martes, 6 de marzo de 2012

Bendito paro, menos veneno

El paro de los mineros
ilegales salva a la
naturaleza… por ahora

Ni el gobierno, ni las autoridades regionales, ni los pobladores de Puerto Maldonado y las ciudades afectados por el paro de los mineros ilegales, debieran preocuparse porque la naturaleza está descansando en estos días de los venenos que ellos vuelcan en los ríos y los territorios que explotan.
Mientras dure el paro no envenenarán la naturaleza

Está bien. Que siga el paro de los mineros ilegales –que disfrazados de artesanales contaminan y destruyen la naturaleza, exigen la derogatoria de decretos legislativos que buscan la erradicación de la minería ilegal–, hasta “sus últimas consecuencias”, porque mientras más se prolongue menos contaminados estarán los ríos, lagunas y tierras de la extensa región amazónica que explotan.

Para el estado debe darle igual, porque igual que antes, los parados no pagan impuestos –nunca los han pagado– y quien sí debe estar preocupado es el llamado congresista “Comeoro”, Eulogio Amado Romero, quien agita a las masas y esconde la mano, pero no recibirá el cupo de dorado metal que le pagan los ilegales por “trabajar” sus concesiones.

Naturaleza muerta por químicos en Madre de Dios

Para quienes lo ignoran, Amado Romero llegó al Congreso arrimado a las fuerzas de Gana Perú, el partido del presidente Ollanta Humala y solo después de jurar el cargo, comenzó una investigación sobre sus varias concesiones mineras del departamento de Madre de Dios.

Él no trabaja. Él solo gestiona las concesiones y tiene en su poder determinados territorios que a su vez proporciona a quienes quieren ganarse unas pepitas de oro en ríos, lagunas y arroyos selváticos, bajo la ineludible condición de pagarle –¡pagar al congresista "Comeoro"!– 30 gramos de oro semanales.
Expresiva foto en El Trome: 'Comeoro' y las pepitas

Pero Amado Romero (a) "Comeoro", según informes del diario El Comercio, propició la invasión de la una zona sagrada denominada de amortiguamiento de la Reserva de Tambopata, en Madre de Dios. En setiembre de 2011, Romero se reunió con “con los mineros que habían invadido” esos territorios considerados intangibles y que la minería informal podría transformar en tierras desérticas y contaminadas a causa de las sustancias químicas, mercurio y el cianuro, que se utilizan irresponsablemente en la extracción del oro.

“Comeoro” es el más rico entre los pobres. Y además –ya lo ha difundido la prensa–, es el agitador de los pobres mineros artesanales o ilegales, a quienes ha instado a paralizar sus actividades, hacer marchas y provocar intranquilidad y desasosiego en las ciudades de Puerto Maldonado y Quincemil.
Esto era bosque... ya no lo será más

Hubiera debido, por el contrario, como buen ciudadano, recomendar a sus inquilinos y seguidores, el acatamiento de las dispocsciones gobernamentales de protección a la naturaleza, formalizarse y trabajar como manda la ley, que es en realidad, lo que buena parte de los informales desean.

Pero… Audios recientemente difundidos hablan de la deslealtad de “Comeoro” con el presidente Humala y su partido: “Yo les paso la voz, que se organicen. Lo importante es que ahora yo soy reconocido como un líder y como un congresista que va a apoyar a la minería artesanal, no solamente acá en Madre de Dios. Toda esa gente tiene esperanzas en mí. Nosotros con la presión social podemos hacer que cambie el país. El presidente Ollanta nos puede querer fallar, por eso yo estoy agazapadito nomás hasta que llegue todo. Esperemos que el presidente Ollanta no nos falle”.

Así habla el "Comeoro", a quien sus propios colegas del Congreso han suspendido durante 120 días sin goce de haber –lo cual no le preocupa porque recibe 30 gramaos de oro semanales de miles de mineros que doblan los lomos en los lavaderos– pero debieran haberlo fumigado hecho para toda la vida.

Porque congresistas de esa calaña no necesita el Congreso ni el pueblo del Perú al que pertenecemos.

Luis Eduardo Podestá


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