sábado, 4 de mayo de 2013

A este pueblo le sobra la plata

Arfons solo tiene 182
habitantes y un ingreso
de 2.3 millones de euros
 
En medio de la terrible crisis económica de Europa, y cuando los gobiernos entran en austeridad que martiriza a sus pobladores, el pueblo de Arfons no sabe cómo gastar sus ingresos ahora ascendentes a 2.3 millones de euros (unos 6.2 millones de dólares).
 
Se hizo rico con la energía eólica
La bonanza económica llegó a Arfons, pequeña localidad del suroeste de Francia a 60 kilómetros de Toulouse cuando alquilaron parte de su territorio para la instalación de un parque eólico, que pagó impuesto que se quintuplicaron en los últimos tres años, según declaró el alcalde AlainCouzinié a la periodista Daniela Fernandes de la BBC Mundo.
 
Con las nuevas divisas, el alcalde ya ha renovado el salón de baile de la ciudad, compró un autobús escolar y un terreno para ampliar el cementerio. También dio a conocer los proyectos de renovación de alcantarillado y agua, que están en una etapa avanzada, escribió Fernandes.
 
El gobierno municipal ha construido con sus ingresos nuevos depósitos para almacenar tractores y máquinas para quitar la nieve recién comprados, pero como aún quedaba dinero extra el alcalde llamó a una consulta popular para recibir sugerencias sobre cómo gastarlo.
 
Si va a Arfons lleve su pan porque no hay panadería
"Pensé que las propuestas serían para hacer obras importantes, la forma de construir piscina municipal o un estadio", le contó el alcalde a la BBC.
 
Pero los habitantes sugirieron simples mejoras a la vida diaria, como la limpieza de los excrementos de palomas, planes para acoger los gatos callejeros y la lucha contra las avispas, embellecer la ciudad con más jardines, la instalación de bancas en los parques y relleenar baches en la carretera de ingreso a la aldea o renovar las cabinas de teléfono.
 
"Al principio me decepcionó. Pero entonces vi que todas esas pequeñas cosas son las que mejoran la calidad de vida de los residentes y son importantes para ellos", aseguró el alcalde.
 
Otra de las demandas de pobladores fue reabrir la única cafetería en el pueblo y el alcalde confesó que estuvo al principio en contra de la idea "ya que no es una ciudad para mantener un bar, pero luego me di cuenta de que el lugar es importante para crear relaciones sociales", dijo Couzinié.
 
La asamblea popular decidió reabrir el bar
Entonces la municipalidad compró los dos edificios del bar, que funcionó en el pasado como un hotel-restaurante e invirtió un millón de euros en su remodelación.
 
Pero quizá su mejor inversión será la de abrir panaderías y tiendas de expendio de alimentos, ya que, curiosamente, Arfons no tiene una panadería y el pan que consume debe adquirirlo en otra ciudad. Un empleado municipal es el encargado de comprar pan cada mañana en otra ciudad y venderlo en el pueblo, dijo Fernandes.
 
Así, pues. En medio de la crisis que acogota a Europa, hay un pueblo que no se preocupa por conseguir dinero sino en cómo gastarlo. Signo contradictorio de una época crítica.
 

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