martes, 30 de diciembre de 2008

Mesa Redonda, nuevo aniversario

Un poco sin quererlo, te regalo este cuento
que no es de navidad sino de aniversario
sangriento para que no se olvie, si eso es posible


Fuegos artificiales

Lamentablemente, las cosas han adquirido un nuevo y definitivo significado, escucha que le dicen o lee que le escriben, ya no puedo soportar más esta situación, escucha y no quiere escuchar porque sus diablos azules circulan a todo lo ancho del mundo, por debajo de la mesa donde diariamente ella le servía la comida, en los barrotes verticales como cárcel de su cama de hierro, danzan diablos azules y rojizos como exhalaciones de niebla y nunca pensé que un día podíamos llegar a este extremo en que te escriba o te diga que ya no puedo más, que la paciencia de todos estos años se acabó y que nunca, nunca, nunca, tres veces nunca, repetidas unas tras otras, pensé que todo iba a terminar de esta manera y la vio de pie, en medio de la habitación y los diablos azules, con la mirada perdida en mi cuerpo, en mis ojos que no tienen mirada sino para los diablos azules que se disfrazan y se arman con miles de rostros conocidos y desconocidos para hacerme temblar de miedo, para hacerme sentir solo, tan solo que pienso que no te encuentras allí, donde te encuentras y donde me hablas o me escribes y puedo escuchar el correr del bolígrafo sobre el papel y no me explico por qué los diablos no te hacen nada, pasan a tu lado sin rozarte, sin tocarte, sin contaminarte, y tú sigues tan pura, tierna, invisible y visible, como cuando nos amábamos, una vez ya muy lejana, tan distante que aparece distorsionada en el recuerdo y ya no sé si en realidad nos amamos o si nunca nos amamos y si sólo vivimos un espejismo que se repite a cada instante y revive diferente hasta causar la duda y convertirse en una mentira más a la que me estoy acostumbrando desde cuando vinieron a alojarse aquí todos los diablos azules que ha creado el mundo...
Me voy le dijo a su madre a comprar unos cohetecillos en Mesa Redonda para revenderlos y hacernos un sencillo para la navidad el año nuevo y la madre le dio cien soles y a las pocas horas todas las televisoras del mundo dibujaban las llamas de millones de fuegos artificiales en todo el barrio y la madre solo atinó a pensar mi hijo mi hijo está allá metido entre ese enorme fuego que estalla y no cesa de estallar pero él se iba lejos con los cien soles de la madre junto a ti en un asiento de autobús porque íbamos a amarnos lejos donde tú querías que nos amáramos y estuvimos lejos mientras la madre no encontraba sus restos ni sus hermanos encontraban sus restos para darles cristiana sepultura y se resignaron ocho días después a encender unas velas en una mesa donde doblaron la poca ropa limpia que tenías un pantalón desteñido y hecho hilachas en los bordes de los bolsillos y te lloraron y rezaron por ti mucho esa noche y tu madre lloraba mucho todas las noches recordando la horrible muerte que habías tenido en medio de los fuegos artificiales de todos los colores por el único afán de tener un sencillo para la navidad y el año nuevo y poder comprar unos regalitos baratos para los chicos de mis hermanas pero su forma de amar se renovaba cada vez en nuestras propias desnudeces en nuestras bocas que nunca se cansaban de besarse y estábamos lejos a mil kilómetros al norte adonde nos había dado la gana de irnos para amarnos aunque igual hubieras podido amarla en el vecindario donde vivía porque total ni su madre ni sus hermanos y hermanos se oponían a esa relación decían que ella era buena y podría ser la mujer adecuada para que formaras el hogar que nunca formarías porque estabas muerto entre los muertos de la gigantesca llamarada de Mesa Redonda donde algunos dicen juran que te vieron comprando cohetecillos en cantidad para revenderlo a las tiendas de tu barrio y te vieron correr para escapar del fuego pero que el fuego te alcanzó porque lo rodeaba todo y se trasladaba de casa en casa y de calle en calle para encerrar a los muertos que nunca fueron identificados y quedaron para siempre sin nombre y sin restos reducidos a solo un recuerdo en las mentes de las madres y los hermanos que escuchaban cómo habías muerto de manera tan atroz.
Lo más triste y espeluznante fue que a los cuarenticinco días de tu muerte, un poco más flaco de lo que te fuiste, apareciste en la puerta de tu casa y fue tu propia madre la que salió a abrirte y creyó encontrarse ante un fantasma, un resucitado y eso parecía en verdad porque estaba más flaco que cuando se fue aquella tarde de fines del año de la explosión y no sabía si llorar o cantar de felicidad al verte, hecho de carne y hueso, pero lo que nunca supo tu madre o quizá lo supo en silencio, fue que regresaste porque no tenías ningún lugar en el mundo adonde ir y entonces tus pies te llevaron hacia la casa donde vivías con tus hermanos y un día, mucho después de tu resurrección, descubrieron que estabas enfermo y que la delgadez no era solo porque habías padecido hambres fuera del hogar como siempre se padece cuando uno está fuera de su casa, sino porque la enfermedad te corroía por dentro, un médico de la posta dijo leucemia, y otro médico dijo cirrosis pero los diablos azules te corroían los ojos y la única forma de aplacarlos era metiéndote una botella de aquel trago que solías tomar