viernes, 10 de abril de 2009

Se acerca reconciliación con Hamsun




Ya se venden obras de Hamsun en Oslo

Antes no las querían
ni regaladas, hoy su
precio sube cada día


Una nota que me llega a través de Internet sobre Knut Hamsun, me trae una buena noticia porque me parece el comienzo de una esperada reconciliación.

En el diario Página 12 de hoy viernes santo, el periodista Juan Forn escribe: “Y, lo que son las cosas del mundo capitalista: esas primeras ediciones de Hamsun que nadie en Noruega quería ni regaladas hasta ayer, se venden hoy en Oslo a miles de dólares, y su precio sigue subiendo”.

Me parece un anticipo a la reconciliación entre el pueblo noruego, diseñado con tanto cariño en las páginas de sus veinte novelas, y la memoria de su máximo escritor, a quien más de medio siglo atrás, declararan traidor a la patria y a quien, solo en obsequio a su vejez le hicieran la gracia de declararlo loco para no esconderlo entre los muros de alguna prisión.

El 19 del pasado febrero les contaba aquí mismo, que la reina Sonia asistió a la ceremonia con que se abrían las evocaciones por el 150 aniversario del nacimiento de Hamsun y que la princesa Metter-Marit anunció que será la madrina del acontecimiento, que se desarrollará en etapas sucesivas y cuyas ceremonias culminantes tendrán lugar el próximo 4 de agosto.

Knut Hamsun y su esposa Marie




Dos acontecimientos marcan el comienzo del año a favor de la reconciliación de Noruega con Knut Hamsun: El 19 de febrero se conmemoró el aniversario de la muerte del escritor.

Aunque algunas autoridades y funcionarios se han resistido a participar en los actos –el director del Teatro de Tromso, Otto Hommlung dijo que “no permitirá que en su escenario se realice un solo acto que se sume a las celebraciones, (del sesquicentenario del Premio Nóbel de Literatura de 1920), no nos pueden obligar a hacer una fiesta a Knut Hamsun”.

Pero el ministro de Cultura, el socialdemócrata Trond Giske, se anticipó a los rechazos que la evocación de ambos aniversarios provocarían y dijo que los actos programados en homenaje a Hamsun no serán “ajenos a la crítica de los ciudadanos por sus simpatías con el nacionalsocialismo alemán”.

Forn recuerda en su nota de Página 12 que “Hamsun murió por fin, en 1952, a los noventa y tres años. Hasta el día de hoy ninguna calle en Noruega lleva su nombre pero, después del film de Troell, sus libros volvieron poco a poco a editarse y a leerse en su país”.

Cuenta que el sueco Jan Troell agarró un día a su equipo, se lo llevó a Noruega y comenzó la filmación de lo que titularía simplemente “Hamsun”, en 1996. Ese mismo año, Bentein Baardson filmaría ”El enigma de Hamsun”, para completar una veintena de películas que reprodujeron otras tantas novelas de Hamsun desde 1921, cuando acababa de ganar el Nóbel de Literatura.

Juan Forn aporta algunos datos poco conocidos de la vida de Hamsun.

Repudiaba por igual a rusos e ingleses, a estos por adelantados y a aquellos por atrasados. Sin embargo, fue el propio Stalin, quien después de la guerra, enterado de las vicisitudes que Hamsun sufría a causa de sus simpatías, pidió al gobierno noruego través de su ministro Molotov, “que se dejara morir en paz a Hamsun”.

Refiere, asimismo, que “cuando es recibido por el Füehrer en Austria, Hamsun se niega a llevarla (a su esposa Marie) con él. Y va solo a ese encuentro en el que intentará en vano llevar la conversación hacia el destino que tendrá Noruega después de la guerra, y Hitler sólo mostrará interés por saber en qué momento del día escribe Hamsun y cómo se le ocurrió La bendición de la tierra, se da un notable viraje en la vida de Hamsun. En cuanto Hitler pierde la paciencia y abandona sin despedirse a su invitado, queda sellado su destino: caído en desgracia para el gobierno del colaboracionista Quisling, que ya no lo necesita, y repudiado por el resto de sus compatriotas, que lo ven como el peor de los colaboracionistas, Hamsun queda más solo y más resentido que nunca”.

Sin embargo escribe una nota necrológica a la muerte de Hitler. “En ese espíritu”, dice Forn en Página 12, “contempla la rendición de Alemania y espera su detención. A Marie la condenan a tres años de prisión. Él ofrece un problema más difícil de resolver. Se decide trasladarlo a un psiquiátrico donde se lo somete a una lenta, interminable evaluación que determine si el anciano de 86 años está en sus cabales. Hamsun se da cuenta de lo que pretende el gobierno noruego: que él muera antes de que tenga lugar un proceso judicial ignominioso para todos. Pero lo que él quiere es precisamente eso: ser juzgado. Y así se lo hace saber a médicos y enfermeras, a gritos: “¡No estoy senil, al menos no lo estaba cuando entré a este manicomio!”.

“A pesar del psiquiatra jefe (que, en su intento por desentrañar el enigma del artista traidor obliga a la encarcelada Marie a confesarle secretos conyugales), Hamsun logra su propósito: es sometido a juicio en los tribunales de Oslo. La sentencia le importa poco: incluso se queda dormido mientras la leen. Para él, el juicio terminó en cuanto hizo su descargo (sin intentar en ningún momento defenderse: lo único que le importaba era que se escuchara su versión de los hechos). Desposeído de sus bienes por el gobierno noruego, repudiado hasta por los niños de su aldea (y repudiando él a Marie, a quien se niega a recibir cuando ella sale de la cárcel), Hamsun decide inesperadamente volver a escribir. Lleva veinte años de nula producción, pero en pocos meses redacta “una obra maestra”. Eso al menos es lo que dice su editor cuando lee el original de Por los viejos caminos (cuyo sugestivo subtítulo es “Con la capacidad mental disminuida”). El editor va a ver a Marie después de leer el libro: no se atreve a enfrentar a Hamsun, decirle que ningún libro suyo podrá publicarse en Noruega, al menos hasta su muerte. Marie mira desconsolada al editor: “¡Entonces no se publicará nunca, porque él no va a morirse! Ya ha hablado con Dios del asunto”.

Más de medio siglo después de acabada la Segunda Guerra, hay señales de reconciliación entre el pueblo que Hamsun amó tanto y su recuerdo. Eso es, por lo menos lo que se espera para el próximo 4 de agosto, cuando se cumpla el sesquicentenario del nacimiento del tan discutido gran escritor.







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