sábado, 17 de abril de 2010

“Pacíficos” protestones contra periodistas

Ya era hora de que el presidente
regional saliera a decir su palabra
para aplacar las iras en Tía María



Al fin salió don Juan Manuel Guillén, presidente regional de Arequipa para decir su palabra en torno al problema de la Tía María y, según el diario Noticias, “aseguró que el objetivo de la mesa de diálogo es que la explotación minera se dé, pero garantizando las buenas condiciones medioambientales, el desarrollo humano y social y “que no haya ningún tipo de abuso de los recursos naturales”.

El presidente regional Juan Manuel Guillén interviene

Mientras tanto, los “pacíficos” manifestantes de la bloqueada carretera Panamericana, le daban una paliza a un presunto infiltrado de la policía, aterrorizaban a dos reporteros, hombre y mujer que no se atrevían a dejar el sitio desde donde habían estado cumpliendo su misión, y centenares de viajeros sufrían las de Caín en la vía.

Los pacíficos manifestantes, además, se daban el lujo de “dar tregua” para que en determinado momento pasaran los vehículos y cuando les daba la gana, cerraban la vía. ¿En qué país estamos en que los delincuentes ponen condiciones sin que las autoridades se hagan respetar?

Sufren las consecuencias de la intransigencia


Y esto no es aventurado. Bloquear las carreteras es un delito. Hay que recordar que hace cuatro años, durante una huelga agraria, que derivó en un bloqueo de la Panamericana Norte, a la altura de Huacho, que tuvo autoridades con los riñones bien puestos, fueron detenidos 22 campesinos. Los 22 están sentenciados a cuatro y tres años de prisión suspendida, lo que significa que no pueden gritar en la más mínima manifestación de protesta, porque irían a la canasta ¡efectiva! Y eso no le gusta a nadie.

Hay que destacar el bienintencionado llamado de la Defensoría del Pueblo para que la policía haga uso ´moderado de sus armas ante los desamnes. El resultados son ocho policías heridos. La policía acató además, las órdenes de su comando para tener mucho cuidado en el uso de las armas que la Nación les ha dado para proteger el estado de derecho y la democracia en que nos movemos.

Sin palabras. Caricatura en el diario Noticias


El resultado es que los delincuentes se paseaban por la carretera y sus alrededores, gritaban contra los periodistas que se habían atrevido a decir la verdad, secuestraban en la práctica a dos reporteros que habían tenido la desgracia de aislarse para recoger su primicia y golpeaban sin misericordia a quien calificaron de infiltrado.

Mientras tanto, el primer ministro Velásquez Quesquén decía muy orondo “no voy a dialogar mientras no levanten el bloqueo” y los autores del delito de interrumpir el libre tránsito de los ciudadanos, escogían con quién estaban dispuestos a conversar: “No queremos diálogo sino con el primer ministro o con el ministro de Energía y Minas”. ¿No quisieran conversar mejor con el Papa o con la madre Celestina?

Y me permito hacer estos comentarios hepáticos, contra mi costumbre. Porque yo fui víctima de un bloqueo de vías, días antes del “baguazo” que costó tantas vías.

Con órdenes de actuar con suavidad


Estuve en la carretera Moyobamba-Tarapoto calcinada por el sol a mediados de mayo del 2009 luego del cumplimiento de una misión con el reportero gráfico Carlos Torres. Con nuestras mochilas a la espalda y otros equipos, debimos abandonar la pista, seguir a un guía de la región, por en medio de la selva, hundiendo los pies en aguajales, saltando acequias de bordes de barro resbaladizo, deshidratándonos a mares, durante tres horas antes de alcanzar nuevamente la otra punta de la carretera, donde había -recién- un destacamento policial.

En aquella ocasión como en otras varias, las autoridades dejaron que el monstruo creciera, que se enseñoreara de las pistas y tomara el control de las carreteras que son propiedad de todos los peruanos en perjuicio de los viajeros que con el deseo de llegar a su destino, se expone a mil riesgos y necesidades.

¿Hasta cuándo van a dejar los García, Velásquez Quesquén, Salazares e Hidalgos, que los delincuentes triunfen? Porque al final, el gobierno acepta modificar disposiciones para que “desbloqueen las vías”.

Una serpiente de vehículos detenidos


En esta aventura de Cocachacra donde los niños malcriados nos hacen sufrir sus rabietas –terroristas viales los ha llamado el presidente de ¿todos? los peruanos– se han perdido diez millones de soles, según datos del viernes y han quedado heridos ocho policías: Capitan Javier Alcántara Huayanca, alférez Eduardo Vallejo Aponte, suboficial2 Durberly Salazar Bardales, suboficial1 Teobaldo Quispe Aguilar, suboficial3 Moisés Diaz Arenas y suboficial técnico3 Luis Rayme Valdivia, suboficial3 Luis Quintanilla Salas y suboficial3 Pirren Rebuelta Alarcón.

El derecho de reunión y las demostraciones de protesta tienen sus reglas, una de las cuales es que los ciudadanos concurran pacíficamente y sin armas. Sin embargo, en todas las manifestaciones “pacíficas” de los últimos tiempos, también en la de Cocachacra, hemos visto que los protestantes llevan gruesos garrotes a la vista. De las armas que pueden llevar escondidas, no se sabe.

Así, pues, doctor Juan Manuel Guillén Benavides. Es bueno que haya decidido intervenir en el asunto, porque usted tiene la voz que no se encuentra devaluada como la de otras autoridades. Usted sabe que la región tiene mucho que perder en el asunto Tía María, y que un diálogo con respeto de las partes puede –y debe– ser provechoso para el bienestar de los pobres de la región, que son muchos.


Luis Eduardo Podestá

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