lunes, 20 de noviembre de 2017

Ómnibus que hacen reverencias en Múnich

El envidiable sistema de transportes
públicos de una ciudad que tiene
menos de 2 millones de habitantes

No quería creerlo hasta cuando lo vi, como dicen algunos ciegos avispados, con mis propios ojos.

Una "reverencia" servicial
Un ómnibus de la línea 190 en un paradero de la Grafingerstrasse, distrito de Berg am Laim, Múnich, inclinaba su carrocería hacia su derecha de modo que quedara al nivel de la vereda para permitir el ingreso sin problemas de un señor en silla de ruedas.

No era una casualidad, era una reverencia al servicio que una ciudad que se respeta rinde a sus pobladores.

Los ómnibus del servicio de transporte público de Múnich están equipados con un mecanismo que les permite esa inclinación para poner al alcance de niños, ancianos y personas con discapacidades diversas, el acceso sin problemas al vehículo.

Algo más, que dudo sea práctica de algún conductor de ómnibus o de combi de Lima, la horrible, por culpa y desidia de su alcalde.

Ayuda para limitados físicamente
Cuando la inclinación lateral del bus no es adecuada por el alto o bajo nivel de la vereda, he visto descender del vehículo al conductor, armado de una herramienta y ayudar personalmente a la persona que lo necesita.

Bueno, eso en cuanto a la calidad humana o quizá porque sus reglamentos lo obligan a hacerlo. Lo cierto es que los que pueden ayudan a los que no pueden.

Menos de dos millones

La población de Múnich, capital del rico estado de Baviera, no llega a dos millones de personas que viven sobre una superficie de 1 301 kilómetros cuadrados.


Servicio eficiente
Tiene, sin embargo, un enorme y puntual sistema de transportes públicos que permite llegar a cualquier punto de la ciudad y muchos de los alrededores, sin gastar en taxis ni usar los automóviles propios.

Según un informe del portal CivitatisMunich, el área metropolitana de Múnich está integrado por la ciudad del mismo nombre y por “47 ciudades pequeñas y municipios ubicados a su alrededor (entre las que destacan Germering, Dachau y Fürstenfeldbruck”.

Hacia todas ellas se extiende la red de transporte público consistente en autobuses, tranvías, trenes subterráneos y superficie

El placer de viajar en tranvía

“El tranvía de Múnich comenzó a funcionar en 1876 con un sistema de tracción animal y en 1895 fueron incorporados tranvías eléctricos”, recuerda el portal.

Tranvías acoplados para una ciudad que se respeta 
Añade que “con la gran expansión de los medios de transporte de la ciudad para los Juegos Olímpicos de 1972 se temió por el futuro del tranvía, pero en la actualidad sigue operativo y más vivo que nunca”.

Otro fue el destino de los tranvías de Lima y Arequipa, el último de los cuales desapareció, casi sin anuncio ni explicaciones, en los primeros años de la década de los 60.


Desaparecido en Arequipa sin explicación
Ese sistema de transportes limpio y atractivo por su singularidad fue remplazado por ómnibus a gasolina y petróleo que contaminaron la atmósfera de ambas ciudades y originaron el caos callejero que hoy viven sin esperanzas de solución.

Civitatis afirma, además, que “el tranvía siempre es una opción a tener en cuenta en algunos recorridos”, a pesar de la existencia de que “los medios de transporte más utilizados de Múnich son el metro (U-Bahn) y el de cercanías (S-Bahn)”.

Los tranvías constituyen actualmente una red de 13 líneas diurnas y cuatro nocturnas, “repartidas a lo largo de 83 kilómetros” con 165 paraderos.

Los U-Bahn cada cinco minutos

El metro de Múnich o U-Bahn fue inaugurado en 1971 para facilitar el transporte entre la ciudad y la sede de los Juegos Olímpicos de 1972.

U-Bahn en la estación central
“Tiene ocho líneas que a lo largo de más de 100 kilómetros entre los cuales hay 96 estaciones”, dice Vicitatis.

El usuario tiene servicio del metro todos los días de 4.15 de la mañana a 1.00 de la mañana con una frecuencia de entre 5 y 10 minutos y “los viernes, sábados y vísperas de festivos toda la noche”.

También los S-Bahn

Los S-Bahn son, “el más importante medio de transporte” de Múnich, de acuerdo con Wikipedia.

Tiene diez líneas que recorren un total de 442 kilómetros, con 148 estaciones, ocho de las cuales son subterráneas y se estima que unas 780,000 personas por día utilizan el servicio.

Fácil llegar al aeropuerto con el S-Bahn
Llamado también “sistema de cercanías”, el S-Bahn “resulta una interesante opción para llegar hasta lugares como el aeropuerto”, o al antiguo campo de concentración de Dachau convertido en museo.

La línea del S-Bahn que lleva al usuario al aeropuerto Franz Josef Strauss, el segundo de Alemania, a 28 kilómetros al noreste de Múnich, se puede abordar en la Marienplatz del corazón Múnich.

En suma, para los 1.430.000 y algo más de habitantes de Múnich, los sistemas de transportes que poseen son más que suficientes y en momentos del día y en la noche, excepto en las llamadas horas punta, uno se encuentra con escasos viajeros en los trenes, ómnibus o tranvías.

Lo envidiable de Múnich y sus transportes, aunque las comparaciones resulten odiosas, es que frente a esa ciudad, Lima, con diez millones de habitantes, tiene infinitamente menos kilómetros de líneas que sirvan eficientemente a los usuarios.

Las tarjetas para todo transporte

Hay que destacar, además, que el usuario de Múnich puede comprar en cien lugares diferentes, instalados en los accesos a las estaciones o en otros, las tarjetas que le permiten viajar todo un mes, una semana, un día o simplemente una vez en cualquiera de los medios de transporte que circulan por la ciudad.

Y no hay que olvidar la puntualidad con que ómnibus, tranvías y trenes pasan por los paraderos y estaciones, de modo que el usuario sabe  a qué hora debe salir de su casa o de sus ocupaciones para encontrar el transporte que lo llevará a su destino.

Mientras tanto, merced a la desidia, corrupción y poco cariño que las autoridades municipales encargadas del transporte tienen por la capital del Perú donde vivimos, el desorden y el peligro se han enseñoreado en esta tres veces coronada villa. (Luis Eduardo Podestá).

(Imágenes de Beatriz Podestá, del autor y de publicaciones oficiales del estado)

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