viernes, 28 de julio de 2017

Julio se llevó a dos buenos periodistas

Olgger Podestá y Augusto Apesteguía,
activos dirigentes gremiales
merecen el homenaje del recuerdo

Este julio que expira en tres días más, se llevó a dos periodistas de gran valía gremial e íntegros en su actividad profesional e institucional  inclaudicable: Olgger Podestá Núñez, el 14 y Augusto Apesteguía Panay el 22.

Olgger y Augusto, gremialistas unidos en la muerte
Ambos tuvieron destacada tarea en la dirigencia de la antiguamente honorable y digna Federación de Periodistas del Perú (FPP), hoy manejada por un directorio usurpador que “aprobó” estatutos ilegales que hasta hoy no merece su inscripción en los Registros Públicos.

Pero ese es otro asunto.

Tanto Podestá como Apesteguía merecen el reconocimiento del gremio periodístico no solo por su labor gremial y absoluta transparencia en sus funciones, sino porque mantuvieron su imagen con marcada modestia que les impidió en vida el brillo que merecían. 

Olgger Podestá Núñez

Olgger Podestá, experto en periodismo de cooperativas que estimuló el crecimiento del sector desde los diarios La Crónica, Expreso, Correo y Ojo, en diversas épocas en que le cupo trabajar en esos diarios, fue presidente de la FPP entre los años 2008-2009.

Fue en el periodo de la presidencia de Germán Llanos Castillo, en cuyo directorio, Olgger desempeñaba el cargo de secretario general.

Por un acuerdo del directorio y ante la destitución del vicepresidente de entonces, a Olgger le encomendaron la presidencia.

Los estatutos de entonces disponía que el presidente elegido desempeñaba ese cargo un año y el vicepresidente el segundo año del mandato. Ante la ausencia por destitución del vicepresidente el secretario general asumió ese cargo, recordó Germán Llanos.

Con colegas en acto institucional
Cuando ocurrió su fallecimiento, tuve el dolor de informar la comunidad periodística, e indicar que Olgger, mi hermano, murió víctima de una enfermedad que lo mantuvo hospitalizado pocos días por la virulencia que entrañaba.

Añadí que escribía ese mensaje “para enterar a los colegas y amigos que tuvo en su vida, la cual tuvo momentos estelares en diarios como la desaparecida La Crónica y el viejo Expreso del jirón Ica, en cuyas páginas hizo sentir su amor al próximo a través de su convicción por el desarrollo del cooperativismo, que alentó con profesionalismo y devoción y en publicaciones independientes”.

Mis palabras tuvieron resonancia entre los colegas que lo conocieron y estimaron su dimensión humana.

Daniel Cumpa León expresó sus condolencias y recordó: “Tuve una buena amistad con Olgger. Nos vimos hace poco más de un mes, acá en Varela (Breña), y bromeamos, como tantas veces”.

Prosiguió: “No imaginé que sería la última vez que nos veríamos. Además de cooperativista, fue también sindicalista. Recuerdo que competimos a la Secretaría general del Sindicato de Periodistas y Empleados de Correo y OJO, en elecciones muy reñidas. Después de los comicios nuestra amistad se hizo más fuerte. ¡Descansa en Paz, Olgger, amigo!”.

Olgger (quinto desde la derecha) en la Cofradía
Óscar Vargas Romero expresó: “Siento, con esta triste noticia, una gran pena. Y parece que aquí en Tacna lo estaría viendo caminando por calles y avenidas con su enorme amabilidad y don de gente”.

“Era no sólo amigo de mi padre, sino un huésped de nuestra familia que siempre lo esperaba con especial cariño en casa. En Lima, con los años nos volvimos a encontrar en el mundo de la prensa compartimos jornadas inolvidables en busca de la noticia y en la difícil tarea de buscar inversores para la edición de heroicas publicaciones”, agregó.

“Sindicalista comprobado y cooperativista de convicción, Olgger Podestá fue amigo y colega y cómplice de tardes arequipeñas en refugios donde se saboreaba platos de picantería, asentados con gloriosas cervezas”.

Vargas Romero concluye: “Olgger no ha emprendido viaje a las estrellas. Me niego a creerlo. Vive en nuestros corazones”.

Juan Luis Zárate dijo por su parte: “Una gran pérdida para el periodismo nacional y desde luego para la familia. con seguridad la FPP de la que fue activo federado, lo tendrá siempre presente mediante sus fraternos militantes, de ahí que se hace urgente la reactivación gremial del periodismo por la que durante años dio batalla”.

Colabora con la cámara en misión gremial 
Víctor Salas Bartra, “Cuánto sentimos en mi hogar el sensible fallecimiento de Olgger. En un instante pasaron por mi mente los momentos agradables que compartimos con él muchas veces, pero también otros de intenso trabajo gremial”.

“Conversé con èl la idea de organizar en el gremio un rubro de Asistencia  Social para los colegas que por diversos motivos caen en desgracia,  especialmente los adultos muy mayores de edad”.

