lunes, 20 de julio de 2009

Los discriminados pobres viejitos

¿Podrán los viejitos de la
19990 bloquear una carretera
en la lucha por su igualdad?




Inspirado por la reciente lectura de mi anterior artículo Discriminación laboral, un viejito al teléfono me hace notar una omisión: “No has hablado de la discriminación contra los que tenemos las más míseras pensiones”.

Sin que su llamada de atención llegue a ser una queja –“estamos cansados de quejarnos, hermano”, añade– señala que junto a la generosidad del gobierno que les ha dado 500 soles de mentirijillas –porque solo son 300 en realidad– a los servidores de las empresas públicas a los pensionistas de la ley 20530 les ha dado una cantidad igual.

Con el recuerdo de los “pobres viejitos”, frase con que un ex congresista de apellido Barrón porque la embarraba en grande, ganó la suya durante años, el presidente Alan García se llenó la boca cuando les dio cheques en mayor de casi 8 000 soles por devengados a cinco jubilados que, con toda seguridad, entablaron juicios contra la ONP (Oficina Nacional Previsional que la llaman), en reclamo de sus legítimos derechos.

Anunció, asimismo, el generoso mandatario que se desjudicializarán miles de procesos. Usted qué cree: a) Que lo hace por bueno, b) porque ha caído en las encuestas, c) porque quiere favorecer a los que más tienen…

Carlín en La República


Si anotó la tercera posibilidad acertó. Les ha dado una gratificación por fiestas julias a los jubilados o cesantes de la ley 20530, es decir a aquellos cuyas pensiones son iguales a los sueldos que ganaban cuando trabajaban, es decir, oficiales de las fuerzas armadas y altos funcionarios de las entidades públicas, que tras su periodo de trabajo se jubilaron con el último sueldo.

No se acordó de los otros “pobres viejitos”, jubilados a la luz de la 19990, cuyas pensiones no llegan a 450 soles y son la inmensa mayoría del Perú.

Además, recordemos que los discriminados trabajadores de la administración pública y las llamadas empresas descentralizadas –discriminados desde la dictadura del japonés–, es decir, los que laboran con el famoso e inhumano sistema de CAS (Contrato de administración de servicios) ex SNP (Servicios no personales) no tienen derecho a préstamos que tan graciosamente proclama el Banco de la Nación (¿peruana?).

Solo tienen acceso a esos préstamos quienes se encuentran en la planilla de las entidades públicas. Los olvidados de los SNP o CAS, no.

Y con todo esto, el presidente de (¿todos?) los peruanos no quiere que sus opositores digan que gobierna para los ricos y para los que más tienen.




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