jueves, 22 de julio de 2010

El Señor de Sipán en Palacio de Justicia

Más de 5000 visitantes admiran
los tesoros de las Tumbas Reales
por primera vez fuera de Chiclayo



Graine y Hellen, dos turistas neozelandeses, él director de empresa y ella maestra, escribieron en el libro de visitantes: “Una experiencia increíble ver estos temas del pasado del Perú. Un excelente edificio para mostrar estos singulares artefactos. Gracias por la oportunidad de ver esta exposición”.

Se referían a “Sipán, Misterio y Esplendor de la Justicia en el Antiguo Perú”, que por primera vez fuera de Chiclayo, se exhibía en un escenario diferente, en esta ocasión, el imponente Salón Vidaurre del Palacio Nacional de Justicia abierto al público durante dos semanas en forma gratuita.

Imágenes tridimensionales del Señor y su séquito


Los dos visitantes eran parte de los más de 5000 peruanos y extranjeros que admiraron la herencia de la civilización Chimú, que floreció en la costa norte del Perú, mil años antes del imperio Inca.

Se trata de una selección de todo lo que contiene el museo de las Tumbas Reales de Sipán, en Chiclayo, pero son indudablemente significativos los objetos de oro y cerámica, paneles con información histórica y descripciones del contenido del museo e imágenes en tamaño natural tridimensionales de quienes acompañaron al “Señor de Sipán” en la eternidad que sus contemporáneos quisieron otorgarle.

Ellas se encuentran en el principal lugar del salón. Flanquean al soberano, a su derecha, un sacerdote, una mujer al parecer sacerdotisa y un soldado, mientras a su izquierda, se alinean un niño que sostiene un la concha vacía de un espóndilo, acompañado por un perro y un portaestandarte.

La denominación de la muestra está relacionada con las funciones del “Viejo señor de Sipán”, quien no solo desempeñaba funciones de estratega militar y administrador de sus dominios, sino que además cumplía funciones de juez.

Pectoral de placas de oro


En una de las 14 vitrinas estratégicamente ubicadas se muestra, por ejemplo, un collar de oro y plata cuyas cuentas representan 20 granos de maní de unos diez centímetros de largo dispuestos en una dualidad simbólica que, según los expertos, significan por el lado del oro, el sol, lo masculino, y frente a ellos, los maníes de plata del mismo tamaño cuyo significado es la luna, lo femenino.

Hay otros tres juegos de collares de similares características, todos de diez cuentas de oro, con imágenes de arañas y cabezas felinas, que habrían sido símbolos de la magnificencia que rodeaba al “Viejo señor de Sipán”.


Símbolo del vínculo de la humanidad y el universo


Más allá hay un pectoral de estilizada forma humana de cobre dorado, en cuya elaboración los chimús eran maestros, también de significado dualista, con los brazos extendidos, las manos abiertas y cuya cabeza y rostros están cruzados por tres serpientes mitológicas, aparentemente un vínculo espiritual entre la humanidad y el universo.

Otra vitrina contiene tres juegos de orejeras cuyo uso, junto a un cetro y un cuchillo puntiagudo con un mango terminado en una dorada bola eran los símbolos de mando del personaje central de la muestra, estandartes de placas de cobre dorado, escudos pectorales y otras decenas de objetos de especial valor histórico.

Cerámica descriptiva de su historia


Junto al oro y objetos de cobre, en las vitrinas se exhiben seleccionadas muestras de cerámica simbólica que recuerdan las guerras y las costumbres de este pueblo en sus batallas, en el traslado, tortura y no pocas veces, muerte de sus prisioneros de guerra.

Paneles distribuidos en los bordes del salón muestran espectaculares fotografías e ilustraciones que describen la historia del pueblo chimú, las pirámides que edificaron, sus conflictos con otras sociedades y el descubrimiento de las tumbas en 1978, en lo que constituyó un hecho de significación mundial, que los arqueólogos calificaron de igual valor al hallazgo de las tumbas de Micenas, de Tutankamón en Egipto, las tumbas mayas de Pacal y las ruinas de Xian en China.

Los objetos fue traída de Chiclayo, por gestiones especiales de la señora Maritza Morán de Villa, presidenta de la Asociación de Damas del Poder Judicial (Adapoj), esposa del Presidente del Poder Judicial del Perú, doctor Javier Villa Stein, realizadas ante el director del Museo Tumbas Reales de Sipán, doctor Walter Alva Alva, su descubridor y director.

La exposición está dedicada al Juez Peruano, cuyo día se recuerda cada 4 de agosto y forma parte de las actividades con que se celebra esa fecha en el país.

Digno entorno para una exhición de maravillas


La muestra se inauguró en una ceremonia especial el 12 de julio, presidida por el doctor Villa Stein, quien expresó el reconocimiento del Poder Judicial a Walter Alva Alva, “por traer hasta el Palacio de Justicia, los tesoros de Sipán”.

“Esta muestra no solo nos enseña un episodio de la historia del Perú, sino de la historia universal. Estamos mostrando que el Perú fue reino e imperio. Es un aporte a la autoestima de todos los peruanos”, afirmó.

Por su parte, la señora de Villa, recalcó que “el esfuerzo de hacer realidad la presente exposición arqueológica, que por primera vez se realiza en el Palacio de Justicia, constituye nuestra contribución a la defensa y revaloración del patrimonio cultural de la nación, gracias al descubrimiento e investigación que el doctor Walter Alva ha logrado realizar como arqueólogo y peruano”.


Luis Eduardo Podestá

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