martes, 8 de junio de 2010

Se presentó El señor de los temblores







La novela de Luis Eduardo Podestá
fue lanzada en una ciudad que
es sacudida por 8 temblores diarios




N de R – Lo que sigue es casi una crónica
sobre una experiencia personal.
Por eso la trataré, como en algunas
obras literarias, en tercera persona
y le daré el crédito a un periodista anónimo.




El periodista y escritor Luis Eduardo Podestá presentó la noche del pasado jueves 3 de junio, su última novela, El señor de los temblores, en acto que dio origen a una magistral exposición sobre literatura y los orígenes de la novela arequipeña, del doctor Tito Cáceres Cuadros, reconocido crítico literario y profesor universitario.



Durante los 45 minutos que duró su amena conferencia, Tito Cáceres señaló que famosos escritores arequipeños, como Mario Vargas Llosa y Oswaldo Reinoso no habían producido obras literarias relacionadas con su ciudad natal.

Marcó una similitud con lo que alguna vez dijo el desaparecido escritor Luis Alberto Sánchez, “Latinoamérica es un continente sin novelistas”, y con la realidad literaria que dio un mentís a esa aseveración, con la aparición de García Márquez, Juan Rulfo, Alejo Carpentier, del mismo Vargas Llosa y otros que dieron forma al "boom" latinoamericano.

“Curiosamente, se consideraba que Arequipa era también una ciudad sin novela ni novelistas” agregó, “y que la única obra que podría llamarse la novela arequipeña era Jorge el hijo del pueblo, de María Nieves Bustamante”.

“En una oportunidad lo dije”, comentó seguidamente, “que la novela de Arequipa comenzó curiosamente con mujeres. Allí tenemos a Fátima Carrasco y María Teresa Ruiz Rosas, quienes empezaron haciendo novelas, pero lo cierto es que hay escasez de novelistas en esta ciudad y qué mejor que Luis Eduardo Podestá se sume a ese mentís para decirnos ahora que sí hay novela en Arequipa”.

Añadió que Podestá “ha convertido la historia en un hecho mitológico” al describir la naturaleza tectónica y la incidencia que los temblores y terremotos tienen en el carácter de la gente y "nos ha recordado a un ícono de la ciudad como era Quintino, el llamado rey de la ciudad”.

Destacó, asimismo, que en el argumento de El señor de los temblores, hay seres idealistas que luchan contra la corrupción, surgida como lo ha señalado la historia, de las necesidades de la gente después de una tragedia.

“Yo, por eso, felicito a Luis Eduardo Podestá, porque con esta novela está relatando un hecho que es de la realidad misma, tiene momentos magistrales porque se aleja de la subjetividad misma para tratar de llegar a la objetividad, en la cual, evidentemente, hay una realidad interior, subjetiva, y no puede ser de otra manera porque la misión que se trazó en la vida fue ser periodista y ahora como novelista tiene que tener el cuidado, como lo ha tenido, como lo ha hecho, de saltar de una categoría a otra”.

Dijo que en la obra de Podestá, “lo interesante es percatarse de que hay talento, hay oficio, y lo más importante, es que hay una labor de creación constante y eso le permite trabajar en otra dimensión”.

“Yo creo que Luis Eduardo va a terminar siendo como Jano, ese personaje de la mitología romana que mira con un rostro hacia un lado y con el otro, hacia el otro lado. Será como este personaje bifronte, por un lado periodista y por otro lado, el creador, el novelista”.

El turno del autor

A su turno, Podestá expresó su reconocimiento al presentador y dijo que no tuvo que “escoger” entre varios críticos para este acto. “Yo fui directamente a Tito Cáceres, quien con generosidad y en una gran demosrración de amistad, aceptó mi pedido”. Recordó que fue también el doctor Tito Cáceres Cuadros, quien en 1998 hizo la presentación de su primera novela, El hombre que se fue, en un salón de la Universidad Nacional de San Agustín.

Toca momentos singulares de su novela


Luego, Podestá tocó algunos aspectos y personajes de su novela y precisó estos se mueven en un entorno de pequeños y medianos temblores que modifican los hábitos de la gente y respaldó esta afirmación en el hecho de que “por lo menos ocho temblores sacuden diariamente a Arequipa” según recientes informes.

Destacó las características del contador público Anselmo Salinas, personaje de la novela, quien, en medio de aquel ambiente de temblores cada cinco minutos, es atacado sorpresivamente por un fenómeno que lo convierte en un temblor humano, que provoca el rechazo de la gente, pero al mismo tiempo, como lo comprueban numerosas damas, lo transforma en un amante sensacional.

Recuerda también al “rey Quintino I”, un singular personaje que, afectado por una dolencia mental, se cree dueño de cuanto existe en la ciudad, se incluye en el consejo de los sabios que allí existe, y propone un proyecto de ley que obliga al estado a manejar totalmente el problema de la drogadicción, asumiendo la comercialización de los productos provenientes de la coca y la aplicación de penas severísima a quienes pretendan contaminar con el vicio a la niñez y juventud.

Podestá refiere sabrosos pasajes de su novela, y concluye con la precisión de que no se trata de una obra de carácter religioso sino de una obra de ficción en la que el contador Anselmo Salinas, a causa del mal o fenóemno que lo ataca se ha convertido en un señor de los temblores.




El doctor Tito Cáceres Cuadros con Luis Eduardo Podestá


El autor con sus hijos Luis Eduardo y Álvaro ("Lessness") Podestá Cuadros


Con el entrañable condiscípulo, el doctor Rómulo Gonzales, héroe de 1950


Nexmi Daza, destacada periodista arequipeña, Tito Cáceres, el autor, y los periodistas Toribio Cuba y Juan Salas.

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