lunes, 1 de julio de 2019

Congresistas en diálogo para recordar

Becerril desafía a un partido
de fulbito y Arce pone una caja
de porcelanato como premio

Se sabe que la sangre no llegará al río, solo quizá al desagüe de la plaza Bolívar, que ha sido escenario de un furioso encuentro verbal, cuyo protagonista ha sido el nunca bien ponderado talentoso comentarista de fútbol y de otras materias y también polemista sublime, Héctor Becerril, cultor acérrimo del porcelanato para salas de lujo y confeso discriminador homofóbico y su colega Richard Arce.

Un Becerríl escandalizado
El escenario del encuentro ha sido la columna de don Augusto Álvarez Rodrich, que usted puede leer con deleite desde esta mañana en la página editorial de La República.

Becerril: “Los homosexuales tienen todo el derecho a mostrarse su afecto, pero no en lugares públicos. ¿Por qué no piden de una vez que les den la explanada de Palacio de Gobierno?

Becerril (en busca de la chamba de Gareca y comenta durante el partido concluido a penales): “Qué espera Gareca para cambiar a Yotún, cuyos constantes pases errados originan contra golpes peligrosos”.

Richard Arce (interviniendo): “¡Este tipo no le acierta una!, pero no es que sea salado, la verdad es ¿qué podemos esperar? Si la ignorancia es atrevida y encima llamémosle karma: todo lo malo que hace en la vida se revierte, ya falta poco, la cárcel lo espera”.

Becerril (piconeado): “A ver Richard Arce, si tú aciertas una, te reto a un partido de fulbito entre todos los congresistas zurdos y caviares contra mi bankada para este sábado 8 de julio, tú escoge la cancha, ojalá no arrugues como es costumbre de los izquierdistas cuando se les reta. Ojo juegas tú y yo”.

Le plantean premio de una caja de porcelanato
Arce: “Acepto el reto. Organiza a tu equipo con los #wachiturros y los #CuellosBlancos, como quieras. Yo lo haré con mis amigxs #LGTBI. Así, juntos enfrentaremos en la cancha a los homofóbicos y corruptos. ¿No creo que te acobardes, no? pon hora, lugar y fecha. Premio: una caja porcelanato”.

Una caja de chelas que ahora ha subido y solo está al alcance del sueldo de congresista hubiera sido lo más adecuado, pero en fin… Sigamos asistiendo al diálogo de dos padres de la patria (¡pobrecita!).

Becerril: “Cobarde como lo pensé, arrugas cuando de retan de frente, te gusta atacar como los terroristas escondido tras un tuit, ya entiendo por qué los defiendes, pero te faltó valor para sacrificarte por lo que crees, pero igual arrugador a ver si te inyectas andrógenos y aceptas mi reto”.

Alberto de Belaunde: (terciando en el diálogo) – “Becerril perdió otra brillante oportunidad de quedarse callado”.

Concluyo con una observación sobre los homofóbicos también de Älvarez Rodrich en una columna anterior:

“La manifestación del jueves en la Plaza Bolívar se realizó en orden y solo escandalizó a algunos homofóbicos -expresión frecuente de la represión de los propios deseos- como el congresista Héctor Becerril que declaró su espanto por ver a dos hombres besándose, lo cual confirmó a muchos el troglodita que es”.

(Imágenes de Perú21 y La República)

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