jueves, 15 de marzo de 2012

Dos dandis peruanos en Colombia

Los hermanos Vargas
iniciaron su arte con
una cámara de cartón


En Colombia, donde está abierta en estos momentos una exposición de las fotografías de los hermanos Vargas, el diario El Espectador dijo que no solo se trataba de fotógrafos, sino de artistas.


A media luz, la Pontezuela y la catedral

La muestra, que conmemora el centenario de creación, en 1912, del Estudio de Arte Vargas Hermanos fue abierta en la Universidad de los Andes y constituye el más reciente tramo, no el último, de un viaje que ha llevado 83 fotografías de Arequipa por Houston (Estados Unidos), París (Francia), La Coruña y Valencia (España), Venezuela, Ecuador, México, Italia, Chile, Brasil y atravesó el océano para instalarse temporalmente en China.

Los críticos no solo han dicho de ella que es un "tesoro fotográfico", sino que la han hecho entrar en los terrenos de la historia, porque dicen que es un "testimonio de una época irrepetible".

Carlos y Miguel, dandis de principios del siglo XX

De los hermanos Vargas, Carlos (1885-1979) y Miguel (1887-1976), el poeta Alberto Guillén dijo que eran "bohemios, elegantes y sutiles seductores", y El Espectador los bautizó, cerca de un siglo después, como "Los dandis de Arequipa".

En efecto, cuentan que al caer la tarde, los hermanos salían a pasear muy elegantes. Lucían la poco habitual corbatita de lazo, llamada "michi", sobre impecables camisas blancas y vestían trajes oscuros.

Acudían las niñas de la alta sociedad

Entre mis recuerdos juveniles de los años 50 y tantos existe la imagen de un hombre en camisa, con chaleco que no llegaba a estar abotonado por la corpulencia de su dueño, tocado por una boina o gorro de tela negra, con los brazos cruzados en la puerta de lo que fue el famoso Estudio de Arte Vargas Hermanos, en el Portal de San Agustín de la plaza de Armas de la Ciudad Blanca.

Alguien mejor informado me diría entonces: "Ese es uno de los hermanos Vargas".

Bajo el puente con el Misti al fondo

Los Vargas nacieron en un hogar muy modesto, que perdió al padre cuando ellos eran muy pequeños. Aún colegiales, hicieron una ingeniosa cámara fotográfica de cartón, que fue mostrada a don Max T. Vargas, el más famoso fotógrafo de Arequipa, quien los contrató como aprendices.

Don Max fue el padre de Joaquín Alberto Vargas y Chávez, creador de las famosas Vargas's Girls que hicieron época en el arte estadounidense. No lo unía a los Vargas ningún parentesco.

Al mismo estudio de Max T. Vargas arribaría, no sé si antes o después de Carlos y Miguel, el que sería el famoso fotógrafo cusqueño Martín Chambi.

Iluminado Portal de San Agustín

En 1915, los Vargas hicieron su primera exposición de nocturnos y aunque no fueron los primeros, sí fueron admirados por el empleo de los claroscuros que proporcionaban la naciente luz eléctrica y las sombras en campo abierto.

El estudio no solo fue la galería donde las bellezas de la época acudían por un retrato que colocarían en lugar preferencial de la casa, sino un cenáculo donde se hablaba de todo, ya que congregaba a pintores, escritores, poetas y políticos.

San Agustín se convirtió en "su" portal

Así pues, los Vargas que hace un siglo crearon su estudio de arte, abrieron también el campo hasta entonces dedicado a los retratos hacia el arte, el paisaje, los seres humanos en sus diversas ocupaciones y cumplieron con hacer de su trabajo aquel dibujo de luz con que los antiguos definieron a la fotografía.


Luis Eduardo Podestá

Nota Este artículo fue publicado en el diario El Peruano, el 15 de marzo de 2012

1 comentario:

Oscar Felipe González Málaga dijo...

Felicitaciones mi querido Luís Eduardo por este reportaje al pasado de la AREQUIPA de los Hermanos Vargas.La história y las fotos con llamada en la "PRIMERA PLANA y las CENTRALES" para Tí.