En la
UNSA viven
el
rebelde Scooby
y otros
25 perros
“Scooby”,llamado “el perro de las protestas” porque no hay demostración pública en que no
participe, se ha robado el corazón de las personas que ya le han salvado la vida
al costearle una intervención quirúrgica que pudo haber causado su muerte.
Con protestones en el atrio de la catedral |
Sonia
Choque Martínez, trabajadora administrativa en el Centro de Cómputo de
Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), se ha propuesto alimentar y proteger a sus “bebes”
como cariñosamente los llama, a los canes que deambulan por los ambientes universitarios, según le contó a Gisela Vilca, periodista del diario Correo.
Vilca
dice de Scooby: “No es un actor, pero es famoso en Arequipa. Se trata de
Scooby, conocido como el perrito de las protestas, porque donde hay una
manifestación siempre está presente”.
En su salsa junto a los manifestantes |
Se le
ha visto en demostraciones de protesta recientes, como la que protagonizaron
los “espartambos” del Valle de Tambo, en contra de las operaciones de la minera
Tía María de la Southern.
También
estuvo –no podía faltar– en las celebraciones del 16 de diciembre, luego de que
el club Melgar lograra el Campeonato del Descentralizado de Fútbol.
Se
presentó en la Plaza de Armas y no fueron pocos quienes le obsequiaron una caricia
y se tomaron fotografías con él, según se observa en una filmación
informativa de esa fecha.
No podía perderse los festejos de ¡Melgar Campeón! |
Gisela
Vilca escribió que “este can de color atigrado y de pecho blanco, es uno de los
más conocidos y queridos por los arequipeños”.
Refiere
que Sonia Choque “es su protectora y cuenta que hace un tiempo Scooby llegó a
los ambientes de Ingenerías de la UNSA” y los convirtió en su casa. “Ella lo
alimenta diariamente y es su ‘engreído’”, dijo su información.
“Cuando
conocí a Scooby o Cubito, como también lo llamo, vi algo curioso, le gusta ir a
las manifestaciones, pues cuando siente el bombo y la bulla sale corriendo.
Tampoco se pierde un partido del Melgar”, dijo Sonia a Correo.
Adoptaron a Sonia como su mamá |
Sonia
señala que dos versiones sobre el origen de Scooby. Una dice que su anterior
amo había sido un mendigo y la segunda, que formaba parte de una familia de
norteamericanos que lo dejaron en la universidad, informó Gisela Vilca.
Como
buen perro callejero “por las mañanas duerme y por la tarde sale a recorrer la
Plaza de Armas y las calles de Arequipa”.
Scooby también
sufrió un dramático momento cuando en setiembre pasado se tragó un hueso que le
quedó atravesado en el estómago, y tuvieron que operarlo.
“Casi
se muere. La intervención costo 1,500 soles. El 50 por ciento lo puse yo y el
otro 50 por ciento lo conseguimos con un llamado por las redes sociales”, contó
Sonia al diario.
Como el personaje que es tiene cuenta en Facebook |
Porque
Scooby tiene su cuenta en Facebook. “Scooby: no pedí ser callejero”, que le fue
creado por el fotógrafo Pedro Eduardo Allasi, quien lo conoció en 2012, en el
estadio de la UNSA y le encantó.
Con el
apoyo del Allasi, Sonia ha impreso mil almanaques con fotos de la mascota junto
a “Maruja”, su pareja, y “Negro”, su compadre y otros canes de la UNSA. Los
almanaques se venden a 7.50 soles con el lema “No pedí ser callejero”.
Como
todo personaje famoso, Scooby con el nombre de “Marrón” ha tenido su lugar también
en las páginas del diario El Pueblo, que dio cuenta en setiembre pasado de que
“Marrón” tiene una cuenta en Facebook donde “podemos seguir el rastro de las
actividades donde participa”.
Con su pareja y su compadre en mensaje navideño |
El
diario señaló, asimismo, que tiene imágenes en que Scooby luce gorros de los estudiantes
del emblemático Colegio Nacional de la Independencia Americana y en otras ocasiones ropa con el logo de Superman.
La
periodista Gisela Vilca informa que los ambientes de la UNSA no son exclusivos
de Scooby.
Sonia
también cuida, escribió, “a otros 25 canes que duermen en las instalaciones de
la UNSA (área Sociales, Biomédicas e Ingenierías)”.
“Ninguno
de ellos nació acá, todos llegaron de la calle, pero son animales que no hacen
daño, yo los hago vacunar y desparasitar y, en el caso de las hembras, son
esterilizadas”, le contó Sonia, “que desde hace 18 años alimenta a
los animales que llegaron a la UNSA”.
“Hay docentes y algunos trabajadores de
buen corazón que la ayudan a cuidarlos”, concluye.
(Con información de Correo y El Pueblo e imágenes de Pedro Eduardo Allasi, diario Correo y LatinaTV)
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