con los palomillas del barrio y entonces el cielo gris aparecía azul y las luces de los focos aparecían como estrellas del fondo del universo que sólo conocemos en las películas que daba la televisión y que de cuando en cuando encontrábamos en las fotos de los periódicos y la madre y tus hermanas alguien lo ha contagiado para que se ponga así tan de repente y la cama estaba rodeada de diablos azules y frascos de medicina y restos de ampolletas hasta cuando les dijiste déjenme morir porque ya sé que no tengo remedio y vino tu tío Pedro y te miró a los ojos y lo primero que dijo fue sólo se mueren los cojudos, los que no tienen voluntad de vivir, pero si te quieres morir te voy a ayudar y te ayudaron los muchachos del barrio, los antiguos condiscípulos del colegio, las amigas de tus hermanas y los compañeros de trabajo de tus hermanos, hicieron cuotas y hasta organizaron una pollada sin música porque no se puede bailar en una fiesta destinada a recoger fondos para enterrar a un difunto que esta vez sí, por segunda vez, va a morir en unos cuantos días y en serio, a pesar de todas las explicaciones que dieron la madre, las hermanas y los hermanos sobre el viaje de amor que lo salvó de la primera muerte y cuando muchos se negaban a convencerse de que habían asistido durante una noche y un día al velorio de alguien que estaba vivo.
Pero al fin se convencieron de tanto verlo nuevamente por las calles del barrio dedicado a sus botellas para aplacar la enorme sed que le había dejado la hembra que se fue, que desapareció un día y lo dejó esperando en su cuartito de aquel conventillo de la ciudad desconocida adonde los llevaron los cien soles de la madre, y recuerda en medio de los diablos azules que sólo le dijo voy al mercadito de la esquina, ya vuelvo y él esperó hasta la noche que volviera y esperó hasta la otra madrugada que volviera y entonces salió a comprar un trago fuerte para disimular la espera y entonces la vio de regreso en medio de los diablos azules, le reprochaba que la dejara abandonada mientras se iba a la calle a emborracharse con los nuevos amigos del conventillo y pronunció las palabras definitivas y malditas ya no te puedo soportar más pero esa noche y el día siguiente todo siguió igual, los dos desnudos en la cama, prometiéndose amarse hasta la muerte hasta esa vez, dos o tres días más tarde, en que ella salió al mercadito y él se quedó solo con sus diablos azules y la esperó hasta cuando le dijeron que él también tenía que irse porque ya no lo iban a soportar más y no quiso darse cuenta durante mucho tiempo de que todo había terminado y entonces decidió armarse de botellas y emprender el camino de regreso a la casa, como un resucitado a contar la verdad de su primera muerte y a desmentir a todos los noticieros y a todos los periódicos que la habían dado por cierta y habían informado de ella en todos los colores y hoy, frente al tío Pedro, limpio de diablos azules, le cuenta, le confiesa y se arrepiente y sabe que va a morir porque todo el mundo le dice que debe morir y el tío Pedro bien, bien, si así lo deseas procuraré que tu entierro esta vez sí, sea digno y sea verdadero porque en realidad, pienso, que ya no tienes nada que hacer en este mundo.
Y, en realidad, sintió que para él, a los veintiocho años de vida, ya todo estaba terminado, ya todo estaba hecho y deshecho, he hecho jirones de mi vida, su hermana le recordaba que se escapaba a la calle contra el permiso de la mamá que quería tenerlo cerca, más protegido que cualquiera, pero fugaba en cualquier momento y entonces sintió que todo era nuevamente luminoso como cuando sus pies entraban en la playa del río, vamos a buscar oro al río, le decían y se pasaban horas enteras en el cernido de toneladas de arena con la esperanza de lograr un granito de oro y hubo un periódico que publicó algo sobre los buscadores de oro del río que no sacan ni para el té, pero hablaba sobre sus ilusiones y sacrificios, sus técnicas del lavado de la arena que no sabía dónde las habían aprendido y de sus planes para cuando encontraran el oro que buscaban, del amor que tenían a su familia a la que querían sacar de aquel túnel de miseria en que se hallaba y que era el motivo de todas sus penas, sus vicios y desventuras y al final, frustrados y cansados se echaban entre las rocas de la orilla, se bañaban en las aguas turbias del río, regresaban hambrientos a sus casas y, por supuesto, la mamá se ponía a llorar o a hablar interminablemente reprochándole su ausencia mientras le servía la comida y él callado, sin atreverse a decir nada, sólo pensaba, solo respondía en pensamiento era para construirte una casa, mamá, para que tengamos una casa real en lugar de esta, era para que cambiáramos de barrio, para irnos adonde no hubiera miseria y con estos pensamientos en la memoria sintió ahora en su lecho de enfermo como decían sus hermanas que el templo enorme donde se encontraba estaba pleno de luz, libre de los diablos azules y que nada le dolía en el cuerpo ni nada le dolía en el fondo del corazón donde nada duele pero duele, porque comprendió entonces, que toda su vida, desde la búsqueda de oro en las sucias playas del Rímac, hasta su huida y muerte había sido una sucesión de fuegos artificiales donde los diablos azules danzaban hasta morir o hasta extinguirse en medio de su sed desesperada.



