miércoles, 29 de noviembre de 2017

Monumento a la libertad a ras el suelo

Los hermanos Scholl ejecutados
por un tribunal hitleriano reciben
hoy homenajes en toda Alemania

Evocación de La rosa blanca
que luchó contra el nazismo

En pleno centro de Múnich, capital del estado de Baviera, frente a la plaza de la Universidad de Múnich, hoy llamada Plaza de los Hermanos Scholl, en la puerta principal del edificio hay, como tiradas al acaso, unas carillas escritas cuya blancura contrasta con los adoquines de la vereda.

Carillas perennes frente a la plaza
En ese mismo lugar y en esa misma posición cayeron las cuartillas que Sophie Scholl, arrojó desde el segundo piso de la universidad, el 18 de febrero de 1943.

Eran las últimas que podría difundir, según una fuente histórica, La rosa blanca, un movimiento estudiantil al que ella pertenecía, que luchaba contra el nazismo y denunciaba sus atrocidades.

La historia cuenta que “un bedel, miembro del partido nazi, que la vio, la arrestó junto a su hermano, y el resto de miembros del grupo pronto se vio sorprendido por una redada”.

Sentenciados por traición

Los detenidos fueron sometidos a interrogatorios por miembros de la Gestapo, sometidos a un juicio ante un tribunal nazi que los acusó de traición y Sophie y su hermano Hans, fueron condenados a muerte y ejecutados el 22 de febrero de 1943.

Hermanos Scholl según una película sobre su vida
Poco después, otro miembro de La rosa blanca, Christoph Probst, fue enjuiciado y también condenado a muerte.

Otros miembros de la organización fueron sentenciados a distintas penas de entre seis meses y diez años de prisión

Entre los acusados y sentenciados no solo estuvieron los miembros de La rosa blanca, sino “todos aquellos que, de un modo u otro, habían colaborado con el movimiento en la elaboración y distribución de los panfletos”.

Tumbas gemelas guardan sus restos
También fueron condenados, tras la ejecución de Probst, quienes “recaudaron dinero para ayudar a la familia de este”, quien, a los 23 años de edad, era casado y tenía tres hijos.

El séptimo panfleto

“Die Weiße Rose (La rosa blanca), fue un grupo formado por cristianos militantes, surgido en la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, que abogaba por la resistencia no violenta contra el régimen”, dice un texto histórico.

Guarda la historia de los hermanos
El grupo fue fundado en junio de 1942 y durante el tiempo que duró su actividad, febrero de 1943, según unas fuentes, “se redactaron, imprimieron y distribuyeron seis hojas en las que se animaba a la resistencia contra el nacionalsocialismo”.

La enciclopedia libre Wikipedia, dice sin embargo que hubo un folleto más, el séptimo.

Precisa que a luego de la ejecución de los hermanos Scholl y Probst, “la organización continuó operando, elaboró un séptimo panfleto y creció en células clandestinas con el objeto de aumentar la resistencia contra el régimen nazi”.

El monumento a ras del suelo frente a la Universidad de Múnich, precede al museo silencioso, iluminado, ubicado en el edificio principal, a pocos pasos de las cuartillas.

Rosa blanca imperecedera
Una primera impresión conmovedora, provoca ver, en el escritorio de la funcionaria que atiende a los visitantes, un florero con una rosa blanca, fresca y lozana, porque es, con toda seguridad, renovada cada día.

Las salas del museo exhiben documentos escritos y gráficos de la época nazi, y computadoras donde uno puede acceder a la historia de los hermanos Scholl.

No siempre fueron rebeldes

La historia refiere que Han y Sophie Scholl no siempre fueron los rebeldes que pintaban “Fuera Hitler” en las paredes cercanas a la universidad y hasta en las del gobierno de Baviera.

La agencia Deutsche Welle (DW) informaba en 2013 al cumplirs 70 años de la ejecución de los hermanos, que “Hans y Sophie Scholl vivían con su familia en la tranquila ciudad de Ulm cuando los nacionalsocialistas tomaron el poder en 1933”.

Soldados en la universidad
“Ambos eran estudiantes de colegio: Hans nació en 1919 y Sophie en 1921. Su padre, Robert Scholl, se ganaba la vida como contador. Scholl, de ideología liberal, no simpatizaba con los nazis en el poder. Él y su esposa, Magdalena, siempre buscaron la manera de inculcarles a sus hijos el pensamiento cristiano y enseñarles el valor de la tolerancia”, recordó la DW.

“A pesar de ello, los jóvenes Scholl terminaron involucrados con el Nacionalsocialismo. Hans Scholl hizo una rápida carrera dentro de las Juventudes Hitlerianas. Con sólo 16 años ya comandaba a 160 jóvenes de la organización”, añadió el informe.

Se les desvaneció el fanatismo

“También su hermana Sophie sentía gran simpatía por el partido nazi. Sophie Scholl se adhirió a la ‘Liga de chicas alemanas’, la rama femenina de los jóvenes hitlerianos”, donde llegó a ser una dirigente ““muy fascinada, y era muy fanática del Nacionalsocialismo”, dijo la agencia.

Se arrepintió de haber sido una chica nazi
DW señala que “para 1942 ese fanatismo se desvaneció. Los hermanos se dieron cuenta de que la filosofía del nacional socialismo no concordaba con sus valores cristianos. Dentro de Hans Scholl crecía y maduraba la convicción de que debía hacer algo en contra del régimen criminal de Hitler”.

Refirió que “en 1942, Hans Scholl fue convocado a la lucha en el frente oriental y vivió en carne propia los horrores de la guerra, la persecución y exilio de los judíos; todos hechos que lo marcaron profundamente”.

Informó, seguidamente que “en la Universidad de Múnich, en 1942, nació el pequeño grupo ‘Rosa Blanca’ fundado por Hans Scholl junto con los estudiantes de medicina Christoph Propst, Alexander Schmorell, Willi Graf, y el profesor de filosofía Kurt Huber”.

“Posteriormente, se unió Sophie Scholl cuando se trasladó a Munich a estudiar biología y filosofía”, destacó.

Sus nombres en una calle alemana
Subrayó, asimismo, que “el grupo combatía las ideas del partido Nacionalsocialista enviando panfletos por correo, o dejándolos en cabinas telefónicas o parqueaderos. A los amigos y conocidos también les repartían volantes, tanto en Múnich como en Ulm, con mensajes como: “cada palabra que sale de la boca de Hitler es mentira”.

El monumento a ras del suelo, como lo he llamado, fue fruto de un concurso de escultura convocado en 1987 con el fin de perpetuar la memoria de los hermanos Scholl en la plaza de la Universidad de Múnich.

Ganó el certamen la propuesta del artista Robert Schmidt-Matt, “que planteaba la reproducción en cerámica de los panfletos esparcidos por el suelo y entre los que figuran las fotografías y las biografías de los hermanos Scholl y otros miembros del grupo”. (Luis Eduardo Podestá).

(Imágenes de Beatriz Podestá, del autor y de archivo del blog e Internet)

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