martes, 14 de junio de 2011

Eran cinco hermanos de Asturias

No sabían leer y formaron
una cadena de librerías
en tres países de América



En aquellos tiempos, los brazos de América estaban abiertos para los europeos y muchos de ellos, golpeados por la primera gran posguerra buscaron en el hemisferio sur la fortuna que en su patria les era esquiva.

Entre esos miles de inmigrantes que abandonaron Europa para hacer la América, estaban cinco hermanos asturianos, los González Rodríguez, cuatro hombres y una mujer, que un buen día abordaron un barco que los llevó primero a Italia, y desde allí dieron el gran salto hacie América del Sur, donde arribaron primero a Río de Janeiro, pasaron a Montevideo y, se establecieron en Buenos Aires, Argentina.

Adolfo González Rodríguez, nacido en Oviedo, Asturias, el 16 de julio de 1894 y sus hermanos Manuel, Facundo, Quintina y Ángel hicieron un pacto filial para no separarse y trabajar juntos. Trabajaron en cualquier cosa que les diera ingreso, pero se inclinaron por el oficio de canillitas, y aprendieron a leer para poder vocear las noticias que venían en los diarios.

En Buenos Aires, Adolfo sufrió un grave accidente que obligó a los médicos de entonces, a realizar una arriesgada y pionera reconstrucción de un rostro. Adolfo, “el más guapo de la familia”, según cuenta su nuera Elizabeth Luna, quedó privado de la visión del ojo izquierdo y de la afición por las fotografías. “Pocas veces permitió que le tomaran fotos, por eso conservamos muy pocas”, dijo Óscar, el menor de los González Málaga.

La venta de periódicos y revistas les proporcionaba ingresos adecuados en Buenos Aires, pero Adolfo no tardó en pedir y obtener una autorización para venderlos en los trenes que hacían viajes entre Buenos Aires. Fundaron en Jujuy, la primera Agencia Moderna, que distribuía diarios y revistas de Buenos Aires y luego, otra en La Paz, Bolivia.





Juan, el hijo mayor y Elisabeth, su esposa

Por la creación de agencias en Argentina y Bolivia, Adolfo recibió el reconocimiento de la prensa de ambos países, que elogió a este joven español, “por su incansable trabajo como difusor de la cultura” y contribuía a la unión de los dos pueblos.

En una semblanza publicada por José González Málaga (foto), en el desaparecido diario La Prensa el jueves 4 de octubre de 1962, se lee que “Humberto Frías, destacado periodista boliviano y embajador de su país en Buenos Aires, dijo de Adolfo en la revista ‘Variedades’: “Al amparo de su trabajo cotidiano, Adolfo González ha cumplido la labor de un misionero cultural para unir nuestros pueblos”.

El negocio crecía y abrieron en Buenos Aires una llamada Agencia Moderna, dedicada a la distribución de publicaciones diversas. Más tarde, abrieron una agencia similar en Oruro, y luego en Cochabanba y La Paz, Bolivia, a cargo de Facundo González.




Más adelante fueron abiertas en Cusco, a cargo de Ángel y otra en Piura, conducida por Manuel, cuya esposa le encargó la conducción del negocio.

El destino y sus ansias de desarrollarse trajeron a Adolfo en 1925 al Perú, más precisamente a Arequipa, donde creó una Agencia Moderna, que importaba publicaciones periodísticas de Argentina y libros de España.

Dice José González que la agencia “fue muy pronto el centro de atracción para los que buscaban estímulo en la palabra escrita. La ‘librería del español’ fue siempre el punto de reunión de intelectuales y periodistas de catedráticos y amigos de la charla”.

Óscar González recuerda que iba casi todos los días al Correo Central de Arequipa, a dos cuadras de su librería, para sacar paquetes de revistas y periódicos argentinos. “Allí venían las revistas Leoplán, Para Ti, Billiken, Rataplán, Variedades”, añade.

Abrieron una ventana a la cultura

Óscar, periodista, hijo de Adolfo González Rodríguez, disfruta de una casa con un enorme jardín en el distrito de Tiabaya, donde prosperan las manzanas y los tumbos, mientras habla de sus antepasados, que supieron, sin saber leer ni escribir, dar lectura a los demás y aprender ellos mismos a abrir las ventanas de los libros, periódicos y revistas que distribuían.

Adolfo se casó en 1929 con Filomena Málaga, arequipeña que trabajaba en la librería del Portal de Flores. Con ella tuvo seis hijos:

Calle Málaga del convento de Santa Catalina, obra de Juan González

* Juan, artista, dibujante excepcional que capturó para la posteridad monumentos y casonas de Arequipa en tinta china y carboncillo, se casó con María Elisabeth “Belchita” Luna, con quien tiene dos hijos, Patricio y Sandra. A sus 81 años, está postrado en una silla de ruedas víctima de un accidente cerebral.

* José, periodista que trabajó en La Prensa y fundó el suplemento Siete días, extraordinario comentarista de cine, a quien se deben algunos de los párrafos precedentes, murió a causa de un tumor cerebral.

* Carmela, la única hija mujer, casada con Rafael del Risco, es una de los tres sobrevivientes de la familia González Málaga.

* Adolfo, pionero de la impresión offset de Arequipa, inventó el graneado de placas, un novedoso sistema de frotado con arena de las dunas de La Joya, mediante el cual se recuperaban las placas usadas, con lo que contribuía a abaratar significativamente las impresiones de libros y revistas.

* Manuel, ya desaparecido, ingeniero en artes gráficas, también contribuyó al avance de la industria gráfica en su ciudad natal.

Óscar en la puerta de lo que será su "rincon asturiano"

* Óscar, el menor, periodista, de la plana de fundadores del diario Correo de Arequipa y actual colaborador del diario El País, de España, se ha propuesto crear un “rincón asturiano” en la casa con enorme jardín que posee en el distrito de Tiabaya, al oeste de Arequipa. Está casado con Susana Talavera con quien tiene dos hijos, Diego y Santiago.

De las agencias Moderna no queda ninguna en el Perú. La herencia cultural de los asturianos se reduce a dos librerías, una en La Paz y otra en Oruro, Bolivia, creadas por Facundo González Rodríguez, y cuyos nietos se han encargado de su conducción.



Así, casi un siglo después de su llegada, la estirpe de los cinco hermanos de Asturias se mantiene en tres países: Argentina, Bolivia y Perú, donde sus descendientes les rinden culto y recuerdan cada 16 de julio, el nacimiento de Adolfo, el principal tronco familiar.


Luis Eduardo Podestá

3 comentarios:

Oscar González Málaga dijo...

Muchas gracias querido Luís Eduardo.por esta hermosa historia de los hermanos Asturianos, González Rodríguez.Nos trae gratos recuerdos de la niñes y la juventud,transcurrida entre las estanterías repletas de libros, entre resmas de papel,tinta y el estruendo de las máquinas impresoras.

Patricio González dijo...

Lindo artículo, gracias por publicar la foto de mi querido papá Juan y sus dibujos, sin haberlo conocido, siempre guardamos un recuerdo del abuelo Adolfo a través de lo que contaba nuestra abuela Filomena y los tíos.
El amor por los libros es algo que se hereda.

Anónimo dijo...

Actualmente sigue existiendo Agencia Moderna en Bolivia, con 3 Librerias, en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.