domingo, 28 de diciembre de 2008

Los uros del Titicaca quieren tranquilidad




Tienen electricidad, agua
potable y cuidan el ambiente
sin pedirle nada a nadie


Contaban los antiguos uros, el último de los cuales parece haber fallecido hace unos 60 años, que su raza no era la misma de los demás habitantes del Altiplano.
Mientras los demás tenían la sangre roja como todos los seres humanos, los uros, decía aquel hombre -a quien conocí no en Puno ni en sus islas flotantes, sino en Lima, hace buenos diez años-, que su sangre era negra porque eran hijos de la luna y no del sol como los demás.


Los uros ya no quieren vivir escondidos




Por eso quizá se sumieron en un aislamiento que durante décadas contribuyó a su progresiva extinción y ahora han salido a la luz del sol y reclaman respeto.
Hoy los uros han cambiado. Ya no son la raza escogida de sangre negra, quizá porque muchos de ellos han salido de las islas para estudiar la secundaria y la universidad y ya no creen en aquellas leyendas.
Los uros de hoy luchan por elevar el estatus de su comunidad a niveles que les permitan vivir con comodidad pero de acuerdo con sus costumbres sin renunciar a sus tradiciones ni lengua y adaptar el desarrollo de la sociedad actual a sus necesidades en medio del lago Titicaca.