“Como alto dirigente de la FPP supo mantener la vigencia de nuestro Gremio, respetando las normas que todos aprobamos y que obran en los RR.PP. de Lima”.

“Compartí con Olgger en su blog Puente Siglo XXI del cual me hizo su colaborador y de recuerdo cuido la identidad. Lo editaba con Luis Alberto Guerrero, con quien hoy se darán un abrazo en el Oriente Eterno”, concluyó Salas Bartra.

También Bernardino Rodríguez, expresidente de la FPP envió un mensaje de condolencia: “Me toma de sorpresa y tarde esta dolorosa noticia. No es una frase, en verdad me duele. Todavía no lo acepto”.

“Un gran amigo y colega, siempre consecuente con su visión de las cosas y severo en la crítica ante lo irregular. Editor de publicaciones, impresas y virtuales, publicista, siempre alentando causas sociales como el cooperativismo o el gremialismo de la prensa”, subraya.

“Tenía el inusual don de escuchar y aceptar razones y ser cáustico con lo que consideraba repudiable. Le parecía repudiable, por ejemplo, que alguien sea elegido presidente de la Federación de Periodistas y luego, con el propósito de quedarse en el cargo monte un tinglado para anular la prohibición estatutaria de la reelección y así perpetuarse”, añadió Rodríguez.

“Esto, que a muchos les parece normal en estos tiempos, a él en su formación institucionalista, no sin razón le parecía una desvergüenza. Y no lo decía a medias, ni al oído. Sin importarle las consecuencias, lo gritaba a través del interné y era caustico en defensa de lo honesto. Así era Olgger, íntegro”, dijo.

Bernardino rodríguez concluyó: “Descansa en paz amigo, que aquí guardaremos tu recuerdo. Cuando sienta flaquezas, pensaré en el ejemplo de tus energías”.

Augusto Apesteguía Panay

Fue un periodista que, al dar por concluidas sus labores gremiales, consagró sus últimos años a la enseñanza. Y cuando lo invitaban a participar como dirigente en algún nuevo directorio, era sincero y se negaba porque si se comprometía se dedicaba a ello por entero.

Recibe honor del Colegio de Periodistas
Así fue. Cuando tuve el honor de ser elegido presidente de la FPP en 1991, me acompañó en la Secretaría de Economía y poco antes de terminar mi mandato, me presentó su renuncia.

Augusto Apesteguía se iba de una tarea que había desempeñado durante años, en varios directorios de la FPP, porque en cada nueva elección, los candidatos a la presidencia querían tenerlo con él.

Ahora se iba porque a dedicarse a la enseñanza en la Universidad San Martín de Porres en cuyas aulas estuvo hasta cuando la muerte lo sorprendió.

Recuerdo que al comenzar nuestra gestión, la institución estaba económicamente tan mal, que hacía falta hasta para pagar quincenas al personal.

Junto a dirigentes del Colegio
Lo primero que hizo fue darse una vuelta por el edificio de Abancay y descubrió decenas de carpetas y muebles convertidos en chatarra, y lo puso en venta todo. Así resolvió el problema inmediato.

Más tarde contribuyó a desarrollar la revista Primera Plana, a limpiar el edificio de malos inquilinos que pagaban una renta mínima o no la pagaban.

Informe sobre su tarea en la FPP

Habilitamos parte del cuarto piso para alojamiento de los periodistas que vinieran de provincias, una sala de edición para que estos tuvieran dónde trabajar, adquirimos un nuevo teléfono y un fax, cuyas primeras misiones fueron protestar por el maltrato a hombres de prensa de los pueblos del Perú.

En fin, gracias a él, la economía institucional floreció y cuando se fue para dedicarse a la enseñanza, sus lecciones se mantuvieron para un buen manejo institucional.

Augusto Apesteguía fue periodista por la Universidad de San Marcos, inició su carrera en el diario La Reforma (Pisco) en 1950, para luego pasar a La Prensa, donde ocupó durante muchos años, la jefatura de provincias.

Cuando comencé a trabajar en la corresponsalía de La Prensa en Arequipa en 1953, tuve ocasión de conversar con él por teléfono sobre cuestiones informativas.

Por un breve currículo que acabo de ver en su muro de Facebook, me entero de que trabajó en los diarios El Nacional y Hoy, que fue egresado de la Maestría de Relaciones Públicas de la Universidad San Martín de Porres, donde también fue catedrático y ocupó además diversos cargos administrativos.

También fue dirigente sindical y en las instituciones gremiales del periodismo nacional, como la Federación de Periodistas del Perú y el Colegio de Periodistas de Lima.

Ese fue Augusto Apesteguía Panay, mi colega y distinguido periodista y maestro, que nos abandonó este mes, víctima de una insuficiencia respiratoria que, según me informó uno de sus familiares, lo arrancó de esta vida a los 88 años de edad.

Que su recuerdo y las tareas que cumplió nos sirvan de lección.

(Imágenes de archivos familiares)

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