presidente
del Congreso, al
enterarse de viáticos a dos cachetes
¿Se refería al Kongreso en general o
al
escándalo de los víáticos? Tú qué
opinas
Una
declaración, enérgica pero enigmática formuló el presidente del Congreso,
Daniel Salaverry, al enterarse de que primero fueron seis, luego once y más
tarde quizá el pleno entero del Congreso el que había disfrutado en silencio de
viáticos mal habidos.
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| El Perú no merece tanta mugre |
"’Lamento
los escándalos que siguen alejando a la población de sus representantes. El
Perú no merece esto’", dijo a través de Twitter”, informó el diario La República y otros medios lo hicieron en general en la misma línea de denuncia.
A causa
del escándalo -no el único ni el último-, como podrá ver en la historia política de los últimos años y como previsiblemente lo seguirá viendo en el
futuro mientras los “representantes” de hoy nos representen, Salaverry anunció
que “impulsará una "reforma" que vele por la transparencia en el uso
de recursos”.
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| ... el que esté libre que devuelva el primer viático... |
Al
parecer, Salaverry veía pasar ratas y pericotes por los pasillos del palacio de
la Plaza Bolívar, y no miraba sino al techo.
Pero,
vamos, valen las buenas intenciones aunque se diga que el camino al infierno está lleno de buenas intenciones, según Cipriani.
"Lamento
los escándalos que siguen alejando a la población de sus representantes”, dijo
el presidente de la Plaza Bolívar y, según parece tomará medidas para que cese
el encharcamiento en que está metido aquel mal llamado palacio “legislativo”.
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| Se atragantaban a dos cachetes |
Luego
dijo que “el Perú no merece esto".
Enigma
para la interpretación de los buenos y los malos: ¿Solo se refirió a este
escándalo mantenido desde hace años por sus colegas Luz Salgado y corregido y
aumentado por Luchito Galarreta?
¿O se
refería todo el conjunto de este calificado como el peor congreso de todos los
tiempos que nos ha tocado sufrir, soportar y escupir durante los últimos años?
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| No somos seis, no somos once... somos todos |
Medalla
de oro para el congresista exFrente Amplio Jorge Castro, quien al verse
embarrado hasta la cresta y acorralado, echó mano del ventilador, para que el pueblo sepa
que no solo era él quien comía a dos cachetes -sueldo, beneficios diversos,
gastos de representación, viáticos, canasta navideña, etc.-, sino todos sus
colegas.
¿Habrá
querido hacernos a entender que cuando todos en la cueva de Alí Babá roban, se convierten en arte de magia en honrados libres de pecado y rendición de cuentas?
(Luis Eduardo Podestá)
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