Electricidad solar

Por eso es que ahora tienen electricidad producida por paneles solares, agua en tanques elevados y un sistema de eliminación de desechos que ya los quisieran en otras sociedades.


Alcalde Julio Vilca quiere respeto para su comunidad




El alcalde Julio Vilca Lujano, del Centro Poblado Turístico Chulluni, gobierna sobre más de 50 islas artificiales, creadas con sus propias manos que tejieron una superficie de totora de dos metros de espesor sobre la cual han construido sus casas, sus escuelas, su juzgado de paz y sus dependencias municipales.
“Tenemos cinco escuelas fiscales en Uros Toranipata, en Uros Tribeno, en Capi Cruz Grande, en Capitos Uros y otra en Chulluni, aparte de una sexta escuela privada adventista”, dijo el burgomaestre en una entrevista que le hice en Puno, adonde lo llaman con mucha frecuencia sus obligaciones ediles.


Los niños uros tienen seis escuelas en sus islas




Tres maestros uros se ocupan de la primera educación de unos 250 estudiantes.
El brgomaestre Vilca se congratula de que “ya no vivimos como antes”.
Gracias a que numerosas familias uros tienen electricidad, al caer la noche pueden verse desde las orillas cómo se encienden las luces en las islas, en medio del lago y forman una suerte de luminosa alfombra mágica en medio de las sombras.


Tanque de agua que, dicen, les da mejor agua que en la ciudad




“Tenemos también agua purificada con un proceso de ozono que nos permite beber mejor agua que en Puno y servicios higiénicos ecológicos, que no contaminan ni las islas, ni el lago ni el aire”, agrega con satisfacción.
Vilca Lujano señala que los uros no tienen por qué vivir en la pobreza y que, contradictoriamente, el Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena), es el organismo oficial que les provoca problemas allí donde no debieran existir.


Tienen más de 11 mil hectáreas de totorales




“Intentaron (los funcionarios de Inrena y la policía ecológica), cobrarnos 0.008 de sol por cada tallo de totora que sacáramos del lago, como si eso no fuera patrimonio de los uros desde la antigüedad, porque nuestros antepasados sembraron y cultivaron la totora”, declaró y añadió que alrededor de las islas hay 11 383 hectáreas de totorales.
“Los guardaparques también nos quitaban el pescado con que nos alimentamos”, denuncia.

800 turistas por día


Las islas flotantes reciben entre 800 y 900 turistas por día. La gente de las islas los atiende, les ofrece artesanía, alimentos, alojamiento en un hotel donde se puede pasar la noche cómodamente sobre el lago, un suelo que parece hundirse a cada paso pero que es muy firme y sobre todo, flotará aunque una tormenta del lago arranque las raíces que la anclan al fondo y la convierta en un barco a la deriva.

Modernas embarcaciones llevan y traen turistas




Los visitantes llegan hasta el embarcadero del puerto de la bahía de Puno en grupos numerosos. Cada moderna lancha con motor fuera de borda, de las aproximadamente 200 que hacen el servicio entre la orilla y las islas, en un viaje de unos 45 minutos, puede transportar unos 35 pasajeros por un precio módico.
El alcalde dice que las islas comenzaron a formarse alrededor de 1950 porque antes “he visto que la gente vivía en sus balsas, se alimentaba de lo que recogía del lago, tallos tiernos de totora, pescado o aves”.
Habla de la formación de la nación uro, “así como los quechuas y aimaras tienen sus naciones”.
“Nosotros éramos antes los únicos pobladores del lago. Vivíamos solos y ninguna autoridad venía a reclamarnos impuestos por sacar varas de totora para las balsas ni para las casas”, recuerda.
Afirma que las islas están rodeadas de 11,383 hectáreas de totorales y que cuando les quisieron cobrar por cada vara de totora, hicieron una bulliciosa pero pacífica demostración de protesta en pleno centro de Puno.
“Nosotros queremos que se reconozca a la población uro como comunidad campesina”, reclama el alcalde.

El nuevo juzgado


Del mismo criterio es el flamante juez de paz, un joven estudiante universitario de turismo, Carlos Lujano Charca, quien ha establecido su despacho en Chulluni, la isla más cercana al puerto.

Despacho del juez de paz por estrenar




En esa isla viven dos familias, que disfrutan de electricidad gracias a un panel solar, tienen agua potabilizada que llega desde un tanque elevado y un sistema de eliminación de residuos que los libera del riesgo de la contaminación.

Esperan que un criadero experimental de truchas dé resultados




En Chulluni hay, además, un criadero de truchas a las que alimentan con productos naturales “y por tanto son muy sabrosas y sanas” y se experimenta con pequeños sembríos sobre tierra traída de la orilla.
“La totora ha demostrado que puede ser buena base para establecer chacras y sembrar papas”, dijo el juez.

Los paneles solares han iluminado las negras noches del lago




Se le pregunta sobre cómo consiguieron sus paneles solares:
“Todo nos cuesta nuestro dinero. Nos juntamos dos familias que aportaron 750 dólares para comprar la instalación. Así podemos tener luz para tres focos, un radio y un televisor”, se regocija, porque han podido progresar gracias a que explotan el negocio del turismo y no tienen necesidad de reclamar ayuda del Estado.


Joven juez de paz de Chulluni, Carlos Lujano Charca




Lujano Charca extenderá su jurisdicción sobre los habitantes de las islas artificiales y sobre las comunidades uros que viven en las riberas de la bahía de Puno.
Como el alcalde, el juez también piensa que lo mejor que pueden hacer Inrena y la policía ecológica, es dejarlos tranquilos porque ellos cuidan mejor su ambiente y lo están demostrando.





lunes, 22 de diciembre de 2008

Cuatro frescas (XIX)

No hay zapatazo mal dado sino mal entendido. (Obama).

Tanto va el cántaro al agua que se convierte en zapatazo. (Muntadar al-Zeidi)

Un zapatazo cualquiera da en la vida y no hay cuerpo que lo resista. (Bush).

El que esté libre de pecado que arroje el primer zapato. (Nuri al-Maliki).

domingo, 21 de diciembre de 2008

Taller del Periodista (II)


(También para los que no lo son)

Esta es el segundo taller si así lo quieres denominar, que llevará consejos, recomendaciones o lo que quiera llamarse, en torno a los vicios, gaffes o errores más saltantes en que incurren no solo los periodistas –que según la doctora Martha Hildebrandt, mal utilizan cotidianamente la preciosa herramienta que es el lenguaje– sino encumbrados personajes de la política, la cultura, el arte, la literatura.

Nuestra colega Rosa María Palacios conductora de su muy difundido espacio nocturno Prensa Libre dice habitualmente “cerca a…” cuando debe decir cerca de... y la reportera del mismo programa Isabel Renjifo incurrió en el mismo error, pero se lanzó un salvavidas cuando repitió indistintamente esa frase y luego informaba “cerca de…”.

Parece que en todo caso, existe duda, pero aquí no valen dudas ni murmuraciones y mejor es estar seguro y para que lo esté el lector de este Taller, le envío un mensaje de acuerdo con las ordenanzas de la Real Academia Española y de su Diccionario, que son las que nos guían.
Hasta la máquina en que escribo estas líneas me corrige de oficio y me pone cerca de en lugar de cerca a cuando escribo la frase para graficar el error que muchos periodistas, políticos, profesores y quienes no lo son, insisten en implantar en nuestro lenguaje común.
Hay que precisar que cerca a, es una conjugación del verbo cercar, es decir, la policía cerca a una guarida de ladrones, el batallón rojo cerca (en este momento) a un pelotón azul, lo que NO ES IGUAL a la policía está cerca de una guarida de ladrones ni al batallón rojo está cerca de un pelotón azul.

