El
Gallito XTRM dice que
extraterrestres
lo levantaron
para el
inca y sus 'trampas'
Una
descripción de cómo los marcianos construyeron Machu Picchu, las ruinas
insignia del Imperio de los Incas, trae en su última edición El Gallito XTRM,
una suerte de apéndice del “quincenario mensual humorístico de aparición
semanal” del mismo nombre.
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| Advertencia: Usted es libre de creer o no en esta versión |
Como se
ha hecho habitual, El Gallito XTRM dedica la edición de cada mes a un tema
específico y en setiembre le tocó a Machu Picchu y su supuesta construcción por
los marcianos, que está descrita en las 18 páginas de la revista, profusamente
ilustradas con “fotodibujos” realizados por el mismo autor Álvaro “Lessness”
Podestá Cuadros.
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| Nueva edición de El Gallito XTRM |
En una
suerte de presentación, el autor señala: “La verdadera y única historia acerca
de la construcción del lodge de verano del gobernante inca, su familia, amigos,
allegados, portátil y todas sus trampas, comenzó con un concurso público convocado
por el jerarca inca Manco Judo (conocido también como el inca N° 17 de la
dinastía de los Cachín Cusco), para que aquellos que se sintieran capaces de
llevar a cabo la obra, se presentasen.
Añade: “Dos
empresas y un gremio de construcción quisieron ganar la licitación para la
construcción del que sería el nuevo lugar de hueveo del inca: Cacha Constructores
S.A.c., Marci & Ano Constructores GmbH y el Gremio de Construcción Civil
del Antimío (falange opuesta abiertamente a sus colegas del Gremio de
Construcción Civil del Antisuyo).
“Para
hacerla cortita, trascendió que Manco Judo, mandamás del Tawantinsuyo y sus
alrededores, conocidos también como Tawantinmíos, tras reunirse caletamente con
el representante de la constructora extraterrestre en una conocida chullpa de
su vasto imperio, decidió entregarle la obra a él.
El Inca no aceptaba críticas
“Si
bien hubo un pequeño bochinche inicial ante la arbitraria decisión, no fue nada
que no pudiera resolver el inca rápidamente y sin ruido: les cortó la cabeza a
los denunciantes y demás opositores.
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| También acudían a la 'bamba' de Azángaro |
“Los
otros dos concursantes que quedaron tirando cintura, ante la noticia de que se
perdían la gran chance de construir el mega proyecto y, de pasadita, ganar un
lugar en la historia, denunciaron fraude, dolo y la aparición de un lobby entre
la gente del imperio inca y sus nuevos socios extraterrestres. Sin embargo, de
nada les sirvió llorar sobre la piedra labrada, ya que con la decisión del inca
todo el asunto sobre la licitación, buena pro y concurso público quedó
consumado.
“Entre
las cosas a las que se comprometía la empresa constructora al hacerse cargo del
proyecto, la principal era que el plazo de construcción no debería exceder los
17 días laborables -sabido es que los extraterrestres no trabajan los sábados
ni domingos porque les llega al pincho-, a partir de la fecha de inicio;
también el uso de las más modernas técnicas de construcción habidas hasta la
fecha en el mercado interplanetario y, como un importante plus, tratar de
provocar el menor impacto ambiental a la hora de poner manos a la obra y hacer de
Machu Picchu una lodge de verano naturalmente sustentable y amigo del entorno.
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| Así, dice El Gallito, quedó la obra terminada |
“Si
bien, como veremos páginas más adelante, el Estudio de Impacto Ambiental
presentado por marcianos era más trucho que los diplomas de Azángaro, Manco
Judo y séquito de aduladores hicieron de la vista gorda ya que lo que a ellos
más les interesaba era la rápida puesta en marcha del proyecto para contar con
un lugar de sano esparcimiento para grandes y chicos más acorde con sus investiduras.
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| Estudio del impacto ambiental |
“Fue
así que el proyecto Machu Picchu se echó a andar”, finaliza la presentación.
Bueno,
es su responsabilidad como lector, si cree o no lo que se aventura a proclamar
Álvaro "Lessness" Podestá, cuyo “quincenario mensual humorístico de aparición semanal” no
se distingue necesariamente por su ponderación y veracidad y sí por la
exageración del tratamiento que da a los temas que trata por más serios que fueran. Y esto se lo advierte su
papá, que lo conoce bien. (lep).
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