domingo, 19 de enero de 2020

¡Felices cien años, embajador!

Javier Pérez de Cuéllar es una
fuente de inspiración para la paz
y la solidaridad entre los pueblos

La ONU envía su felicitación al
peruano más insigne del siglo XX

Javier Pérez de Cuéllar, sin duda el peruano más insigne del siglo XX cumple hoy cien años de existencia y el Perú recuerda su incansable tarea por la paz y la solidaridad entre los pueblos, desarrollada no solo durante los diez años que fue Secretario General de las Naciones Unidas, sino a través de su tarea cumplida desde la diplomacia en su papel de embajador.

El héroe centenario de la diplomacia peruana
Una información de la agencia de noticias Andina señala que “el Sistema de las Naciones Unidas en el Perú saludó a Javier Pérez de Cuéllar, exSecretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y lo felicitó al cumplir, este 19 de enero, 100 años de vida”.

Destaca que su “fructífera carrera diplomática”, la década en que fue Secretario General de las Naciones Unidas (1982-1991), y su “incansable labor por la paz mundial y la solidaridad entre los pueblos ha sido reconocida en el Perú y en el mundo”.

Fuente de inspiración

El organismo mundial recuerda que "en el 2020, cuando Naciones Unidas celebra su 75 aniversario convocando a una conversación global a fin de recoger ideas para construir el futuro que queremos, el embajador Javier Pérez de Cuéllar continúa siendo fuente de inspiración para todas aquellas personas y organizaciones comprometidas con la paz, el desarrollo, los derechos humanos y los principios de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible".

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El periodista Emilio Camacho escribió en una entrevista que publicó el suplemento Domingo del diario La República en 2014, cuando Pérez de Cuéllar tenía 94 años, que “el embajador que ha decidido escribir novelas tiene un solo libro en su mesa de trabajo: Cien Años de Soledad”.

El embajador parecía prever que viviría hasta hoy, pero no en la soledad descrita por García Márquez, sino rodeado del respeto del mundo por su lucha constante en busca de la paz en una humanidad sacudida por las guerras.

Camacho describe el ambiente: “Detrás de su sillón está una foto en la que aparece estrechando la mano del papa Juan Pablo II y a su derecha, sobre una pequeña columna, un revólver al que le han hecho un nudo con su propio cañón, una reproducción de la escultura No Violencia del artista sueco Carl Frederik”.

Un hombre se le acercaba

Más adelante le cuenta que temió morir asesinado por un hombre durante una visita al África.

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“El África siempre fue difícil”, le contó a Camacho, “pero también había una especie de reconocimiento de que Naciones Unidas era algo extraordinario y de que yo solo era un mensajero”.

“Eso me hace acordar de una vez en que yo estaba en un acto oficial en África, no recuerdo el país”, añadió el embajador.

Luego prosiguió: “De pronto sale de entre la muchedumbre un hombre vestido de blanco que se dirige hacia mí. Se puede imaginar el susto de la gente. Decían: “Cómo van a matar al secretario general en nuestro país”. Pero no, él solo venía a besarme en la mejilla”.

Una segunda novela

Habló también de sus novelas.

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“Bueno, no olvide que tengo 94 años y en enero cumplo 95, tengo algunos vacíos en la memoria. Mi segunda novela ya está terminada, pero para publicarla tendría que corregirla, hay que ver algunos personajes que son fruto de mis recuerdos, aquí sí hay mucho de mis recuerdos.

“¿Y por qué arriesgarse a publicar a los 94 años?”, le interrogó el periodista.

Pérez de Cuéllar respondió: “No sé. La novela estaba hecha. Tengo muchas cosas listas a las que llamo prosa lírica, que son recuerdos de lo que viví a lo largo de los años, en tantas partes del mundo. Tengo también poesía. Pero yo soy muy autocrítico con lo que escribo, muy exigente”.

Pérez de Cuéllar, quien es muy exigente consigo mismo, fue baloteado por un senado en que el partido Acción Popular tenía mayoría, cuando el entonces presidente Fernando Belaunde lo propuso como embajador en Brasil.

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Naturalmente ofendido renunció a la Cancillería y, ¡oh sorpresa y vergüenza para los congresistas de entonces! ¡Dos semanas después era elegido Secretario General de las Naciones Unidas!

Un héroe vivo

Quizá estemos de acuerdo en que no hay héroes vivos, pero hay gente que lo merece, sobre todo cuando ha tenido la virtud de permanecer entre nosotros con toda dignidad y modestia. Y más aún, permanece entre nosotros todo un siglo.

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Es posible por eso que el periodista Luis Iparraguirre, haya escrito en Andina que “nuestro embajador acaba de cumplir 100 años y, pese a que comentó que es impertinente catalogar de héroe a una persona viva, sabemos que esas palabras caen en saco roto cuando se habla de los héroes de la diplomacia”.

Porque Javier Pérez de Cuéllar lo es. Y nos unimos a quienes hoy saludan su centésimo cumpleaños, como una bendición que la vida suele dar a muy pocas personas que pueblan este mundo.

Luis Eduardo Podestá

(Imágenes de Andina y La República)

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