Insisto: Cuando se dice cerca a en lugar de cerca de, se está hablando de una forma del verbo cercar.

Dice el diccionario:
Cercar: Rodear o circunvalar un sitio con un vallado, una tapia o un muro, de suerte que quede cerrado, resguardado y separado de otros.
Poner cerco o sitio a una plaza, ciudad o fortaleza.
Rodear a alguien o algo.

También es sustantivo: Se construyó el cerco de la ciudad.
Se levantó un cerco o una cerca en la plaza.

Cerca (del latín circa)

Proximidad.

Objetos situados en el primer término de un cuadro. La imagen estaba cerca del ángulo inferior izquierdo.
Ponte cerca de mí. Vive cerca de la escuela.
Se usa, asimismo, para designar la residencia de un embajador o funcionario en determinada corte extranjera. Es el Embajador cerca de la Santa Sede. Fue nombrado funcionario cerca de Su Majestad Católica.
Pero esta última forma está en franco desuso y no es el caso verla ahora.
También puede ser complemento de cantidad, casi. Murieron cerca de dos mil hombres.

Hasta el próximo Taller.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Agenda presidencial de diciembre



Cualquier semejanza con las actividades
de cualquier presidente, real o imaginario,
no pasa de ser simple coincidencia.

- Armar una teletón para que los niños con alguna discapacitación tengan una clínica donde hacerse curar. Hacer la actividad en el propio palacio de gobierno un día domingo y rifar al presidente para un baile con una animadora de televisión que debe venir vestida con plumas y lentejuelas.

Visión de Carlin en La República




- Vender el terreno del Pentagonito antes que se den cuenta. Y si se dan cuenta, dar marcha atrás sobre el pucho y dejar al gato gordo que dé las explicaciones de lo inexplicable y señalar que se quiere el bien general y no solo de unos cuantos ni que los terrenos iban a venderse subvaluados para levantar bloques de edificios en una de las pocas áreas verdes que le quedan a la ciudad.

- Poner en venta el terreno del Aero Club de Collique, también antes de que se den cuenta para levantar allí un complejo habitacional para 22 mil familias. Si se dan cuenta y señalan que una erogación pública compró ese terreno con el fin exclusivo de una escuela de aviación civil, dejar que el ministro de Vivienda dé las explicaciones necesarias y recular a tiempo. Después de todo lo mismo se quiso hacer con un enorme edificio azul en desuso del crucero Tacna-Emancipación hasta que el dueño apareció y dijo que dicho inmueble estaba en litigio judicial.

- Dar la ley para que los mototaxistas solo adquieran brevetes si acreditan quinto de secundaria. El próximo dispositivo reclamará que tengan título universitario si quieren vivir de una mototaxi. Dar marcha atrás si las cosas se ponen incontrolables y encomendar al ministro del Interior que haga frente a las requintadas de rigor que emitirán los afectados.

- Meter la cuchara en la Costa Verde y levantar los ánimos de los alcaldes involucrados hasta que se dé cuenta Lucho Castañeda y si reclama, poner el carro en retroceso y decir que solo se trató de entregar una colaboración para que ese litoral quede más bonito.

- Ir al distrito del Rímac para inaugurar una avenida asfaltada y hacer un llamado a los intelectuales y periodistas para que vayan a disfrutar de la hermoso que es el Cerro San Cristóbal, y hagan festivales los unos e informen los otros sobre tanta belleza. Si al llegar los cuadran y les roban todo lo que llevan encima, me avisan… para no ir.

- Promulgar la ley para que sigan llegando a la ZofraTacna y Ceticos hasta el 2010 vehículos chatarra con timón a la derecha “que no requieren para su ingreso cumplir con los requisitos de antigüedad y recorrido establecidos” y disponer su reconversión para no quitarle el trabajo a 900 comerciantes en detrimento de 28 millones de peruanos que están expuestos a accidentes y dejar que el buen Brack, que ahora está ausente, explique luego cómo dicha chatarra no contamina el ambiente de las ciudades adonde vaya a parar.

