domingo, 14 de junio de 2009

No exagerar ni hablar por gusto

La Defensora del Pueblo fue
tajante: hay nueve nativos y
24 policías muertos en Bagua


Por respeto a la verdad, y para contrarrestar, si se puede, esa avalancha desinformadora y desinformada que viene del exterior hasta en la boca de lindas “hermanas” de los nativos, que se criaron en Alemania, los Estados Unidos y otros países del orbe, hay que reiterar las informaciones ofrecidas por la Defensora del Pueblo, Beatriz Merino, en reiteradas ocasiones, durante los últimos días.

En primer lugar ha descartado la existencia de “fosas comunes” en la zona de El Reposo, donde voluntarios informaron que las hubo. La Defensora lo ha desmentido todo eso.

Ha dicho en cambio, con expresión rotunda que hay nueve nativos muertos y 24 policías como consecuencia de los incidentes de Bagua.

No se trata de echar gasolina al fuego ni disimular responsabilidades de uno y otro lado. Esperemos que la verdad y únicamente la verdad, sin matices ni maquillajes, se abra paso y sea entregada a la sociedad peruana, para tranquilidad de unos y otros.




La televisión trajo hoy domingo la imagen de dos ciudadanas alemanas que hablaban de muchos muertos. El reportero le preguntó a una de dónde había sacado esa información y la bella niña rubia no supo qué responder. Le hizo la misma pregunta a la segunda visitante y ella calló. Le preguntó a continuación qué hacen en Alemania las autoridades cuando a algunos se les ocurre bloquear una carretera o una calle.

Y me viene a la memoria disturbios ocurridos hace algunos años en Francia, cuando los manifestantes se echaron y se sentaron en la pista. Los policías los cargaron hasta la vereda y no permitieron que volvieran a interrumpir la vía.

Aquí, en el Perú hay una ley que califica como delito el bloqueo de carreteras pero el argumento más socorrido de quienes protestan o quieren conseguir la atención de sus reclamos es bloquear las pistas.

Los mineros informales de Ocoña que querían que los declararan formales, los mineros de Casapalca que reclamaban participación de utilidades, los nativos que piden al gobierno que derogue unos decretos leyes que dicen los afectan, los pobladores del Cusco que reclaman atención de su alcalde ponen piedras en la vía del tren, todos bloquean carreteras y vías de comunicación y provocan daños y problemas a quienes no tienen ninguna vela en ese entierro.

¿Qué chicha tiene que sufrir un turista alemán, norteamericano, noruego o japonés con los problemas parroquiales de un pueblo cusqueño? ¿Qué tiene que ver una madre con su niño que llora de sed y hambre con los decretos 1090 y 1064 para que la martiricen con lo que más quiere en el mundo?

Leyes hay, lo que existe es mala voluntad, miedo de las autoridades, para aplicarlas y el resultado es el caos, en que nadie entienda por qué esta varado su vehículo en la carretera durante horas y días sin que nadie haga nada… hasta que la olla estalla como estalló en Bagua.

Recuerde, ciudadano, un episodio ocurrido hace dos años en el cercano norte. Los agricultores que hicieron una huelga agraria por cosas que ellos debían reclamar ante las autoridades correspondiente y bloquearon un tramo de la Panamericana Norte, fueron identificados por la policía y por las cámaras de los medios de comunicación, denunciados por la Fiscalía y sometidos a proceso por la Corte Superior de Huacho, uno de cuyos tribunales sentenció a 22 campesinos a tres años de prisión suspendida y al pago de una reparación civil en cómodas cuotas judiciales.

Esa es la forma de actuar. ¿Cree usted, ciudadano, que alguno de los sentenciados, volverá a bloquear una carretera, sin correr el riesgo de que la prisión condicional se convierta en efectiva?

Creo que no. Por lo menos, ninguno de ellos, que se sepa ha vuelto a bloquear ni la vereda de su casa. Y todo ocurrió en Huacho, cerquita de Lima. ¿Por qué no puede aplicarse la ley a todos los peruanos, sin distinción?

No hay comentarios.: