martes, 15 de diciembre de 2009

La segunda entre las bellas

Videonautas califican
con alta nota a la Plaza
de Armas de Arequipa





Entre diez plazas principales de ciudades de América latina, la de Arequipa, que ha sufrido mil encuentros con la naturaleza y sus elementos han debido ser restaurados desde los cimientos, ha merecido un piropo continental: es la segunda más bella entre aquellas diez.

Después de la de Arequipa la Plaza San Martín y la Mayor de Lima figuran en el cuarto y sexto puesto respectivamente, lo cual significa que tres plazas peruanas se encuentran en el ranking de los más hermosos lugares públicos.

El jurado calificador consistente en cerca de 200 críticos que examinaron un video en que aparecían las plazas de América, calificaron como la más bonita a la plaza monumental Virgen Chinita, en Maracaibo, de Venezuela. Que la Virgen la bendiga y nosotros la felicitemos.


La actual plaza con dos turibuses


Los videonautas elogiaron también a la la Plaza de la Constitución (El Zócalo) de la ciudad de México, la Plaza de la Constitución de Montevideo, Uruguay. la Plaza de Mayo, de Buenos Aires, Argentina, la Plaza del Entrevero, también de Montevideo, la Plaza de Armas de Guadalajara, México; y la Plaza de Altamira de Caracas.

Así quedó después de terremoto de 1868


El periodista Jaime Castillo hizo una descripción de la Plaza de Armas de Arequipa, en que destaca que “la Plaza Mayor de Arequipa está rodeada por la Catedral y diversos portales” y “presenta una hermosa fuente de bronce de tres platos coronados con la figura de un soldado del siglo XVI”.

Las torres desaparecieron

Recuerda que “a dicho personaje se le llama el ‘Tuturutu’, que según la historia era el encargado de avisar de cualquier acontecimiento novedoso”.

Describe también los tres portales y señala que están “hechos con granito y con bóvedas de ladrillo” y cuyos nombres tradicionales, según investigó, son “el Portal del Cabildo o Portal de la Municipalidad, Portal de las Delicias o Portal de San Agustín y Portal del Regocijo o Portal de Flores”.

Hay que confesar que muchos desconocíamos aquellos sugestivos nombres, por lo que agradecemos la información.

Castillo añade: “En el corazón de la ciudad se halla la Plaza de Armas, cuya evolución arquitectónica y paisajista es, en general, poco conocida. Arequipa, como otras ciudades en la colonia española, fue fundada sobre una cuadrícula. Sin embargo, la plaza presenta características singulares en comparación con otras plazas de su época en Hispanoamérica: la regularidad geométrica de su traza urbana, su gran tamaño (110 x 110 metros), la continuidad de su perfil circundante y la disposición de su iglesia mayor, cuyo eje mayor se encontraba paralelo a la plaza, y no perpendicular, como era la tradición”.

Llena de quioscos de comerciantes


El hombre de prensa remata su descripción con un toque histórico: “Este espacio fue concebido, desde su fundación en 1540, como el ámbito donde se desarrollarían las principales actividades religiosas, sociales, cívicas y de entretenimiento (como corridas de toros) de la ciudad. Pero la principal función de la plaza hasta 1868 fue la actividad comercial, ya que funcionaba como un mercado abierto. Y es que el término plaza en español, a diferencia de su equivalente en inglés ‘square’, no sólo implica un espacio abierto en la ciudad, sino también ‘donde se venden los mantenimientos (sic) y se tiene el trato común de los vecinos, y donde se celebran las ferias, los mercados y fiestas públicas".

Tranvías frente al portal de San Agustín alrededor de 1935


La plaza de Arequipa fue también escenario de gestas cívicas inolvidables y allí comenzaron los grandes reclamos frente a gobiernos autoritarios que en ocasiones fueron sofocados a sangre y fuego. En otras ocasiones, el perdedor fue el gobierno.

En la actualidad, los manifestantes que quieren llamar la atención, deben arribar necesariamente a la Plaza de Armas. Lo malo de todo es que a veces abusan de la libertad de reunión y queman tal cantidad de llantas que no solo contaminan los entornos de la plaza, sino que enrarecen el aire de la ciudad entera.


Desfile de carros alegóricos en el carnaval de 1940


Las fotos que les entrego son una cortesía de Álvaro “Lessness” Podestá Cuadros, quien consiguió una selección gráfica verdaderamente singular. Fueron publicadas en su libro Arequipa: un siglo de imágenes, que abarca desde los destrozos causados en la catedral y en la ciudad por el terremoto de 1868 hasta épocas más reciente como la mitad del siglo pasado.

La elogiada belleza actual


Algunas de esas fotos se muestran aquí con la convicción de que servirán de sustento a quienes deseen conocer cómo y por qué, la plaza principal de la Ciudad Blanca, a pesar de todo lo sufrido, ha llegado a merecer el calificativo de la segunda más bella en el concierto de sus similares de América.






Fotos del libro “Arequipa: un siglo de imágenes” de Lessness Podestá Cuadros

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