jueves, 3 de septiembre de 2020

Colisionan dos grandes agujeros negros

Fenómeno ocurrió hace unos
7 mil millones de años, y fue el
más violento desde el Big Bang

Entonces el universo tenía
la mitad de su edad actual

“Los científicos que operan los detectores astronómicos LIGO y Virgo anunciaron este miércoles (02.09.2020) haber detectado la fuente de ondas gravitacionales más grande hasta la fecha y atribuyen su surgimiento a la fusión binaria de dos agujeros negros”.

Colisión en el universo
La agencia alemana Deutsche Welle (DW) describe que “debido a que los detectores permiten a los científicos captar las ondas gravitacionales como señales de audio, los científicos realmente escucharon la colisión. A pesar de toda la violencia y el drama, la señal duró solo una décima de segundo.

"Simplemente suena como un ruido sordo, realmente no suena mucho en un altavoz", dijo el astrónomo Alan Weinstein, del Instituto Tecnológico de California, miembro del equipo que efectuó el descubrimiento.

Pero mostró su admiración al añadir que “es la explosión más violenta desde el Big Bang que haya observado la humanidad”.

La agencia alemana DW indicó: “Agujeros negros se fusionan en un tamaño nunca antes visto”.

Y más adelante precisó que “este accidente ocurrió hace unos 7 mil millones de años, cuando el universo tenía aproximadamente la mitad de su edad actual, pero solo se está detectando ahora porque está increíblemente lejos”.

Tardó mucho en hacerse escuchar
"Esto no se parece mucho a un chirrido, que es lo que normalmente detectamos", dijo este miércoles el miembro de Virgo, Nelson Christensen, investigador del Centro Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS), informó la DW.

Onda con la velocidad de la luz

DW describió que “las ondas gravitacionales detectadas (provocadas por la colisión) desarrollaron, según los científicos, una energía similar a la de ocho masas solares”.

Recordó que “una onda gravitacional es una onda invisible que se desplaza a la velocidad de la luz”.

“Albert Einstein postuló su existencia en 1915, como parte de la teoría de la relatividad general, pero el fenómeno solo se detectó experimentalmente en 2015 a través de LIGO”, añadió la DW.

Dijo también que las ondas gravitacionales “son difíciles de detectar y tanto LIGO como Virgo fueron creados especialmente para ello”.

Lo buscaban desde hace años
“El hallazgo comunicado este miércoles puede haber sido el más importante hasta la fecha. La señal se detectó el 21 de mayo de 2019 por LIGO, de National Science Foundation en EEUU y por Virgo en Italia y fue catalogada como GW190521”, añadió DW.

Explicó a continuación que “los agujeros negros son regiones compactas del espacio tan densamente pobladas que ni siquiera la luz puede escapar”.

“Hasta ahora”, prosiguió DW, “los astrónomos solo los habían observado en dos tamaños generales. Hay agujeros negros "pequeños”, llamados agujeros negros estelares, que se forman cuando una estrella colapsa y tienen aproximadamente el tamaño de ciudades pequeñas”.

El choque de dos agujeros negros

“Y hay agujeros negros supermasivos que son millones, tal vez miles de millones, de veces más masivos que nuestro sol y alrededor de los cuales giran galaxias enteras”, explicó.

DW cita al físico Nelson Christensen, quien señala que los científicos pensaban que “los colapsos de estrellas no podrían crear agujeros negros estelares mucho más grandes que 70 veces la masa de nuestro sol”.

Pero luego, “en mayo de 2019, dos detectores encontraron una señal que resultó ser la energía de dos agujeros negros estelares, cada uno grande para un agujero negro estelar, chocando entre sí”.

Tiene 142 veces la masa de nuestro Sol
Según el informe, uno de los agujeros negros “tenía 66 veces la masa de nuestro sol y el otro un fornido 85 veces la masa del sol. El resultado final: el primer agujero negro intermedio jamás descubierto, con 142 veces la masa del sol”.

“En la colisión se perdió una enorme cantidad de energía en forma de onda gravitacional, una onda en el espacio que viaja a la velocidad de la luz. Fue esa ola que los físicos de Estados Unidos y Europa, utilizando los detectores LIGO y Virgo, capturaron el año pasado”, anota la DW.

Después de descifrar la señal y verificar su trabajo, los científicos publicaron los resultados el miércoles en Physical Review Letters y Astrophysical Journal Letters.

(Imágenes de Deutsche Welle)

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