecha. La señal se
detectó el 21 de mayo de 2019 por LIGO, de National Science Foundation en EEUU
y por Virgo en Italia y fue catalogada como GW190521”, añadió DW.
Explicó a continuación
que “los agujeros negros son regiones compactas del espacio tan densamente
pobladas que ni siquiera la luz puede escapar”.
“Hasta ahora”, prosiguió
DW, “los astrónomos solo los habían observado en dos tamaños generales. Hay
agujeros negros "pequeños”, llamados agujeros negros estelares, que se
forman cuando una estrella colapsa y tienen aproximadamente el tamaño de
ciudades pequeñas”.
El choque de dos agujeros
negros
“Y hay agujeros negros
supermasivos que son millones, tal vez miles de millones, de veces más masivos
que nuestro sol y alrededor de los cuales giran galaxias enteras”, explicó.
DW cita al físico Nelson
Christensen, quien señala que los científicos pensaban que “los colapsos de
estrellas no podrían crear agujeros negros estelares mucho más grandes que 70
veces la masa de nuestro sol”.
Pero luego, “en mayo de
2019, dos detectores encontraron una señal que resultó ser la energía de dos agujeros
negros estelares, cada uno grande para un agujero negro estelar, chocando entre
sí”.
Tiene 142 veces la masa de nuestro Sol |
Según el informe, uno
de los agujeros negros “tenía 66 veces la masa de nuestro sol y el otro un
fornido 85 veces la masa del sol. El resultado final: el primer agujero negro
intermedio jamás descubierto, con 142 veces la masa del sol”.
“En la colisión se
perdió una enorme cantidad de energía en forma de onda gravitacional, una onda
en el espacio que viaja a la velocidad de la luz. Fue esa ola que los físicos
de Estados Unidos y Europa, utilizando los detectores LIGO y Virgo, capturaron
el año pasado”, anota la DW.
Después de descifrar la
señal y verificar su trabajo, los científicos publicaron los resultados el
miércoles en Physical Review Letters y Astrophysical Journal Letters.
(Imágenes de Deutsche Welle)
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