viernes, 4 de diciembre de 2015

Justicia rápida en Moquegua

Primer sentenciado del llamado
“proceso inmediato” fue
por tocamientos a una niña

A Teófilo Quispe Quispe, de 42 años, residente en Moquegua, le tocó ser el primer sentenciado por un tribunal de justicia de esa ciudad dentro del llamado “proceso inmediato”, por el delito de actos contra el pudor en agravio de una menor de edad, informó la agencia Andina.

Justicia rápida para delitos flagrantesa
Quispe fue condenado a cuatro años de cárcel, pena suspendida por decisión de la Corte Superior de Justicia cuyos miembros desarrollaron la primera audiencia de proceso inmediato por flagrancia delictiva, bajo las normas del Decreto Ley 1194 que entró en vigencia el domingo 29 de noviembre.

Quispe fue sindicado como el responsable de realizar tocamientos indebidos a una menor al interior de un vehículo de transporte público, el pasado 1 de diciembre al cuando la víctima abordó un vehículo para dirigirse a su hogar.

La niña avisó a su madre y ambas pidieron la intervención policial que detuvo “en flagrancia delictiva” al sentenciado, quien luego de admitir su responsabilidad, se sometió a la modalidad judicial de Terminación anticipada.

La jueza del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de Mariscal Nieto, Ruth Cohaila Quispe le impuso cuatro años de pena privativa de libertad suspendida por tres años, fijándose el monto de la reparación civil en S/. 1,500.00 nuevos soles, que el sentenciado deberá abonar en favor de la menor agraviada en el plazo de 24 horas, dijo Andina.

La audiencia de seis minutos

Una de las audiencias más rápidas que alcanzó un récord en la administración de justicia peruana que solo duró seis minutos, fue probablemente la que se desarrolló mediante una videoconferencia entre la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema en Lima y una sala del penal El Milagro de Trujillo, a 570 kilómetros de distancia.

Récord de velocidad en justicia penal
La revista del Poder Judicial El Magistrado de noviembre de 2010, recuerda que la referida audiencia, se inició a las 9.08 y concluyó a las 9.14 de la mañana del miércoles 10 de ese mes y año.

La Sala Penal presidida por el magistrado César San Martín Castro, que debía resolver un recurso de revisión de sentencia, no se movió de su sede en el Palacio de Justicia, mientras el reo Christian Omar Gallardo Rivas, estaba en el penal El Milagro.

“Gallardo estaba sentenciado a seis años de cárcel por haber dado muerte a su hijo, luego de que la madre del niño lo abandonó y había pedido al máximo tribunal, por consejo de su abogado, la revisión de su sentencia”, anotó la revista.

A través de cuatro enormes pantallas los asistentes siguieron los detalles de la audiencia que se iba a realizar.
Introdujo la tecnología para una justicia veloz

Los miembros de la sala escucharon al abogado defensor de Gallardo y luego al sentenciado, quien sin preámbulos manifestó que se desistía de su petición. “No suscribo el recurso (de revisión de la sentencia) y de ello doy fe de manera voluntaria”, dijo y anunció que haría uso de sus derechos en cuanto a sus beneficios penitenciarios.

“El presidente de la Sala dio la palabra al fiscal, doctor Jorge Bernal Cavero, quien expresó su conformidad con el desistimiento, el doctor San Martín declaró fundada la petición del reo y ordenó que el proceso se archivara. Nuevamente agitó la campanilla y la audiencia terminó. Habían pasado solo seis minutos”, señaló la publicación judicial.

“Se ha dado paso a una audiencia con una tecnología informativa que ha probado su eficacia”, dijo luego el doctor San Martín, “porque de lo contrario, esta Sala hubiera tenido que viajar a Trujillo o el sentenciado venir a Lima, lo que suponía gastos para unos y otros”.

Esa fue la primera vez que la tecnología se aplicaba a una audiencia penal en la Corte Suprema para un caso penal mediante una videoconferencia que permitió el contacto visual y auditivo entre las partes.

El condenado Christian Gallardo fue juzgado de acuerdo con las normas del Nuevo Código Procesal Penal y se acogió a la modalidad de la conclusión anticipada, lo que permitió también en Trujillo, que fuera juzgado con rapidez, en público y en forma oral.


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