- Decirle a Nava y a Chirito que preparen una agenda igual para enero.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cuatro frescas (XVIII)

No hay que sacar plumas de la urraca caída. (Bogacaín).

Más que cargamento esa cocaína mezclada con guano resultó un verdadero cagamento. (Cartel de Huamancaca).

Estoy en cana por las reuniones con Canaán. (Ratón Alegría).

Los delitos se destiñen con el tiempo y se vuelven primero escándalos y luego escandaletes. (Chirito).


jueves, 11 de diciembre de 2008

El Alanacho, señal de que andamos mal



El presidente de todos
los peruanos arremetió
contra los “pitucos”


Era proverbial en la antigüedad clásica que los gobernantes que conquistaban rechiflas en Acho, ya podían dar por terminada su popularidad y pensar más bien en el declive.
El alanacho –vocablo inventado a partir de los botellazos del domingo 7– puede haber sido un incidente empatado por quienes lo aplaudieron desde la portátil de la ministra Vílchez, que así lo dicen las crónicas escritas con ese motivo, y quienes le arrojaron botellas y bolsas de agua, irónicamente donadas por Sedapal para aplacar la sed y el calor de los asistentes.

En Acho junto a la portátil Vílchez



Si se recuerda que los pitos o palmas de Acho son considerados un termómetro político y que muchos presidentes concurrieron a las corridas de ese coso o foro, para saber qué pensaba la gente de sus respectivos gobiernos, hay que detenerse a pensar en por qué fue Alan allí a tentar el difícil toro de la opinión.
Como usted puede comprobarlo, Alan cultiva un fino cálculo político, y por eso se asomó por allá cuando ya las corridas habían concluido y solo se trataba de un acto ajeno a la fiesta.
Sin embargo…
Esa alusión a las ratas, ratones y otras hierbas surgidas en su gobierno y presuntamente entre sus colaboradores del presente y del pasado, ha sido un verdadero honorario de éxito para los opositores del régimen que no son pocos.
Aquello de desearles la muerte a las ratas, ratones y otros hierbajos, no le debe haber caído nada bien a su amigo y vecino, el Cardenal, quien doctrinariamente no le desea a nadie que Dios se lo recoja de este mundo, sino debidamente confesado.
El periodista César Hildebrandt se inspiró en las frases presidenciales para aventar a los cuatro vientos una presunta desestabilidad mental del gobernante y recordar que como abogado de profesión, no ejerció sino una vez para defender a un narcotraficante vinculado a Perciles Sánchez Paredes, quien fuera arrancado de este mundo en un aparente ajuste de cuentas.
El indiscriminado anhelo de Alan, que significa de paso, la reiteración de algo parecido a su reacción cuando se descubrió el caso del ratón Rómulo, debe haber escarapelado el puerco a muchos colaboradores de dentro y fuera de Alfonso Ugarte y, probablemente allí radique el efecto ejemplarizador de la perorrata de Acho.
Pero el caso es que el discurso tuvo todos los ingredientes de un disparo al pie, como lo han dicho ya algunos analistas, porque aparte de los insultos que ya están siendo una característica de sus habituales verborreas, sus palabras tuvieron no solo un tufillo sino un turrón racista contra “pitucos metidos a izquierdistas” y una bendición a los “hombres de color cobrizo”.

No solo las ratas le caen mal, también los "pitucos"




¿No decía ser el presidente de todos los peruanos?
Lo que tampoco se le puede permitir es que intente, como antes de él lo hicieron algunos dictadores, decirle al oído al Poder Judicial que libere a una mujer que se encuentra sentenciada y cuya sentencia se halla en apelación. Y eso debiera saberlo el defensor magalinesco si tiene grado de abogado.
Eso no, Alan. Eso es intento de intervención en un Poder del Estado tan soberano y autónomo como el Ejecutivo y el Legislativo.
Todo esto nos debe poner en guardia para la próxima pataleta, ¿o no?